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Sola en la vida, Iturbe y sola en la vida...

La directora general de EiTB, Maite Iturbe, durante la presentación en enero de la nueva programación del ente.

Aitor Guenaga

A mi me encanta la música. Es evidente. Pero eso no importa nada. Lo que no sé es si la directora de EiTB estará para bailes después de la semana que lleva. Maite Iturbe empezó estos siete días teniendo que apechugar ante el Consejo de Administración del ente público por el ERE que han montado en Eusko Irratia y la ha terminado con una doble página en el rotativo El Correo en la que se muestran de manera descarnda los rostros y las historias de algunos que ya se ven en la calle. Cara y ojos de historias que otros medios llevan presentando desde hace meses.

De hecho, este medio que ahora lee usted ha puesto la lupa en ese proceso desde antes incluso de que la actual dirección de la radiotelevisión pública vasca hablara de OPE alguna. ¿Recuerdan aquellos misteriosos carteles en el edificio central de Radio Euskadi de abril del pasado año con unas inquietantes preguntas: “¿Van a despedirme?”, “¿Kaleratuko ahal naute?” Y la respuesta era sí. Pero Iturbe ha tardado prácticamente diez meses en darla. En mostrar sus cartas, de la mano de una jurisprudencia del Tribunal Supremo.

Iturbe vendió este proceso de regularización de 79 contratos indefinidos no fijos primero como una OPE -Convocatoria Pública de Empleo, para usar el término oficial- y lo llevó a su Consejo de Administración para recibir la bendición de la izquierda abertzale representada por EH Bildu y LAB, además de los votos a favor de la representante de Euskaltzaindia y el de Eusko Ikaskuntza el pasado 29 de abril. Y los del PNV, claro, El PSOE se abstuvo, al igual que Iñaki Arrizabalaga, representante de la Unión de Consumidores, y el PP votó en contra desde un principio. En total, 14 'síes' (incluído el de Iturbe), dos 'noes' y cuatro abstenciones.

Iturbe ha jugado a ganar tiempo en todo este proceso. Y ha sido brillante en esa estrategia. Lo hizo cuando el PSE pidió el pasado 13 de noviembre su cabeza. El PP le concedió tres meses de vida y EH Bildu llegó al Parlamento con un discurso muy duro sobre la deriva del ente en materia informativa, pero defendiendo la OPE a capa y espada y con las lianas adecuadas para el rescate que Iturbe necesitaba en ese momento.

Pero Nerea Llanos, la secretaria general del PP vasco y consejera junto a Gorka Angulo en EiTB por ese partido, ya ha perdido toda fe en una posible reconducción de la situación. Ha solicitado una reunión con Iturbe para informarle de que el plazo ha expirado definitivamente y que los populares ven su figura subiendo por las escaleras hacia el cadalso. Iturbe la recibirá, aunque ya sabe lo que le viene encima, porque los populares fueron muy duros en la reunión del pasado martes. Y lo volverá a ser el próximo jueves. Y pese a que Iturbe estuvo bien parapetada tras los informes jurídicos que redacta el abogado de cabecera del ente, Manu Salinero -gran conocedor de La Casa desde épocas inmemoriales, bien lo sabe Ortuzar-, lo evidente es que de los 79 contratos a regularizar, los que no hayan sacado plaza (la inmensa mayoría) se van a la calle.

Lo que a esta alturas también sabe Iturbe es que el próximo jueves Unai Urruzuno no estará para sacarle las castañas del fuego. EH Bildu no quiere ahora saber nada del ERE, ni de la línea informativa del ente -que censura con dureza- ni de Maite Iturbe. Los socialistas, con cierta habilidad, han colocado para la primera sesión del Parlamento vasco una iniciativa firmada por Mikel Unzalu en la que entre otras cosas exigen la retirada del ERE. Alea jacta est.

Y es ahí cuando Iturbe puede hacer dos cosas: colocarse unos cascos y escuchar la canción de La Otxoa o admitir que con la soledad en la que se encuentra, lo normal en cualquier país democrático sería reconocer que ha perdido la confianza de todos los grupos del Parlamento, salvo el suyo propio. Y actuar en consecuencia.

O puede ponerse a bailar un foxtrot, como la protagosnista del tema de José Antonio Nielfa.

¿Conocen la letra? Es popular (ahí les dejo un fragmento)

....

Porque me gusta bailar,

y mi novio se enteró,

cuando me iba yo a casar,

el infame me dejó,

ay!, ay!, ay!,

que afición tan singular,

un marido me costó.

Y él que no sabe querer,

no se puede figurar,

lo que sufre una mujer,

lo que tiene que penar,

ay!, ay!, ay!,

si la dejan de querer

por foxtrotear.

....

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