“Sin el Islam moderado no tenemos nada que hacer contra los yihadistas”
Fernando González (Bilbao, 1970) lleva una década especializándose por su cuenta en la lucha contra los elementos radicalizados islamistas. Este agente de base de la Ertzaintza, que ha estado en Israel, ha formado a la policía saharaui, estudia Criminología en la Universidad, ha estado en la lucha contra los radicales en Renteria en los años de plomo y tiene buenas conexiones operativas con el resto de policías españolas que combaten el yihadismo, está ofreciendo un seminario formativo a agentes de la policía vasca durante estas semanas organizado por el sindicato mayoritario de la Ertzaintza, Erne. La entrevista con González, que pese a lo que pueda parecer trabaja en Seguridad Ciudadana y no en la Oficina Central de Inteligencia de la Ertzaintza (OCI) y ha adquirido su nivel de especialización por su cuenta, tiene lugar un día después de la matanza en Túnez y el mismo día del doble atentado en las mezquitas chiíes de Yemen en el han muerto 142 personas.
No oculta usted lo complicado que resulta combatir a una organización como el Estado Islámico (ISIS) que sobre todo es capaz de “ofrecer esperanza” a mucha gente, amén de los servicios típicos de un Estado como es educación, comedores sociales, infraestructuras o sanidad. Parece una estrategia ganadora, aunque se sustente en el terror.
Así es. Es ser alguien para alguien. Es la búsqueda de la identidad. De alguna manera es lo mismo que ofrecía ETA para muchas personas que buscan y necesitan un referente: he conocido mucha gente que se metió en ETA y para ellos que les pusieran su foto en la 'herriko taberna' era primordial y les llenaba de orgullo.
Con la diferencia, entre otras, de que además el ISIS funciona como un Estado, con su propio territorio 'liberado' a los infieles.
Llamarles Estado a ellos, al Daesh [Estado Islámico] es de alguna manera legitimarlos y lo considero un error, como lo de los 'lobos solitarios'. Damos una imagen en positivo, casi idílica de algo que no tiene ni pies ni cabeza y que se basa en el terror y en infundir miedo a sus enemigos. Pero que ingresa tres millones de dólares diarios gracias al petróleo.
Dice usted que en occidente nos sentimos atacados, pero los números que ha facilitado desmienten realmente esa percepción que tenemos: las víctimas en 2014 y lo que llevamos de este año por atentados terroristas de corte yihadista en occidente son 20 personas, mientras que en el resto del mundo superan los 27.000.
Sí. Lo que buscan es un enfrentamiento con occidente muchos de ellos. Y lo van a intentar de nuevo sin ninguna duda porque se ven como un engranaje de una pieza que es más grande que ellos. No ven el tiempo de manera relativa como nosotros, nosotros buscamos un operativo policial que detenga, desmantele las células y se acabó; ellos saben que si son detenidos pasarán el tiempo que sea en la cárcel y cuando salgan volverán otra vez a matar. Y están evolucionando en las captaciones de futuros mártires, por eso es muy importante estar expectantes y ver esto por dónde va. Hay que ver cómo son sus publicaciones, por ejemplo la revista Dabiq, muy bien hecha, con muchos medios, las citas de su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, y que presenta esas alegorías al enfrentamiento -muy de la tradición musulmana- contra occidente en las que pese a las miles de bajas que se producirán, al final vencerán. Toda esa imaginería y fantasía que tienen para ellos es muy importante: degollar cristianos en Libia... Buscan que salga de nuevo otro George Bush que diga que va a desatar una nueva cruzada.
Más gasolina para el enfrentamiento y para su imaginario colectivo.
