“Cualquier mujer es una víctima potencial de la violencia machista”
“No hace falta que te abran la cabeza para que sea violencia de género”, “mientras él siga ahí yo nunca seré libre”… En una semana negra en Euskadi, con dos mujeres asesinadas a manos de sus parejas, algunas víctimas de violencia de género ofrecen su testimonio para intentar destripar qué hay detrás de los comportamientos violentos, cómo afecta a sus relaciones y qué consecuencias se derivan de esas situaciones. Todas coinciden en que la sociedad no sabe, ni se imagina qué es sufrir maltrato. También se quejan de los políticos: “La violencia de género no vende en las elecciones”.
Se trata de nueve mujeres que han protagonizado la película ‘Volar’ relatando en primera persona sus experiencias de maltrato, su recorrido vital y cómo han conseguido salir de ese infierno. Patrocinada por Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer, la cinta-documental se ha presentado en la pasada edición del Zinemaldi de Donostia y ahora sus protagonistas participan en coloquios en las principales localidades de Euskadi donde siguen relatando su experiencia de “supervivientes”.
Según Emakunde, “la película surge a iniciativa de las nueve mujeres protagonistas de la misma y es el fruto de su comprometido y valiente trabajo contra la violencia de género”. Las nueve mujeres comparten un fin de semana en un caserío vasco. Durante ese fin de semana, conversan amigablemente sobre su trayectoria vital, de cuándo se empezaron a torcer las cosas. Hablan del valor de acercarse a presentar la denuncia, lo que marca un antes y un después en su existencia. Son mujeres que se reconocen sin hablar y que encuentran en su compañera un espacio de protección.
Bertha Gaztelumendi, que actualmente es investigadora contratada en la Cátedra de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la Universidad del País Vasco, dirige el documental. “Se trataba de que la sociedad viera cómo es el día adía de una mujer que sufre maltrato, cómo les ha limitado. Nadie que no lo ha sufrido se puede imaginar los que es sufrir maltrato”. Gaztelumendi tiene claro que al final es la propia víctima la que sale adelante, cuando decide en su interior que ya basta.
Frente a los estereotipos, la película muestra la diversidad de las mujeres que sufren violencia. Las protagonistas son una arquitecta, una profesora de universidad, una empleada de limpieza, una secretaria, una profesora de castellano, una historiadora, una cuidadora de personas mayores, una estudiante, y una mujer que realiza trabajos de voluntariado. “Cualquier mujer es potencialmente una víctima de la violencia machista”, coinciden.
Ahora tratan de dar un sentido al sufrimiento padecido. “Me siento muy orgullosa de lo realizado”, explica una de las protagonistas. “Orgullosa y generosa por ser capaz de mostrar mi vida, mis sufrimientos, pero también mi capacidad de superación. Las víctimas de violencia de género somos supervivientes y por eso quiero decir a otras mujeres que pueden estar pasando por lo mismo que yo pasé que se puede salir. Nosotras [en referencia las nueves protagonistas del documental] hemos dado el paso de visibilizarnos y los hemos hecho como mujeres fuertes, superando el estigma de víctimas que nos ha acompañado toda la vida”.
Las nueve mujeres han conseguido echar a volar, transformar su dolor en algo útil y confían en que su testimonio ayude a todas las que se están enfrentando a la violencia machista y no son debidamente comprendidas.