El Gobierno frena las exigencias independentistas de EH Bildu alertando de la “fractura social”
La crisis catalana se ha vuelto a colar en la sesión de control al Gobierno que ha celebrado este viernes el Parlamento, protagonizada por el portavoz y consejero de Autogobierno, Josu Erkoreka, toda vez que el lehendakari, Iñigo Urkullu, se encuentra de viaje oficial en Quebec. Erkoreka ha lamentado que el PP siga insistiendo en que Urkullu es un “peligroso radical” y en el riesgo de contagio. Asimismo, ha frenado las expectativas de EH Bildu de reconocer la República Independiente de Catalunya y de activar un segundo frente al Estado desde el País Vasco alertado de los riesgos de “fractura social” de este tipo de procesos y apelando a un pacto “integrador” y “pactado” para reformar el autogobierno vasco.
Ha sido Alfonso Alonso, líder del PP, el que ha abierto la batería de preguntas a Erkoreka sobre el 'procès'. Alonso ha cuestionado los “criterios” que han llevado a Urkullu de viaje a Quebec justo en este momento. La región francófona de Canadá, que celebró dos referendos independentistas en los que se impuso el 'no' a la secesión, es un modelo para Urkullu de ejercicio legal y pactado de la autodeterminación de las naciones sin Estado. Para Alonso, en cambio, Quebec es “incertidumbre”. Las consultas allí tuvieron “consecuencias graves para la sociedad”, ha sostenido el dirigente 'popular', que ha añadido que “las empresas se fueron pero no han vuelto” y que “los jóvenes se fueron a Toronto”, en Ontario.
Erkoreka, en su réplica, ha defendido el contenido “económico” y “cultural” de la misión a Quebec, aunque no ha negado su poso político. Y ha lamentado el “empeño obsesivo” del PP por poner en el mismo plano a Urkullu y a los independentistas catalanes. Ha subrayado que no tiene “el más mínimo recorrido” dibujar al lehendakari como un “radical peligroso”. Ha zanjado el debate asegurando que el Gobierno de España considera también a Canadá un país “amigo”.
EH Bildu: “España tiene un problema cultural”
Erkoreka, precisamente, ha exhibido ese perfil moderado e institucional en la respuesta a una interpelación de EH Bildu, que demandaba al Gobierno vasco el reconocimiento de la independencia de Catalunya. La coalición abertzale convertirá esta pregunta en moción para forzar una votación al respecto en la Cámara, previsiblemente el 16 de noviembre. La parlamentaria Jasone Agirre ha recordado que algunos municipios como Villabona, Tolosa o Andoain ya se han pronunciado al respecto.
Agirre se ha erigido en voz de “una parte del pueblo” y ha reclamado a Erkoreka pasos de apoyo a la pretendida república soberana como el representante de “otra parte del pueblo”. La representante de EH Bildu ha realizado una dura descripción del papel del Estado en la crisis catalana y ha llegado a asegurar que la izquierda abertzale conoce bien lo que es pisar las cárceles españolas por defender unas ideas, lo que ha motivado el enfado de la bancada del PP. Sin matices, Agirre ha proclamado que “lo de España es un problema cultural con el no, con no aceptar la disidencia política”. Y ha apostillado, esgrimiendo un ejemplar de la Constitución de 1978, que en el siglo XXI “se repiten los mismos parámetros que con la inquisición”.
Por todo ello, EH Bildu reclama al PNV poner pie en pared y activar el segundo frente independentista. Si Alonso emplazaba al Ejecutivo de Urkullu a abrazar la senda de la “estabilidad”, Agirre ha asegurado que su coalición sería “generosa” para reeditar un frente unitario como el que ha constituido Junts pel Sí en el Parlament.
Erkoreka, como antes el lehendakari o la plana mayor del PNV, se ha quedado en el “respeto” a los pronunciamientos del Parlament, pero no ha dado el paso del “reconocimiento” de la independencia. De hecho, Erkoreka ha realizado una lectura jurídica de la literalidad de la resolución votada el pasado viernes para asegurar que sólo se prevé el “inicio” de un proceso “constituyente” y no aparentemente la secesión. También ha asegurado que “todos” los partidos catalanes están pensando en las elecciones “autonómicas y no constituyentes” del 21 de diciembre. “No necesitamos un jurista, necesitamos un político”, le ha reprochado Agirre al consejero de Autogobierno, al que le ha pedido imaginarse que podría ser él el que estuviera “con el buzo blanco” en Soto del Real como varios de los miembros del Govern.
A ese respecto, el 'número dos' de Urkullu sí que ha señalado que ve “desproporcionado, innecesario y encima contraproducente” el encarcelamiento de Oriol Junqueras y otros consejeros catalanes. No obstante, ha recalcado que en el plano político vasco debe imperar el “realismo”. “Se habla en nombre del pueblo cuando se sabe que esos planteamientos no representan a todo el pueblo y tienen consecuencias desde el punto de vista de la cohesión social. Andemos con cuidado. El pueblo es el pueblo y nadie tiene derecho a hablar en nombre de todo él”, ha reflexionado Erkoreka en euskara.
EH Bildu exige la salida del PSE-EE del Gobierno
La coalición EH Bildu también ha preguntado al consejero de Vivienda y Medio Ambiente, Iñaki Arriola, que ejerce de hombre fuerte del PSE-EE en el Ejecutivo de coalición con el PNV, por su posición política en torno a la crisis catalana. Arriola ha defendido las vías legales para reformar el Estatuto en el Parlamento y ha remarcado que ninguna Constitución del mundo reconoce el derecho a decidir, que para él es un “cosmético” del independentismo. Ha apuntado que menos de un cuarto de la población vasca, además, respalda ahora mismo la secesión.
De nuevo apelando al “pueblo”, el abertzale Unai Urruzuno ha replicado a Arriola que “no se puede representar institucionalmente a un pueblo e ir en contra de la mayoría”. Y se ha preguntado: “¿Hacia donde va este Gobierno que por una parte apoya el derecho a decidir y por otro lo rechaza?”. Según EH Bildu. el de PNV y PSE-EE “no es un Gobierno viable” ni “ético”. “El PSE-EE no es apto para poder representar institucionalmente a este pueblo”, ha zanjado Urruzuno con unas palabras que han motivado la queja del consejero socialista, que ha recordado la amenaza de ETA y que su partido sigue “en pie” representando a miles de votantes a pesar de ello.