Planta de purines de Karrantza: diez millones evaporados y fracaso del proyecto
El proyecto y la construcción de una planta de depuración de residuos animales (conocidos como purines) en Karrantza (Bizkaia) lleva camino de convertirse en un culebrón. La empresa municipal Karrantza Haraneko-Valle de Karrantza 2006 SA, dirigida por EH Bildu, ha interpuesto una querella contra 27 miembros de los consejos de administración de las mercantiles Ade Biotec SL y Karrantza Minda SL por un delito de apropiación de dinero público. Para EH Bildu, en este caso hay que hablar de “responsabilidades políticas y penales”, ya que “el fiasco de la planta de purines de Karrantza no hubiese sido posible sin la colaboración y el protagonismo de Martin Ascacibar, director de Investigación Agropecuaria del Gobierno vasco dirigido por Juan José Ibarretxe en el periodo en el que se gestó el proyecto de la planta y durante la adjudicación del mismo a la empresa Ade Biotec.
Según EH Bildu, Ascacibar se convirtió en 2007 en uno de los miembros del consejo de administración de Ade Biotec, fue nombrado consejero delegado de Karrantzako Minda en 2009 y también fue uno de los dos miembros de la comisión de seguimiento y control del convenio entre el Gobierno vasco y ésta sociedad. Para la coalición, se trata de un caso de “corrupción política” que el PNV debe “explicar” ya que “han desaparecido 10 millones de euros de dinero público y el proyecto ha fracasado”. De momento, EH Bildu presentará sendas iniciativas en el Parlamento vasco y las Juntas Generales de Bizkaia para solicitar una “auditoría” sobre las subvenciones públicas concedidas para la construcción de esta planta de purines, que finalmente no se materializó.
“¿Por qué el Gobierno vasco y la Diputación vizcaína, instituciones regidas por el PNV, no han tomado ninguna medida, por qué se ha incumplido la normativa de subvenciones y por qué se han aceptado documentos fraudulentos a la hora de otorgar esas ayudas?”, inquiere la coalición. “Las instituciones otorgaron más de 10 millones de euros, a lo largo de varios años, a Karrantzako Minda, empresa encargada del desarrollo del proyecto, sin que ni siquiera hubieran comenzado las obras”.
Las irregularidades de este caso han sido corroboradas recientemente por un juzgado de Bilbao que ha derivado a los querellantes al juzgado de Balmaseda por una cuestión competencial.