Alonso presume de un partido sin corrupción y obvia el caso de la sede del PP en Bilbao
La corrupción, la mala gestión pública, el pretendido “oasis vasco” o “paraíso” terrenal en el que supuestamente vive la ciudadanía vasca siguen muy vivos en el debate de esta campaña electoral. El candidato a lehendakari por el PP, Alfonso Alonso, se ha adentrado en ese charco electoral, no ya apelando a la presunción de inocencia ante la sucesión de casos de corrupción y nepotismo que afectan al corazón de su partido, sino sacando pecho. Y repartiendo invectivas contra los demás partidos, sobre todo al PNV.
En un tono categórico, Alonso ha subrayado que “el Partido Popular jamás ha tenido un caso de corrupción en Euskadi” al tiempo que ha destacado la “limpieza” de su partido, que ha gestionado entre otras instituciones tan destacadas como el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz -él mismo fue alcalde de la capital vitoriana- o la Diputación de Álava.
La aseveración realizada durante su intervención a primera hora de este primer lunes de campaña electoral en el desayuno informativo Fórum Nueva Economía fue inmediatamente contestada en las redes con los casos que la oposición ha utilizado en estos últimos años para castigar al PP por ese flanco también en Euskadi. Los seguidores de Twitter colocaron titulares como este “El PP pagó su sede en Bilbao con donativos hechos para proteger de ETA a sus concejales” o informaciones en las que se apuntaba de qué manera pagó con dinero negro el tesorero Luis Bárcenas la sede del PP en la capital vizcaína.
“Para llevar a cabo un control de la operación financiación de la compra y acondicionamiento de la sede del PP en Vizcaya, Luis Bárcenas creó una cuenta específica denominada ”Sede Vizcaya“ con las mismas características que el resto de la contabilidad B, de cuya llevanza era el responsable”, resumía un informe policial de 145 páginas de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEP). Los pagos se produjeron entre los periodos del 11 de noviembre de 1999 y el 16 de noviembre de 2005, periodo en el que el PP estuvo dirigido por Carlos Iturgaiz (cinco años) y por María San Gil (el último año).
Los adversarios políticos de Alfonso Alonso le han criticado también -y a su sucesor en la alcaldía de Vitoria, Javier Maroto- por estar “inhabilitado” para la gestión después del escándalo del denominado 'caso San Antonio. El Tribunal de Cuentas del Estado condenó, en mayo pasado, al presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, y al vicesecretario sectorial del PP, Javier Maroto, al pago de 393.862,31 euros por los perjuicios ocasionados en los fondos públicos en el alquiler de unos locales en la calle San Antonio de la capital alavesa.
El PP, desde el minuto cero, ha negado que ese caso, que está recurrido, esté ligado con la corrupción y siempre ha destacado que es una condena administrativa y no penal. Pero desde el alcalde de Vitoria, el peneuvista Gorka Urtaran, hasta la líder de EH Bildu, Miren Larrion, han aprovechado esa condena para señalar que Alonso y Maroto están “inhabilitados” para la gestión pública.
Ajeno a todos estos casos, lo que sí ha aprovechado Alfonso Alonso este lunes es para criticar al Gobierno vasco y al partido que los sustenta, el PNV, por su incapacidad para “adelgazar la Administración” en Euskadi. Alonso ha puesto el ejemplo realizado en este tema por el Gobierno de Mariano Rajoy, y de su vicepresidenta -presente esta mañana en el desayuno de Bilbao. Y ha censurado que el PNV, lejos de “adelgazar la Administración”, se dedica a crear “chiringuitos, entes donde suele haber gente colocada”.