“Ahora vemos que la planta de la ACB no es intocable, ni eterna”
Hace frío en las afueras de la planta de la Acería Compacta (ACB) en Sestao (Bizkaia). Un cielo plomizo y la lluvia intermitente son la mejor metáfora del estado de ánimo de los 335 trabajadores y de otros tantos empleados de las contratas que trabajan para la heredera de Altos Hornos de Vizcaya (AHV), una empresa que llegó a emplear a 14.400 trabajadores cuando el mineral alimentaba el horno 'Mariángeles', silenciado definitivamente en julio de 1996. La incertidumbre ha dado paso al temor y la inquietud entre los trabajadores, aunque nadie quiere dar la batalla por perdida.
José Ramón Manso, de 59 años, y Mikel Ugarte, de 36, se parapetan bajo un paraguas de las gotas de agua que siguen empapando las bobinas de acero alineadas en el exterior de la fábrica. Este jueves acaban de abandonar el calor de la sede de UGT en Barakaldo para acudir a la asamblea previa a la manifestación que recorre este sábado las calles de Sestao, uno de los municipios de la Margen Izquierda del Nervión cuna del movimiento obrero y de la industrialización con sus astilleros, la siderúrgia, etc, que ahora tiene el dudoso honor de sufrir una de las tasas de paro más altas de todo el País Vasco. El lema de la pancarta que abrirá la marcha resume la esperanza de la comarca: “En defensa del empleo”. La respuesta en la calle de la población de la Margen Izquierda ha sido muy elevada: una marea humana ha recorrido las principales calles de la localidad fabril vizcaína con un objetivo claro “ACB, Ez itzi” (No al cierre de la ACB). A la manifestación han acudido colectivos sociales y sindicales, y una amplia representación institucional, incluido el alcalde del municipio, el peneuvista Josu Bergara, que ha realizado un llamamiento a “trabajar fuerte” entre todos para que la parada de la planta de ACB sea “temporal” y se pueda retomar cuanto antes la producción de acero.
“Es una situación crítica, y la incertidumbre no nos la quitamos de encima: la gente tiene familia, hijos, pisos, hipotecas a las que hacer frente...”, enumera Manso. Este trabajador es memoria viva de la empresa siderúrgica. Delineante de formación, aunque ahora en labores de mantenimiento en la compañía, conoció las luchas obreras del sector siderúrgico a principios de los 90. Participó en la histórica 'marcha de hierro' que los trabajadores de AHV y de Ensidesa realizaron en 1992 para intentar salvar un sector que ahora está tocado de muerte por la entrada de “acero chino, pero también ruso a un precio imposible para poder competir, y por la tarifa eléctrica, algo para nosotros básico porque nuestra base de producción ahora es la chatarra, no el mineral,”, reconoce Manso. Curtido en la pelea y con una mirada capaz de paralizar la colada continua de acero, Manso recuerda que aquello “sí que fue traumático. Mirando papeles de aquella época, recordaba que AHV llegó a tener 14.400 trabajadores en nómina. Esa planta se cerró. Pero con la ACB habíamos conseguido llegar incluso a abrir dos líneas de colada con 550 trabajadores”, dice orgulloso.
Cosas de la vida, Manu, el padre de Mikel también fue trabajador de AHV y coincidió con Manso en aquella etapa convulsa para la comarca que acabó con la creación de la ACB, con accionistas institucionales de importancia como el Gobierno vasco o la entonces BBK (actual Kutxabank), que luego terminarían por ceder el accionariado, dejando libre el camino para que finalmente la multinacional india se hiciera con la mayoría del capital. “Mi padre era un hombre prudente y evitó llevar los problemas de Altos Hornos a casa. Entonces yo tenía 13 años años y pasó de puntillas para evitarnos el trago. Mi hijo tiene ahora dos años, es todo más fácil. Es evidente que al principio había un anclaje con ese capital de aquí, luego cuando un gran grupo siderúrgico ves que se interesa por tu empresa en un primer momento lo ves como una buena noticia. Pero cuando vimos la entrada del gigante Mittal, que se come todo el mundo y de una manera hostil, con agresividad, empiezas a pensar de otra manera”, desvela este delineante ahora en mantenimiento que entró como nueva savia en la ACB en 2004 con la segunda línea de colada. Apenas eran diez trabajadores en aquel primer grupo.
La ACB estaba produciendo una media anual de entre 600.000 y 700.00 toneladas de acero. En los buenos tiempos se ha llegado a pagar la tonelada de acero cerca de los 600 euros. “Ahora China ha tirado los precios hasta dejarlos en 280 euros la tonelada”, cifra Mikel Ugarte.
El pasado jueves el tiempo se detuvo de nuevo en la ACB. La multinacional Arcelor-Mittal confirmaba la “parada temporal e indefinida” desde principios de febrero de la fábrica sestaorra. Las dos razones esgrimidas por el gigante siderúrgico indio para el cierre son “la caída de precios de venta generada por los niveles de importaciones sin precedentes de acero de China a precios por debajo de los costes de producción, y el alto coste de producción de la ruta eléctrica”. El 'dúmping' de los productores chinos barría de un plumazo la competitividad de la siderúrgica vasca. Los costes de la factura eléctrica ponían la guinda al pastel de decepción horneado a fuego lento durante la crisis.
