Euskadi recupera el nivel de ingresos previo a la crisis pero pospone la reforma fiscal
La partida económica de cara a la configuración de los presupuestos de 2018 se juega en dos tableros. Por un lado, en el denominado Consejo Vasco de Finanzas Públicas, que sienta a Gobierno vasco, Diputaciones y a la asociación municipal Eudel, se realiza un análisis puramente estadístico de la recaudación fiscal y se propone una previsión de techo de gasto para todas las instituciones vascas de cara a las cuentas del próximo ejercicio. Por otro, los partidos que dirigen en coalición esas instituciones, PNV y PSE-EE, han discutido en las últimas semanas fuera de los focos una reforma fiscal ahora que se cumple el período de vigencia de la anterior. Y las conclusiones de ambas mesas han sido dispares. El Consejo Vasco de Finanzas Públicas, reunido este miércoles por la tarde, ha constatado que las Haciendas forales han podido recuperar el músculo que tenían en 2007, es decir, antes de la crisis, lo que unido al acuerdo con el Estado en torno a las liquidaciones del Cupo de años pretéritos permite fijar una previsión de ingresos para 2018 de 14.391 millones de euros, cuando hace un año era de 13.498. En cuanto a los retoques en los impuestos, sin embargo, los representantes institucionales han preferido posponer las explicaciones: “Hoy no toca”.
La sesión del Consejo Vasco de Finanzas Públicas, después de años de estrecheces e incumplimientos flagrantes de las previsiones, ha permitido sonreír a todas las instituciones. Euskadi recaudará en 2017 14.367 millones, 13.767 si no se tiene en cuenta la inyección “coyuntural” que supuso el acuerdo del Cupo. Es una cifra récord e incluso sin el 'extra' se queda muy cerca del tope histórico previo a la crisis, los 13.772 millones de 2007. “Ciertamente estamos en año récord de recaudación. Volvemos a tener la que tuvimos en 2007. Eso no quiere decir que hayamos terminado la crisis, ni mucho menos. Pero tocamos techo, diez años después”, ha resumido el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria.
Se trata de un incremento de los ingresos del 10,9%, del 4,7% si no se tiene en cuenta los 600 millones extraordinarios fruto de los acuerdos con el Gobierno central en el marco de la comisión mixta del Concierto Económico. Son subidas por encima del crecimiento nominal del PIB, según han remarcado las instituciones. Todas ellas se han mostrado satisfechas aunque finalmente el resultado no haya sido tan espectacular como el que indicaban los datos de recaudación de verano.
En este escenario, las instituciones prevén un nuevo año de récord en 2018 y mantener un crecimiento de la recaudación en un 4,5%. De esta manera, la cifra mágica a partir de la cual se confeccionarán los presupuestos autonómicos, forales y municipales será de 14.391 millones. Según el sistema interno de financiación, el 70%, alrededor de 10.000 millones, pasará al Gobierno vasco, que redondeará su presupuesto con el resto de ingresos (tasas, créditos, etc.).
Las cifras permitirán al Ejecutivo de Iñigo Urkullu plantear el 24 de octubre un proyecto de presupuestos expansivo, aunque el consejero vasco de Hacienda, Pedro Azpiazu, ha reiterado que tampoco habrá “alegrías”. “El dinero no sobra”, ha señalado gráficamente Azpiazu. En 2018, en línea con la directriz europea, el margen de déficit bajará del 0,6% del PIB al 0,4%, lo que supondrá 140 millones menos. Además, el pago de intereses y de la amortización de la deuda, creciente año a año, podría llevarse otro pellizco de 300 millones. La previsible subida de costes de personal por las mejores retributivas, finalmente, supondrán otro desembolso importante.
El diputado general alavés, Ramiro González, se ha expresado en la misma línea: “Estamos en niveles de recaudación similares al momento en el que da inicio la crisis económico, pero con mayor endeudamiento”. González, como Azpiazu y el representante guipuzcoano, Markel Olano, han introducido el concepto de “suficiencia financiera”. En una sociedad envejecida y con cada vez más servicios que pagar (a la sanidad y a la educación se le han unido la dependencia, la vivienda o la garantía de ingresos en los últimos años), el volumen de recursos necesarios es cada vez mayor y la recaudación debe permitir sostener ese sistema de bienestar social.
Se da la circunstancia de que hace unas semanas, el diputado general de Bizkaia planteó en sus Juntas Generales que la mejora económica permitía ya reducir el tipo nominal del Impuesto de Sociedades para las grandes empresas. El 28% actual, explicó, desincentiva a las compañías dado que en España es del 25% y también es menor en el resto de Europa. Ese debate se había introducido en la segunda mesa, en la que sienta a PNV y PSE-EE para analizar una posible reforma fiscal. Los socialistas, desde un inicio, rechazaron una bajada para las empresas, en sintonía también con algunas declaraciones del consejero Azpiazu sobre la “suficiencia financiera”.
Finalmente, no ha habido acuerdo entre nacionalistas y socialistas sobre los ajustes en materia tributaria de cara al próximo año (al menos de momento). Los periodistas han tratado de arrancar a todos los presentes en el Consejo Vasco de Finanzas Públicas algún comentario al respecto pero la consigna era clara: todos han respondido “No toca”. Todo lo más que ha dicho Rementeria es que su propuesta de bajar el tipo nominal del Impuesto de Sociedades no sólo no sería perjudicial para Hacienda sino que permitiría mejorar la recaudación al dinamizar la economía. Acto seguido, González ha intervenido para evitar que se trasladase una imagen de desacuerdo y ha reseñado que existe “sintonía” en el PNV en torno a los impuestos y que será la negociación con el PSE-EE la que zanje esta cuestión.