Marchas por la dignidad que no cesan tras tres meses de subida del paro
Un día después de conocerse el dato de la subida del paro en Euskadi, con 2.112 personas más sin trabajo, los colectivos de parados, contagiados por el espíritu de la Marcha por la Dignidad del 22 de Marzo, salen de nuevo a las calles a manifestarse contra el paro, la precariedad y por el reparto de trabajo. Las movilizaciones, convocadas bajo el nombre de Marchas contra el paro, discurrirán de forma unísona por las tres capitales.
Detrás de una de las pancartas caminará Gaizka Larrauri. Este joven electricista tan solo ha vuelto a trabajar durante tres meses desde que a finales del 2007 se quedó en paro con dos hijos pequeños a su cargo. “Desde el Gobierno vasco lo están haciendo muy mal. Siguen el juego al Gobierno central, solo están pendientes de las grandes cifras económicas, de la deuda y demás, mientras tienen desatendido al ciudadano de a pie. A nosotros nos eliminan derechos y más derechos y nos someten a recortes continuos. Está demostrado que sus planes son ineficaces. Así no hay quien levante cabeza”, confiesa este joven integrante de la plataforma ciudadana de lucha por la dignidad y los Derechos Humanos, Euskal Herria Zutik.
Los impulsores de la nueva protesta han previsto finalizar los recorridos en las oficinas de Lanbide. En Bizkaia, marchan desde la oficina de empleo de Burceña hasta la de Rekalde; en Vitoria, desde la Facultad de Filología hasta Landide de Txagorritxu y en Donosti, parten también del campus universitario con destino a Lanbide de Gros. A las puertas de las sedes del Servicio vasco de Empleo leerán un comunicado contra las políticas del Gobierno vasco y las patronales.
Parados de larga duración
En Bizkaia, la Asociación de trabajadores de Rekalde- Distrito 7 de Bilbao- está al frente de la marcha. Esta agrupación se creó el pasado año en defensa de los intereses de los trabajadores y en especial de los desempleados y personas en exclusión social, dada la alta tasa de desempleo de esa zona. Cuenta con unos 45 miembros activos, la mayoría hombres, parados de larga duración, provenientes del sector de la construcción. Entre las obligaciones marcadas en sus estatutos figura la rotación de empleo entre los integrantes del colectivo. “Si encontramos contratos para obras con una duración superior a seis meses, lo repartimos entre dos trabajadores para ayudar a mantener a nuestra familias”, revela Jorge, el portavoz del colectivo.
Hace varias semanas salieron a las calles a solicitar ayuda institucional para acceder de forma gratuita a cursos de formación. “Con el nuevo convenio, las empresas te exigen tener esos cursos de seguridad laboral aunque por ley deberían ser ellas quien se hiciera cargo de la formación del trabajador. Si no tienes ese curso inmediatamente de borran de la lista de aspirantes a los contratos que van saliendo. Nosotros, dadas nuestras limitaciones económicas no nos podemos pagar esos cursos que muchos ronda los 200 euros”, explican.
Para mitigar el efecto negativo de la inactividad en el distrito muy castigado por la crisis, desde la Asociación de Trabajadores de Rekalde fomentar la organización de manera continuada de diversas actividades, charlas y encuentros. “Al menos así sentimos que hacemos un servicio a la sociedad”.