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“Merkel quiere apagar el incendio con cubos cuando hacen falta portaaviones”

El economista José Carlos Díez

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

José Carlos Díez, asesor financiero y autodenominado como ‘el economista observador’, está convencido de que hay vida después de la crisis. Tan convencido de que incluso ha escrito un libro con ese título y se ha embarcado en la cruzada de insuflar destino a los ciudadanos de un país alicaído y ansioso de ver luz al final del túnel. Díez ha participado esta semana en una mesa redonda organizada en Vitoria por SEA Empresarios Alaveses, organización que este año cumple su 35 aniversario. Díez reprochó las medidas que se están empleando para capear el temporal: “Merkel quiere apagar el incendio con cubos cuando hacen falta portaaviones”.

El ‘economista observador’ empezó su disertación enfatizando que de esta situación “no se sale aplicando fórmulas políticamente correctas” y puntualizó que se trata de una crisis “de deuda y de crédito”. En ningún caso de competitividad de las empresas españolas. “Las empresas ganan cuota de mercado internacional. Es probable que aún haya poco músculo empresarial, pero el problema radica en que España debe 1,8 billones de euros, de los que el 85% es deuda privada”. Y la mitad de toda la deuda corresponde a los bancos, indicó. “Los contribuyentes nos comemos todos los errores privados y ajenos”.

Aunque precisó que la reforma de la Administración y el redimensionamiento del empleo público eran necesarios, desmitificó el peso de los funcionarios con relación al total de trabajadores. “En España, los funcionarios representan el 6% de la población; en Alemania, el 13%. Desde que Angela Merkel gobierna en Alemania, se han creado 700.000 puestos de funcionarios. Es decir, uno de cada tres empleos creados desde 2009 en Alemania”.

Díez apeló al papel de los empresarios en la salida de la crisis y reclamó una “regeneración” en el tejido empresarial para “echar fuera a los sinvergüenzas”. “Sin los empresarios puede que haya vida después de la crisis, pero será peor. Si queremos sacar al país adelante hay que tratar a las pequeñas y medianas empresas como al lince ibérico”, con todo tipo de atenciones y cuidados para que no extinga.

Solo “los buenos políticos nos pueden sacar de la crisis”, pero para ello es preciso que empleen las medidas adecuadas. “Merkel quiere apagar el mayor incendio con cubos cuando hacen falta portaaviones”. Además de buenos políticos, Díez incidió en la importancia de fortalecer el sistema educativo español. “En España tenemos personas con capacitación para competir, pero apostar por la innovación requiere dinero. La Universidad de Harvard, por ejemplo, se financia en un 50% con las aportaciones de los antiguos alumnos. En España eso ni se plantea”.

En cualquier caso y frente a la que está cayendo, el ‘economista observador’ insistió en que la salida es factible. Sobre todo, porque “tu estado de ánimo es tu destino”, una frase de Herodoto. “Si vas a la guerra pensando en perder, no hay opción. La actitud no es el derrotismo”.

Cultura del esfuerzo

Junto a José Carlos Díez participó en la mesa redonda Ignacio Marco Gardoqui. Consejero y alto directivo de varias sociedades y exdirector general de la SPRI y del EVE en el primer Gobierno vasco, aseguró que “vamos a salir de la crisis”, aunque no se aventuró a decir cuándo ni cómo. Lo que sí aportó fue su particular decálogo para que la salida se produzca con el menor daño posible.

En primer lugar, apostó por repensar la estructura del Estado porque la actual “es un lío que no gusta a nadie. Todos divididos en torno a los conceptos de más centralismo o más federalismo. Lo cierto es que no le veo arreglo porque a casi nadie la gusta el actual punto de equilibrio”.

Repensar el gasto público fue otra de sus propuestas. “Somos el segundo país con más kilómetros de tren de alta velocidad; tenemos más autopistas que Alemania, más bibliotecas que lectores, más polideportivos que deportistas. Se acabó la fiesta. Estamos gastando el dinero de generaciones futuras”. En este punto, Marco Gardoqui se mostró partidario de “tocar la educación y la sanidad”. “No digo que haya que hacer recortes, pero sí introducir medidas de eficiencia. Porque, ¿quién está contento con el funcionamiento del sistema educativo? España es la primera en fútbol, segunda en baloncesto, primera en balonmano. Pero no hay una universidad entre las 200 mejores del mundo”.

Cambiar la fiscalidad y mejorar la concepción del empresario fueron otras dos propuestas. “Hay que aplicarse en la creación de empresas. El empresario no nace predestinado a serlo, se va haciendo poco a poco: con el sistema educativo, el apoyo social y un entramado político-institucional favorable. Mientras personas como Amancio Ortega sean menos conocidos que Leo Messi o cualquier figura del fútbol será difícil resolver el problema”.

Marco Gardoqui también animó a recuperar la cultura del esfuerzo. “Acabo de llegar de China, de visitar unas fábricas. Trabajan doce horas al día por un sueldo equivalente a 330 euros al mes. No pido ese sistema para España, pero sí que seamos plenamente conscientes de que eso existe. Lo malo no es que los jóvenes se vayan fuera a buscar trabajo. Lo malo es que no vuelvan. El trabajo está fuera y ayuda a su formación”. Por último, resaltó la importancia de cambiar la mentalidad. “Ha desaparecido la responsabilidad individual. Nadie es culpable de nada. Y además, somos capaces de decir a los demás lo que deben hacer para salir de la crisis. Así no se puede”.

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