Euskadi se ofrece como corredor humanitario para los refugiados
- El Gobierno vasco se basa en la experiencia impulsada en Italia por la comunidad de San Egidio y podría aplicarse de manera inmediata a 50 personas
El Ejecutivo vasco ha planteado al central poner en marcha una experiencia piloto de corredor humanitario en Euskadi siguiendo la estela de la experiencia impulsada en Italia por la Comunidad de San Egidio de la mano del Gobierno italiano. Esta iniciativa ha permitido trasladar de manera legal y segura a personas refugiadas sin que tengan que poner en riesgo su vida al intentar cruzar el Mediterráneo. El pasado año más de 5.000 personas han muerto en el mar huyendo de la guerra y la miseria. El secretario general para la Paz y la convivencia del Ejecutivo vasco, Jonan Fernández, ha asegurado que Euskadi está en condiciones de recibir de manera inmediata a 50 refugiados en esas condiciones, tras un proceso de identificación en origen en colaboración con entidades que trabajen en la zona en la que se encuentran. “Son personas en situación de vulnerabilidad a las que se les otorga un 'visado humanitario' para evitar el riesgo de naufragar”, ha explicado Fernández.
La comunidad de San Egidio ha sido la primera en desarrollar la experiencia del corredor humanitario. La selección y la emisión de visados humanitarios la realizan las asociaciones impulsoras a través de contactos directos en los países donde se realiza el proyecto o por indicación de actores locales (ONG locales, asociaciones, organismos internacionales, Iglesias y organismos ecuménicos….). Estas organizaciones preparan una lista de potenciales beneficiarios. Cada persona propuesta debe ser aceptada por los responsables de las asociaciones y luego por las autoridades italianas. De esta forma se evitan los viajes con barcas a través del Mediterráneo, que ya han provocado miles de muertos, muchos de ellos niños.
Además, se impide la explotación de los traficantes de personas que se lucran con aquellos que huyen de la guerra y se facilita que personas en situaciones de vulnerabilidad (por ejemplo, perseguidas y torturadas, familias con niños, ancianos, enfermos y discapacitados) entren legalmente en territorio italiano con un visado humanitario y tengan la posibilidad de presentar posteriormente la petición de asilo. Los corredores humanitarios prevén la llegada a Italia de 1.000 refugiados durante dos años. Las organizaciones que han propuesto el proyecto al Estado italiano se comprometen a proporcionar asistencia legal a los beneficiarios de los visados cuando estos presenten la petición de protección internacional; hospitalidad y acogida para un largo periodo, y apoyo económico para su traslado.
De momento, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha conocido de primera mano la experiencia desarrollada por la comunidad de San Egidio y el Gobierno vasco se ha reunido con los obispos de la comunidad autónoma. Los prelados ya han mostrado su predisposición a colaborar “en todo lo que sea necesario”.
Defensores autonómicos
Por otra parte, los defensores del pueblo de las comunidades autónomas han alzado la voz contra la tramitación con “cuentagotas” de los procedimientos de acogida en los Estados miembros de la Unión Europea. En una reunión de trabajo mantenida en Vitoria, los defensores apelan a las instituciones implicadas en la gestión de esta crisis para que se arbitren, sin dilación, medidas destinadas a proteger “eficazmente la vida, la integridad, los derechos y la dignidad de cientos de miles de hombres, mujeres y niños, obligados a huir de sus países de origen, inmersos en conflictos devastadores, y que son merecedores de protección internacional”.
Deploran el “escaso” cumplimiento de los compromisos relativos a la reubicación y reasentamiento de personas refugiadas por parte de los Estados miembros de la UE y, en particular, de España. Esa inacción del Gobierno central ha “impedido” que las comunidades autónomas hayan podido cumplir hasta hoy sus funciones en la acogida de las personas solicitantes de refugio.
“La excepcionalidad, urgencia y gravedad de la crisis humanitaria”, han recalcado, “hacen necesario superar el actual sistema de acogida, lento e ineficaz, favoreciendo mecanismos de coordinación territorial entre la administración central y las de las comunidades autónomas, que posibiliten una gestión capaz de dar respuesta a la magnitud del problema”.