La Vital acuerda un contrato de reserva del convento de Betoño con los inversores americanos
La Vital, accionista de Kutxabank, no quiere dejar escapar la posibilidad de sacar rendimiento al complejo del antiguo convento de las Carmelitas en Betoño que permanece cerrado a cal y canto desde hace años después de acometer una reforma en sus instalaciones por valor de 18 millones de euros. Ante el interés mostrado por la delegación de inversores americanos para ocupar ese espacio en Vitoria la entidad financiera se compromete durante año y medio a reservarles la oferta. El consejo de administración así lo acordó en la última sesión celebrada hace unas semanas según ha podido saber eldiarionorte.es. De momento no ha trascendido si el acuerdo está firmado pero el consejo de la caja vasca exhibió una clara declaración de intenciones a favor de la propuesta de los americanos que en breve se materializará con la rúbrica del contrato de reserva.
Una vez acercadas posturas los previsibles compradores deben aclarar su proyecto para que el consejo se decante por vender. “En principio es interesante para la ciudad poder aprovechar ese espacio. Pero tenemos que estudiar el proyecto en profundidad, tenemos que conocer más detalles para poder tomar una decisión final y de momento poco sabemos”, revelaban fuentes vinculadas a la operación en proceso.
90.000 euros anuales de costes de mantenimiento
Solo el mantenimiento del edificio que iba a acoger Krea cuesta a la caja entre 80.000 y 90.000 euros anuales dadas las condiciones especiales del mismo. “Se trata de un edificio singular, con mucha maderay otros elementos arquitectónicos que hay que cuidar y mantener en buen estado, también de cara a la venta”, explican las mismas fuentes. En el lote al que aspiran los inversores americanos parece que están incluidos también el edificio que alberga la fundación Sancho El Sabio y la antigua sede de la Caja Vital en Salburua.
Esta transacción ha sido facilitada por el equipo de Gobierno de Javier Maroto que ha renunciado, mediante la modificación del convenio suscrito con la antigua Caja Vital, actual socia de Kutxabank, a reclamar la devolución del antiguo convento de las Carmelitas Descalzas en caso de incumplimiento de lo acordado. En el contrato original ambas partes pactaron la cesión del inmueble a condición de que la entidad financiera desarrollara en ese espacio parte de las actividades de su obra social durante treinta años, algo que no ha ocurrido hasta el momento. En caso de incumplimiento de lo acordado el Ayuntamiento se reservaba el derecho de reclamar su patrimonio.
Pero el equipo de Gobierno de Javier Maroto deja vía libre a la caja vasca. Ha posibilitado con la modificación de esas cláusula de reversión, que el destino de ese inmueble pase a manos de otra entidad sin determinar. Y todo apunta a que serán los empresarios norteamericanos. En su literalidad, la redacción del documento renovado indica que “bien por la caja Vital o por otra entidad a quién ésta los transmita” se desarrollarán esas actividades que conforman la obra social de la caja. Es decir, ya no se exige que sea la Caja Vital y nadie más en su lugar, la que gestione esas actividades. Podrían hacerlo estos promotores extranjeros.
Claro que los planes que tienen previstos desarrollar en dicho espacio los inversores norteamericanos, poco tiene que ver, en principio, con los fines altruistas inherentes a una obra social. Los grupos de la oposición se han molestado por la concesión a la caja vasca de facilidades para emprender una operación que en nada va a beneficiar al Ayuntamiento ni al ciudadano de a pie y por ello pedirán la comparecencia del alcalde.