Claro. Este lenguaje afecta incluso a los musulmanes moderados, que al escuchar lo de la cruzada les viene a la cabeza toda la carga que tiene ese término para ese mundo. Les da argumentos para seguir o para radicalizarse. Necesitamos al mundo musulmán moderado, lo necesitamos para ganarles. Ellos son los mayores perjudicados y son los que mejor los pueden identificar, y no me estoy refiriendo a ser chivatos, se trata de que defiendan ellos su religión. Sin el Islam moderado no tenemos nada que hacer contra los yidadistas. Si no nos apoyamos en ellos, si no nos ganamos su confianza, se nos van a colar por todas partes. Son nuestra primera línea de defensa porque ellos nos va a decir: cuidado que ha venido no sé qué imán radical o lo que sea. Para cuando muere un occidental han muerto 3.000 musulmanes que también tienen familias, hijos y tambien sufren, pero nosotros no lo percibimos igual. Es como cuando vemos en la televisión a un crío negro que se está muriendo de hambre, simplemente cambiamos de canal y ya está. Es un concepto tan diferente a lo que hemos sufrido aquí con el terrorismo de ETA aquí, que buscaba unos parámetros politicos, la Alternativa KAS, la independencia, esto es otra cosa.
Sin olvidar el problema que tenemos para enfrentarnos a ellos con nuestra legalidad y con nuestros excesos: ahí está Guantánamo, los secuestros en cárceles ilegales, las torturas.
En realidad todo es geoestrategia, geopolítica y una lucha por le control de los recursos naturales: petróleo, etc. Por ejemplo, en la zona kurda de Erbil, con 45.000 millones de barriles de crudo, lo que defendemos es eso; no defendemos al pueblo musulmán. Tanto que enarbolamos la bandera de las libertades, no es verdad. ¿Qué libertades se defiende cuando se apoya a Arabia Saudi? 'Liberamos' naciones por intereses económicos, si no hay intereses económicos no vamos. Nigeria no nos importa lo más mínimo, Mali, etc.
Pues es increíble, ahora justo que se ha producido el pacto entre el grupo terrorista Boko Haram y el ISIS.
Es el pacto terrorista más importante que se ha producido en los últimos años. Los dos grupos que actualmente más matan en número en el mundo acaban de sellar un acuerdo.
¿Y cómo nos enfrentamos aquí a todo esto? Porque nuestro estados en la búsqueda de la seguridad acaban cercenando las libertades civiles y los derechos humanos. ¿No es esa otra victoria de la yihad?
Policialmente, como occidentales, estamos muy encorsetados en unas leyes que nos exigen y que esta gente no va a cumplir ni nada que se le parezca. Luchamos en una desigualdad de condiciones tan evidente y tan enorme que podemos prevenir o minimizar, pero acabar con esto, no sé.
¿La sociedad es consciente de que la seguridad absoluta en nuestras sociedades no existe?
Ni existe ni va a existir, y esta gente sabe cuáles son nuestra debilidades y ahí ataca y sabe que nuestra sociedad es muy garante de las libertades y los derechos fundamentales. Bueno, muy garante entre comillas, claro. Y nuestra mayor debilidad es el miedo: antes teníamos miedo al bloque soviético y ahora al mundo islámico. Y el miedo genera corderos moldeables y manipulables y eso es muy triste, pero es la realidad. Tenemos medios materiales como policías para luchar contra ellos, pero la diferencia entre nuestra implicación y la que tienen ellos es abismal y desproporcionado. Guantánamo es una tragedia, pero para EE UU le ha salvado muchas cosas, es triste pero es así. Y a la vez ha generado problemas mucho más grandes.
¿La respuesta del Estado no debería ser incidir mucho más en la coordinación policial, en la inteligencia, en la prevención, evitar los proceso de captación, más que en recortar libertades?
Si EE UU el gasto que hizo en la guerra de Afganistán lo hubiera destinado a dotar a esa sociedad de bienes materiales, agua corriente, carreteras, seguramente la población civil no habría apoyada a los Talibán.
Y eso fue en 1979.
