La Fiscalía evita apuntar a la jefatura policial en el 'caso Cabacas'
El 'caso Cabacas', la muerte a causa de una pelota de goma lanzada por un ertzaina del hincha del Athletic Íñigo Cabacas, no verá elevado el listón de responsabilidades, al menos en esta fase de la investigación. La fiscal encargada del caso, Pilar Giménez, se resiste a dar el paso de imputar a ningún ertzaina, incluido el jefe de operaciones (Ugarteko) que dio la orden de cargar. Además, ha decidido no recurrir el auto de imputación dictado la semana pasada por la juez instructora contra los tres ertzainas que admitieron haber disparado pelotas de goma aquella noche y el suboficial que estaba en la furgoneta el día que cayó herido de muerte Íñigo Cabacas, en abril de 2012.
Fuentes del Ministerio Público han confirmado a eldiarionorte.es que Juan Calparsoro, fiscal superior del País Vasco, había solicitado un informe a la fiscal encargada del caso, en relación con la decisión adoptada recientemente por la juez que instruye la investigación. La juez ha imputado a los tres únicos ertzainas que admitieron en su declaración judicial haber disparado pelotas de goma aquella noche y al suboficial que estaba sobre el terreno en la furgoneta el día que calló herido de muerte Cabacas.
El informe, que obra ya en manos de Calparsoro, señala que no se va a recurrir el auto de imputación. La fiscal prefiere que se realicen más diligencias de investigación antes de fijar una posición en torno a posibles imputaciones, incluida la del jefe de operaciones (Ugarteko, con el número policial 3316). No es la primera vez que Calparsoro pide explicaciones e información a la fiscal sobre la situación del caso. Hace varios meses, cuando la letrada de la acusación particular en representación de los padres de Cabacas, Jone Goirizelaia, denunció una supuesta dilación en la investigación, el fiscal superior también solicitó un informe. La fiscal respondió en su informe que “en lo referente a la tramitación del asunto, no existe ningún retraso”.
En aquella ocasión, además, la fiscal ya explicaba que antes de imputar a nadie era “preciso deslindar mediante los actos investigadores necesarios, la concreta actuación de los intervinientes, pues en el ámbito penal bajo la óptica de los principios que permiten considerar a una persona como autora mediata o inmediata, no caben imputaciones genéricas sin un fundamento concreto para dirigir la imputación”. De esta forma se refería a la intención de la abogada Goirizelaia, rechazada por la juez en su auto de 14 de mayo de 2012, de imputar a 63 agentes de la Ertzaintza.
Cadena de mando
La decisión de proceder contra el jefe de operaciones o contra los agentes que dispararon no ha sido descartada completamente, pero la fiscal del caso ha optado por esperar a que continúe la instrucción y se practiquen más diligencias antes de subir un peldaño en el grado de responsabilidad en el fallecimiento del hincha del Athletic. Por el momento, el nivel llega a suboficial. El Ugarteko tiene rango de oficial habilitado. Esta es otra de las cuestiones que deberá aclarar la investigación: cuál fue la cadena de mando aquella noche y desde dónde llegaron las instrucciones porque la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Bilbao tiene varios cargos en las actuaciones: jefe de operaciones, oficiales, suboficiales. De ahí que se haya considerado necesario dejar claras las responsabilidades. El jefe de la comisaría de Deusto entonces era el intendente Jorge Aldekoa.
En aquel operativo policial de la Ertzaintza, organizado para el partido europeo del 5 de abril de 2012 que enfrentó al club rojiblanco con el equipo alemán Schalke 04, el jefe de operaciones (Ugarteko) ordenó a los ertzainas que estaba en la zona esperando órdenes: “Entren al callejón con todo lo que tenemos, entren en la herriko”. La conversación, reproducida el pasado mes de abril por el diario Gara-Naiz-info, formaba parte de una grabación abolutamente parcial de 11 minutos de duración de las conversaciones mantenidas esa noche entre los diferentes suboficiales o jefes que estaban sobre el terreno con el jefe operativo que estaba en la base. En las conversaciones filtradas entonces se podía interpretar que el jefe operativo daba órdenes de cargar pese a que desde el lugar se le indicaba que la cosa “estaba controlada”: “Aquí la situación está controlada... ahora mismo no hay ningún altercado” o varios minutos antes otro ertzaina había referido: “Aquí no se ve ninguna pelea”. Sin embargo, fuentes policiales han confirmado que desde otros jefes se le estaba relatando que los agentes habían sido recibidos con botellas y objetos nada más llegar. De hecho, las primeras patrullas son enviadas al lugar porque se habido producido una pelea y una persona estaba herida.
En la memoria de la Fiscalía del año 2012 ya se relataba que se recibió un “aviso de que se estaba produciendo una pelea tumultuaria en la que se estaban lanzando objetos contundente en la zona de las próximas al estadio de fútbol, el Centro de Coordinación de la Ertzaintza ordenó a los agentes que actuaran para liberar la zona, utilizando en su caso, material antidisturbios”. “Durante esta actuación”, relata la memoria, “se produce el impacto de la pelota de goma, determinando el informe de autopsia que la muerte ha sido causada por impacto de proyectil esférico compatible con el usado como material antidisturbios, de forma prácticamente perpendicular sobre la región derecha cefálica de la víctima sin que se pueda informar con certeza sobre la distancia del disparo”. El posterior informe y reconstrucción de los hechos realizada por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) aclaró que la persona que disparó la pelota que mató a Cabacas estaba a un máximo de 25 metros.