Podemos suspende a los críticos de Álava por haber accedido a las cuentas del partido
La comisión de coordinación que controla el grupo de Podemos en las Juntas Generales de Álava y que está conformada por la dirección del partido y por la dirección del equipo en la institución ha acordado este fin de semana, con el visto bueno de Pablo Echenique, suspender de todos sus cargos internos y orgánicos a los cuatro críticos que en diciembre rompieron la disciplina de voto en Álava al no acatar un acuerdo presupuestario del sector afín a la Ejecutiva con el Gobierno foral de PNV y PSE-EE. Lo que ha precipitado esta medida cautelar que no espera a la resolución de la Comisión de Garantías, en la que se ha residenciado esta polémica interna, es que “el partido ha visto que [los díscolos] han entrado en la cuenta corriente del grupo juntero” y ha apreciado un “riesgo real de mal uso de los fondos”, según fuentes internas.
Según estas fuentes, esta medida extraordinaria, que sigue a otras ya adoptadas en enero como la retirada del sueldo a dos de los cuatro críticos, los que gozaban de una liberación en las Juntas Generales, se debe a que existen precedentes de mala gestión económica. El partido ha recordado que uno de los afectados, el exportavoz en Álava, Koldo Martín, está incurso en un expediente “por un cobro indebido de dietas de 4.000 euros no justificadas y por realizar gastos fuera de actividad parlamentaria sin estar aprobados por el órgano competente”.
Se acusa a Martín, natural de la Rioja Alavesa, de cargar al partido gastos de locomoción y comida hasta la sede foral, hasta Vitoria, incluso en días en que no había actividad parlamentaria programada. El aludido siempre ha negado estas acusaciones y ha enmarcado el conflicto en el clima de animadversión interna que ha vivido Podemos en las Juntas Generales de Álava de su constitución como grupo tras las elecciones forales de 2015.
Según Podemos, los cuatro críticos, Koldo Martín, Javier Bizarro –miembro de la Mesa de la Cámara-, Daniel Trujillano y Juan José Celorio, han recibido este lunes la suspensión cautelar. “No podrán ejercer ningún tipo de representación o portavocía orgánica hasta que se conozca la resolución de Garantías”, ha indicado la formación morada en una nota. Fuentes del partido añaden que formalmente “siguen siendo procuradores de Podemos, claro que sí”, pero que al estar sancionados “no deberían hacer uso de su acta”.
Como publicó eldiarionorte.es, la dirección de Podemos en Euskadi pide para los cuatro díscolos su expulsión del partido por lo que entiende como falta “muy grave”, la desobediencia de un acuerdo político y todos los hechos que rodearon a aquellos días de diciembre. La Comisión de Garantías, el ‘juzgado’ interno del partido, aún no ha tomado ninguna decisión, pero la Ejecutiva no se ha quedado de brazos cruzados.
Los críticos denuncian que se hayan sucedido las medidas cautelares sin esperar a la resolución de los expedientes y valoran incluso acudir a los tribunales a defenderse. Recuerdan, además, que los miembros de Podemos en las Juntas Generales de Álava son 8 y que ellos son mayoría frente a los oficialistas encabezados por la nueva portavoz, Arantza Abecia, ya que se les une una quinta juntera de baja médica desde hace varios meses.
Estos hechos han coincidido en el tiempo con otro polémico caso en Podemos Vitoria, el de la senadora Elvira García, conocida como ‘Viruka’. Su caso se conoció cuando la sociedad de vivienda pública del Gobierno vasco, Alokabide, ordenó el desahucio del piso de alquiler que disfrutaba pese a su elevado salario y por el cual debía unos 5.000 euros por impagos sistemáticos. Sólo después de que se conocieran estos hechos y de que la afectada ofreciera explicaciones “confusas” el partido informó de que tampoco había pagado a Podemos la parte de la nómina que han de entregar todos los cargos.
Desde el sector crítico lamentaron la falta de diligencia del partido en Euskadi para abordar este asunto en contraste con lo ocurrido en las Juntas Generales de Álava. El partido en Vitoria, en todo caso, sí pidió que dejara su cargo, aunque en Euskadi argumentan que no han podido ser más expeditivos porque los miembros de las Cortes Generales dependen de la dirección estatal. El caso de García se ha saldado con la senadora agarrándose a su escaño ya fuera de Podemos, en el Grupo Mixto, y, según publicó ‘El Mundo’, la aludida ha cambiado su vivienda protegida por un piso en una zona cara del centro de Vitoria, junto a la sede del PP y la subdelegación del Gobierno.