El Gobierno califica de “valiosa aportación” las ausencias de un alto cargo para dar clase en la UPV
Que un alto cargo que cobra 5.429,50 euros al mes y dirija una compañía pública de 1.000 empleados se ausente algunos días de su puesto de trabajo para dar clases en la UPV supone “una valiosa aportación de una sociedad pública a la formación y preparación práctica de las y los universitarios y a la colaboración entre la universidad y el sector público”. Esa es la opinión de la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, sobre las ausencias del director general de Euskotren, ïñigo Palomina, para dar clases en la Facultad de Empresariales que la Universidad del País Vasco tiene en San Sebastián.
Palomino acude los jueves por la tarde y los viernes durante toda la mañana a la escuela de empresariales como consta en el programa del profesorado del departamento de organización de empresas. En concreto, los jueves tiene tutoría y los viernes imparte cuatro horas de clase. Esta peculiar forma de dirigir la compañía ha llevado a EH Bildu y a PSE a pedir explicaciones a la consejera Oregi, máxima responsable de la compañía de trenes y tranvías públicos. En su respuesta a las preguntas de los dos partidosl, la consejera indica que Palomino da cuatro horas de clase, pero se olvida de que debe desplazarse desde Bilbao a San Sebastián, lo que supondría otras dos horas entre los viajes de ida y vuelta. Además, tampoco menciona en su respuesta las tutorías que Palomino tiene los jueves por la tarde y que también requieren de su presencia.
En otro momento de la respuesta, Oregi destaca como un mérito el hecho de que “a iniciativa personal” del propio Palomino se les descuenten de su sueldo de director los 479,86 euros brutos mensuales que percibe de la UPV por las clases. Palomino está obligado por ley a hacerlo, de lo contrario estaría incurriendo en una ilegalidad.
La consejera alaba la circunstancia de que los profesionales ejerzan labores de docencia en la Universidad porque “es algo que se considera como positivo en todos los ámbitos relacionados con la educación superior y la empresa. De todos es sabido que la relación Universidad–Empresa es una demanda creciente de la sociedad. El hecho de que el director general de una compañía de aproximadamente 1.000 empleados, dándose el hecho de que dicha actividad ni interfiere ni afecta a sus tareas profesionales, desarrolle labores en la Universidad es algo bueno para ésta”.