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Olentzero y Mari Domingi, ¿matrimonio de conveniencia?

Olentzero y Mari Domingi reciben a los niños en Santurtzi / Foto: Emilio Dueñas

Patricia Burgo Muñoz

22 de diciembre de 2014 19:06 h

Llega la Navidad, las rancias cabalgatas y alguna novedad que se extiende paulatinamente por las localidades de Euskadi y Navarra. A Olentzero le acompaña Mari Domingi, su mujer ‘oculta’ durante años y que se une ahora a las cabalgatas de una tradición que no se sabe exactamente cuando empezó. En apariencia, una actualización de la historia para que encaje en una sociedad a la que se le llena la boca con la paridad… Pero, ¿era Mari Domingi la pareja de Olentzero o se hace un uso del personaje para organizar cabalgatas políticamente correctas? La historia del carbonero -que nada tenía que ver con llevar regalos a los niños- está más o menos clara. O al menos todo la clara que puede estar la biografía de un personaje de cuento. Pero, ¿de dónde sale Mari Domingi? ¿cuándo se le empareja con Olentzero?

Emilio Xabier Dueñas, folclorista y etnógrafo de Eusko Ikaskuntza, señala que es difícil encontrar el origen del personaje femenino e incluso su vinculación con Olentzero. De hecho, “la vestimenta de ella es de ‘gente bien’ de los siglos XVI o XVII mientras que la de él es de un carbonero que vive en el monte y viste como en el XIX”, apunta el experto. Entonces, ¿por qué se les empareja? ¿es un paso más en la ocupación ideológica de un espacio festivo al que se le añade ahora lo que se considera políticamente correcto?. Para Dueñas, “si ya de por sí, Olentzero (conocido también como Onenzaro, Ononzaro, Olentzago, Gomezago, etc.) lo tiene un tanto crudo, por no ser inicialmente un personaje de cuento, a menos que se estime su conexión con el último ‘jentil’ que anunció la venida de Kixmi, y del cual se ha escrito, representado, manipulado, o tergiversado lo suficiente por diferentes intereses, su compañera de viaje, Mari Domingi, a pesar de ser un elemento muy reciente, produce un efecto de paridad evidente”.

Así se entendería que Mari Domingi apareciese en la cabalgata de San Sebastián con la llegada de Bildu al Ayuntamiento. La concejalía de Cultura justificó entonces la decisión porque “los niños tienen que tener dos referentes, uno masculino y otro femenino”. Antes se tomó está decisión en otras localidades, parece ser que inició la costumbre Villabona (Gipuzkoa) en 1994, y ahora se han unido a la moda Vitoria-Gasteizy Bilbao.

Pero hay más, ya que según Dueñas “se puede llegar a la conclusión de que la existencia física de Mari Domingi en las cabalgatas o desfiles de hoy en día es por diversos motivos y no uno solo”. Uno de ellos es la mencionada paridad, otro la colonización de un espacio festivo, y alguno se podría enraizar en la ‘tradición’ aunque más bien cercana ya que la primera vez que ‘comparten’ espacio -que se sepa- es una melodía que en “el libro ‘Viejas canciones donostiarras’, de 1971, escrito por Garbizu y por Arozamena, aparece la canción como popular y aquí va lo curioso: en el mismo capítulo donde aparece la letra y melodía de Mari Domingi se cita a Olentzero”.

Sea como fuere, a Olentzero ahora le acompaña su mujer. No quien compartió la vida con él, sino una mujer ‘de conveniencia’ -problabemente tres siglos mayor- para encajar en los cánones. Quizás se haga porque nadie se plantea que el viejo carbonero pudiera ser gay o, simple y llanamente, eligió vivir su vida en solitario y sin etiquetas. Pero lo políticamente correcto ha llegado hasta aquí, que cada cual piense si es demasiado lejos, y Olentzero ya no es un personaje masculino sino una familia tradicional compuesta por un hombre y una mujer. Eso sí, ahora que viene acompañado, que sea para traer más regalos a quien los merezca.

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