“Si los presos de ETA no asumen el daño causado no tendrán solución de futuro”
¿Para qué recordar? ¿Cómo tienen que ser las políticas memoria? Estas son algunas de las preguntas a las que tratará de responder el IX Seminario Fernando Buesa, organizado por Fernando Buesa Blanco Fundazioa y el Instituto de Historia Social Valentín de Foronda. El seminario, que se celebrará el jueves y viernes de la próxima semana, contará con la presencia de historiadores, escritores, periodistas, víctimas de ETA y terroristas arrepentidos. En concreto, Adriana Faranda, exmiembro de las Brigadas Rojas y otro integrante del colectivo 'Presos comprometidos con el irreversible proceso de paz'. Lo que tienen muy claro los organizadores es que “si los presos de ETA no asumen el daño causado no tendrán solución de futuro” ni se podrá consolidar la convivencia. Así lo asegura Jesús Loza, uno de los patronos de la Fundación Fernando Buesa.
Sara Buesa, la vicepresidenta de la Fundación e hija del político asesinado por ETA, explica que con el seminario lo que pretenden es propiciar un espacio de reflexión sobre la memoria. “Necesitamos saber qué tipo de memoria se puede hacer y el papel que podemos jugar víctimas y victimarios. Una condición para la memoria y la convivencia es que los victimarios hagan un reconocimiento del daño causado, que quede claro el reconocimiento social del sufrimiento de las víctimas. Ellos tienen un papel importante en ese sentido y desde ahí podrá haber un encuentro, una convivencia”.
En esta nueva etapa de cese del terrorismo, de la que se cumplen dos años, los esfuerzos de la Fundación se han centrado en construir un relato. “Resulta difícil porque partimos de una raíz compleja y aspiramos a una memoria plural, compartida y consensuada. Basada en la verdad, la justicia y sin manipulaciones. Llegar a ese punto es fundamental de cara al futuro, pero resulta muy difícil. Una asignatura pendiente que queda aún es que el terrorismo no está claramente deslegitimado ni en la vida social ni en la política. La memoria puede ayudar a ello”.
“A nivel político”, añade, “el objetivo de ETA era imponer un proyecto totalitario mediante el terror y ese objetivo no está claramente deslegitimado hoy en día. A nivel social, tanto tiempo conviviendo con el terrorismo ha hecho que de alguna forma se normalice la violencia. Y hoy en día eso subyace en la sociedad vasca. Para nosotros es fundamental la memoria, pero también lo es para la convivencia futura. Habrá gente que prefiera pasar página, pero de cara al futuro hay que preguntarse sobre qué valores queremos construir la sociedad para contar con una convivencia democrática plena asentada sobre principios sólidos”.
Toque de atención
Para Jesús Loza, el seminario pretende “dar un aldabonazo a las instituciones y decirles que esto no puede seguir así. Durante nueve años todos los partidos democráticos han ido de la mano en el tema de las víctimas y cuando cesa el terrorismo las meten en debate político. Así, la situación de la memoria queda bloqueada. No sabemos nada del memorial de víctimas, el Día de la Memoria cada uno lo celebra por su cuenta... Se trata de cuestiones fundamentales para que no se diluyan las responsabilidades. Todos tienen que tener muy claro que seguimos aquí y no nos olvidamos”.
“Ha habido asesinos y víctimas, quien jalea y quien resiste. Lo que no podemos hacer es olvidarnos de la memoria. Recordar el terrorismo de ETA, del GAL, los abusos policiales, pero sin mezclarlos. Los presos de ETA deben recorrer un camino. Porque tienen que tener muy claro que si solución de futuro pasa por hacer autocrítica y asumir el daño causado. La alternativa es que cumplan toda la condena”.