El líder de Podemos en Euskadi asegura que “no existe un derecho a la secesión unilateral”
El líder de Podemos en Euskadi, Roberto Uriarte, ha entrado de lleno en el debate que vive el partido que lidera Pablo Iglesias en relación a la propuesta de modelo territorial, el proceso constituyente y la previsible reforma de la Constitución de 1978 tras las elecciones generales. Firme defensor de la doctrina que pone en valor la sentencia del Tribunal Supremo de Canadá en relación al caso de Quebec, este profesor de Derecho Constitucional en la UPV afirma que esa resolución deja claro la importancia de los procedimientos y fija las condiciones y los límites que las partes deben respetar.
“No existe un derecho a la secesión unilateral en el sentido en el que el Derecho internacional se lo reconoce a los países colonizados”, aunque también subraya el máximo dirigente de Podemos en Euskadi que el “Gobierno tampoco puede cerrar los cauces legales a la expresión política de una eventual mayoría social secesionista”. En relación al procedimiento a tener en cuenta, Uriarte propone constitucionalizar los principios establecidos en la sentencia del alto tribunal canadiense en relación a las condiciones y los límites para “la expresión de la voluntad ciudadana sobre el modelo territorial en el ámbito de un Estado democrático plurinacional”.
Fiel a sus prioridades políticas, el secretario general de Podemos-Ahal Dugu reconoce -en un artículo que publica este periódico bajo el título 'Arrancar con buenos cimientos la reforma del modelo territorial'- que el debate sobre el modelo territorial es el que “por desgracia más pasiones levanta”, pero reitera que no es “el más trascendente”. Roberto Uriarte siempre ha apostado, desde que se presentó para dirigir esta organización en Euskadi en enero pasado, por “subvertir el orden de las prioridades de los políticos tradicionales”. Y las cuestiones identitarias nunca han estado entre sus prioridades políticas. Pero no rehúye el debate, justo en un momento en el que el partido que lidera Pablo Iglesias prepara su propuesta territorial.
Y, en todo caso, apuesta por que la ciudadanía pueda participar en la conformación del modelo territorial “y tenga cauces para articular un eventual desacuerdo con el modelo territorial existente”. “Y un desacuerdo que puede llegar al extremo de plantear la secesión de un territorio”, apunta, aunque en base a un derecho. “El modelo territorial no debe decidirse de espaldas a la ciudadanía, ni limitar el papel de ésta a ratificar hechos consumados”.
Uriarte se siente cercano a algunas de las reflexiones realizadas en torno al debate del modelo territorial por el exurodiputado de Podemos y exfiscal anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo. En un reciente articulo publicado en el periódico El País bajo el título 'El federalismo de Podemos', Jiménez Villarejo citaba al economista francés Thomas Piketty, quien abogaba por un “federalismo democrático” para combatir las crecientes desigualdades y el fraude fiscal a escala internacional. En el mismo artículo, escrito junto a Francesc Trillas, ambos miembros de la Junta de Federalistes d´Esquerres, se defendía que los principios del federalismo moderno “implican la soberanía compartida, donde cada nivel de gobierno rinde cuentas directamente ante la ciudadanía, lo que es una de las principales reivindicaciones de Podemos”.
Capitalidad compartida: Madrid y Barcelona
Para Uriarte, el reconocimiento de la realidad plurinacional del Estado es uno de los elementos básicos del debate para alcanzar acuerdos que duren en el tiempo entres la diferentes sensibilidades políticas y de adscripción identitaria. “La concreción del modelo territorial, si queremos construir sobre cimientos sólidos, debe partir del reconocimiento de dos principios generales que le sirvan de marco: un elemento de carácter simbólico y otro procedimental. El elemento simbólico es el reconocimiento de la naturaleza plurinacional del Estado. Un Estado en el que conviven personas que poseen culturas diferenciadas, que hablan distintos idiomas y que además se identifican nacionalmente de formas diversas”, señala en su artículo.
¿Cuál es la realidad actual tras más de 36 años de aprobación de la Carta Magna española? A juicio del líder de Podemos en el País Vasco la descentralización del Estado operada por la constitución del 78 no ha venido acompañada de un cambio de cultura política que extendiera la idea del pluralismo al ámbito de las identificaciones nacionales de la ciudadanía. Algo que él censura.
En cualquier caso, Rober Uriarte apunta que su partido “no propone una simple reforma constitucional de despacho, sino un debate político amplio que permita rediscutir a fondo la organización política, económica y territorial”. Y esa reforma debería ayudar a visibilizar “la sociedad real de un Estado que es mucho más plural de lo que traslucen sus actores”. Y propone elementos simbólicos concretos: “el reconocimiento de una mínima presencia de los idiomas distintos del castellano en las instituciones del Estado o la no concentración de todas las instituciones estatales en Madrid, que incluso podría compartir capitalidad con Barcelona, siguiendo la estela de lo que sucede en muchos países avanzados”.