Cierre de camas: ¿cuestión de organización o recorte?
Hasta un total de 1.171 camas va a cerrar Osakidetza durante el verano por una cuestión de “optimización de recursos”, ya que la actividad asistencial disminuye durante estas fechas. Es decir, una cuarta parte de las camas de los hospitales vascos no estará disponible. Lo que para Osakidetza supone optimización de recursos para los sindicatos es un crudo recorte que comportará “destrucción de empleo y reducción de la calidad asistencial”. Se trata de una polémica cíclica que coincide con los diferentes periodos vacacionales del año. El consejero de Salud, Jon Darpón, incluso ha tildado la polémica de “la canción del verano”. “Ningún paciente se va a quedar sin asistencia por falta de cama”, ha sentenciado Darpón.
Se trata de una protesta, según Darpón, que se da “en todos los sistemas de salud. Después del verano ya verán como no ha habido ningún paciente que se ha quedado sin asistencia por falta de cama”, ha zanjado. Pero ni el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) ni el Sindicato de Enfermería ni ELA lo ven de esa manera. “La enfermedad no toma vacaciones y los pacientes han de ser atendidos, con independencia del calendario”, replica el SAE.
Mientras, el Satse ha advertido de que durante el verano se reduce “al mínimo” el personal. Así, el cierre de camas obedece, según este sindicato, a razones “economicistas y no a razones de asistencia sanitaria. El cierre de camas en los hospitales sobrecarga de trabajo al escaso personal con el que cuenta Osakidetza en estas fechas”. ELA coincide en que el cierre de camas trae consigo la imposibilidad de mantener el ritmo de trabajo del conjunto del año, el aumento de las listas de espera, la imposibilidad de ingresar ágilmente a pacientes urgentes e, incluso, retraso de operaciones previstas. La política de recortes del Gobierno vasco está llevando a Osakidetza a dar su servicio “al límite y sin ningún tipo de margen”, ha denunciado.