Y es precisamente ese término, el de “indefinido” el que ha acrecentado la “incertidumbre y la preocupación” que tanto Manso como Ugarte llevan en el rostro desde el jueves de la semana pasada. “El primer susto nos lo dieron en 2009 y en 2011 con el ERE y con pasar de dos líneas de colada a solo una. Sestao empezó a estar en el candelero. Entonces no pensábamos en el cierre, pero sí en quedarnos fuera del acuerdo marco cerrado para del resto de plantas en Asturias, Lesaka, Sagunto, Etxebarri”. Ahora la inquietud ha subido enteros. “¡Es que es una parada sin fecha de retorno, no como en 2011!”, subraya Manso. Y con el mismo tono de incertidumbre ante el futuro tercia en la conversación Ugarte: “Cuando yo empecé aquí hace 14 años reconozco que era la envidia de mi cuadrilla, que como los jóvenes de ahora tampoco lo tuvimos fácil. Tuve la sensación de entrar en una planta eterna. Pero ahora vemos que la ACB no es intocable, ni eterna”, resume con cierta decepción en sus palabras.
Mikel cruza una mira con Joserramón y éste asiente, pero sin doblar la cerviz. “Tenemos esperanzas reales de que esto sea algo pasajero. Esperamos que se reabra la planta de Sestao”, se anima Joserramón. Y Mikel completa el deseo con otra frase: “Claro que sí, tenemos esperanzas, no queda otra, lo contrario sería agachar la cabeza”. Los carteles que han comenzado a poblar las tiendas y los bares de la zona en solidaridad con los trabajadores de la Acería Compacta de Sestao apuntalan ese ánimo reñido con la derrota y la resignación. Fernando Miravalles, presidente de la Asociación de Comerciantes de la zona: “Lo estamos viendo en el consumo en nuestros establecimientos. Y lo notamos hasta en el ánimo de la gente. Toca estar unidos y dar todo nuestro apoyo”
El presidente del Comité de Empresa de la ACB, Juan Carlos Díaz, espera que la solidaridad que han podido comprobar a pie de calle y en las instituciones llene este sábado las calles de Sestao. “Vamos a intentar, con la alternativa que hemos presentado a la empresa, mantener la producción de manera intermitente”. Por eso ha reclamado a los responsables de Arcelor que “cuantifiquen la situación” y expliquen “qué dimensión tienen esas tres palabras”, en referencia a la “parada temporal indefinida”. “Si te dicen indefinido te están queriendo decir que, a día de hoy, no sabemos cuándo vamos a arrancar”, apuntó nada más conocer la decisión de la dirección.
¿Y qué esperanzas tienen en lo que pueda hacer la Unión Europea frente al dúmping que practican en este sector algunos países productores de acero como China?
El propio lehendakari ha viajado esta semana a Bruselas para entrevistarse con el comisario europeo de Cambio Climático y Energía, el popular Miguel Arias Cañete. Íñigo Urkullu apremió al representante comunitario a “tomar ya decisiones si Europa quiere ser competitiva en el sector siderúrgico en 2020: nuevas medidas 'antidumping' con mercados asiáticos y sobre todo con China, que vende por debajo de los costes de producción”. Joserramón no lo ve nada claro: “A los políticos les cuesta llegar a acuerdos y solventar los problemas. Hay muchos intereses por medio. Y al final siempre sufrimos los mismos, los trabajadores”.
Y la cadena más débil es la de los operarios de las subcontratas que trabajan para la ACB. Pedro Martínez, uno de ellos, ya ha comenzado junto a sus compañeros a sostener una pancarta todas las mañanas con un lema claro: 'Defendemos todos los empleos. Arcelor Sestao Ez itzi (no al cierre) Fdo Contratas'. Y han dejado también su huella con pintura roja frente a la fábrica: 'Trabajo para todos. Más de 500 familias afectadas'. Hace escasas semanas aún estaba pensando en el viaje de verano que lleva preparando desde hace más de un año con unas cuantas familias más para ir a Cuba. Ahora, conmocionado aún por la noticia, tiene otras prioridades. Y se preparaba para acudir a la marcha que ha tenido luga este sábado desde el corazón de Sestao. Estos días su vida transcurre entre Barakaldo, Sestao y Bilbao, donde vive. No quieren que al final los empleados de las contratas acaben siendo el hermano pobre de toda esta historia: “Todos somos trabajadores y queremos salvar el puesto de trabajo. Lo que pedimos es que en esta ocasión no pase como con Altos Hornos de Vizcaya, que al final dejó de lado a las contratas y nadie se acordó de ellas”, reivindica.
Terminada la marcha, Pedro está más animado. Acaba de recibir un mensaje en el teléfono de su representante sindical en el que recuerda la importancia de que los trabajadores de las contratas hayan acudido a la manifestación. Ahora queda lo más duro: mantener tensionados a todos los trabajadores en una situación que no tiene visos de solventarse en poco tiempo. La parada oficial de la ACB se producirá a principios de febrero. Aún no se ha determinado la fecha.