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Munilla denuncia que “la cultura del 'lío' y del 'rollo'” está dejando “muchos corazones heridos”

Munilla denuncia que "la cultura del 'lío' y del 'rollo'" está dejando "muchos corazones heridos"

EUROPA PRESS

BILBAO —

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha criticado la sexualidad “absolutamente divorciada del compromiso y del amor”, y ha destacado que “la cultura del 'lío' y del 'rollo'” está dejando “muchos corazones heridos”. Además, ha insistido en que la Iglesia acompaña “espiritualmente” a las personas homosexuales a la hora de sanar sus “heridas afectivas”, como lo hace con “todo el mundo”.

En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Munilla ha hablado del libro 'Sexo con alma y cuerpo' que ha escrito junto con María Begoña Ruiz Pereda, y ha afirmado que la sexualidad, desde la antropología cristiana, “no es un mero instrumento para buscar el placer, sino que es un instrumento para expresar el amor, para entregar la vida, abierto a la transmisión de la vida”.

A su juicio, “una parte de importantísima de la población está sufriendo muchísimo por una vivencia de la sexualidad desordenada”. “La cultura del 'lío', del 'rollo', que se llama, está generando muchísima gente herida porque, en el fondo, detrás de ese 'usar y tirar' quedan muchos corazones heridos”, ha añadido.

El prelado ha indicado que, “en teoría, eso es políticamente correcto”. “Todo el mundo parece que es liberal y que acepta que se pueda tener una vivencia de la sexualidad absolutamente divorciada del compromiso y del amor. Pero yo no me lo creo. Yo hablo con las personas una por una, no con la boca grande, y veo que eso genera un gran sufrimiento. Creo que entre los quehaceres de la Iglesia también está el de proclamar que la sexualidad está llamada a ser vivida integrada en el amor y que, cuando se divorcia de él, aquí hay muchísimo sufrimiento”, ha señalado.

José Ignacio Munilla ha afirmado que un sacerdote “tiene un balcón muy privilegiado para asomarse a lo que pasa en el corazón del hombre porque es totalmente distinto el discurso de la gente con la boca grande, que todo el mundo dice: 'muy bien', 'hagamos lo que nos dé la gana', a lo que luego se manifiesta cuando se abren los corazones y se expresa el sufrimiento de 'he sido utilizado', 'lo he dado todo y ahora ha prescindido plenamente de mí y se ha ido con cualquiera'”.

“Hay una perspectiva y un conocimiento del corazón humano muy especial, muy distinto al que mediáticamente tiene la mayoría de las personas, desde aquel que conoce los corazones, porque se abren en la intimidad a ellos y expresan su sufrimiento”, ha añadido.

El obispo de San Sebastián cree que, “cuando se explica y se practica que el sexo tiene como fin el placer, eso lleva a un callejón sin salida”. “Hoy en día, muchas veces, la educación sexual se ha reducido a un conocimiento de la genitalidad, pero se ha perdido el concepto del sentido de la sexualidad integrada en el amor. Ésa es la clave. Y aquí nadie pretende decir que el placer sea malo”, ha apuntado.

En su opinión, “no se trata de contraponer sexualidad al placer, pero sí de entender que aquí el gran drama se ha producido por divorciar afecto de sexo, de amor, de procreación, y ese fraccionamiento es lo que está provocando un gran sufrimiento”.

“La visión cristina no rechaza el placer. Lo que dice es que el placer no es un fin en sí mismo, sino algo que acompaña a la entrega de la sexualidad en la expresión del amor. Y cuanto más sincera sea la sexualidad, cuanto más exprese la verdad de la entrega del corazón, el placer es superior, sin duda”, ha dicho.

DICTADURA

Munilla ha denunciado que “aquí existe una especie de dictadura, una pinza entre la ideología de género, entre la industria del sexo, etc” y se está pasando “del 'pan y circo' al 'fútbol y sexo'”.

“De alguna manera, creo que el sexo, hoy en día, está siendo utilizado como un método del sometimiento de las conciencias, como una especie de tenernos controlados, porque yo creo que la dictadura más sibilina es aquella en la que se consigue que los esclavos sientan placer en serlo. Y me parece que estamos en un momento en el que se está consiguiendo que los esclavos sientan placer en ser esclavos porque, a través de las adicciones del sexo, a través de la pornografía, etc, se manipulan las conciencias y se nos quita libertad”, ha indicado.

HOMOSEXUALES

El prelado ha manifestado que, en el libro, ha decidido no meterse en el tema de la homosexualidad y, por ello, sólo hay un párrafo que se refiere a esta cuestión, en el que se dice que “la Iglesia acompaña a las personas con tendencias homosexuales”.

“Tenemos muchas personas con tendencias homosexuales que se acercan a la Iglesia y piden su acompañamiento espiritual, que es importantísimo a la hora también de ir sanando las heridas afectivas porque estamos en una cultura caracterizada por la multitud de heridas afectivas”, ha añadido.

A su entender, “las heridas afectivas condicionan la felicidad”, y por ello, ha señalado que la Iglesia “acompaña a todo el mundo, también a las personas homosexuales, porque las heridas afectivas de las que partimos nos condicionan mucho”.

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