Pero se ha vuelto a repetir después en Irak. EE UU derrocó a Sadam Hussein en Irak, un país que funcionaba, dicho incluso por los católicos, una minoría que vivía bien y respetada, y con la bandera de la libertad ha creado un batiburrillo gigantesco que ha dejado un país donde todo el mundo se persigue y duda del otro. Lo que interesa al final es invertir en miedo, no es cultura. Alguien dijo aquello de “teme a la persona de un solo libro”, si solo tienes una forma de ver la vida y de pensar, muy malo. ¿Por qué los Estados no invierten en prevención, en inteligencia y en hacer una comunidad de inteligencia a nivel nacional, sino que estamos separados en policías nacionales, guardias, ertzainas, mossos, policías locales? Deberíamos tener una comunidad de inteligencia que funcionara de verdad y rápido. ¡Pero hay tantos intereses de partidos, políticos!
¿Cómo está la cosa en Euskadi y en la Ertzaintza en concreto, con la Oficina Central de Inteligencia (OCI)?
Mi experiencia con la OCI siempre ha sido muy mala. Mira es muy diferente trabajar en la policía que ser policía. Hay gente muy cualificada pero la dirección ... Los mandos de la Ertzaintza han potenciado la mediocridad. Hoy mismo ha salido el nuevo despliegue: pues el perfil 2 de euskera cuenta 16 puntos y una carrera universitaria tres puntos y máximo cinco si tienes dos carrera o un idioma extranjero 0,75, si pasa esto es que algo estamos planteando mal. Está bien que se euskaldunice, que la gente saque el perfil, pero cuando metes las cosas con calzador, en general, las cosas no funcionan. Hay que apoyar al profesional que quiere dar lo mejor de sí.
¿Hombre resulta extraño que la OCI no cuente con usted para todo lo relacionado con la inteligencia en este campo y siga destinado en Seguridad Ciudadana en Bilbao?
Hay gente muy capacitada en la OCI, de verdad. El problema son los jefes. Son ellos los que pasan de mí. Llevo en la Ertzaintza 24 años, tengo mi plaza en propiedad y digo lo que pienso y pienso lo que digo. Y la gente que están en esas unidades o les han vendido una moto o son muy jóvenes y tienen la espada de Damocles de que les pueden trasladar a Gipuzkoa o fuera de la unidad. En mi formación en esta década me habré gastado igual unos 20.000 euros de mi bolsillo en cursos, etc. Muchas veces mi esposa me dice ¿para qué? Ni me han llamado de la OCI, ni me van a llamar. La gente no tiene implicación. Por desgracia en la Ertzaintza se ha llegado a un nivel en el que por no hacer nada, no te dice nadie nada. Y yo no comulgo con eso.
¿Pero a qué esperan entonces para ponerse las pilas, a que pase algo, un atentado?
Si pasa algo aquí vamos a alucinar. Creo que no estamos preparados para dar una respuesta, les pillaría a contrapié. Y se estará trabajando, no lo niego, pero me genera muchas dudas. Siempre ha sido así, según vienen los problemas, los vamos parcheando. Es necesario crear una comunidad de inteligencia. Es un hecho que nos pueden reventar el metro o la final del Athletic. En el País Vasco no tenemos el concepto de amenaza real, de que puede ocurrir un atentado aquí, no les entra en la cabeza a estos jefes. ¡Pero si la gente no tiene ni una extensión para poder llamar a la OCI y hablar con la gente que está ahí! Los ertzainas no saben dónde tiene que llamar y trabajamos las 24 horas del día. Imagínate que en un registro rutinario encontramos que una persona lleva en una mochila una bandera del Estado Islámico y dos cuchillos jamoneros, ¿qué hago? Aunque tu jefe de operaciones tenga un teléfono, es que no le va a coger nadie, ni va a ir nadie allí. Es muy extraño, a mí operativamente no me entra en la cabeza. El problema es que estamos a otras cosas, a la estadística, y yo siempre recuerdo la frase de Winston Churchill que dijo aquello de las únicas estadísticas que me creo son las que manipulo yo.