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“Predecir un cambio climático dentro de 50 años es como vaciar el mar con cucharilla: imposible”

El científico y divulgador, Manuel Toharia.

Eduardo Azumendi

Manuel Toharia no se esconde. El científico, una de las voces críticas más reconocibles en el panorama actual contra la alarma causada por el cambio climático, ha vuelto a dejar claro que “no es verdad que ahora se estén produciendo más catástrofes, que nieve menos o que haga más calor”. A Toharia (Madrid, 1944), físico de formación, una gran mayoría le recuerda como el ‘hombre del tiempo’ de TVE durante los años 70 y principios de los 80. En la actualidad ocupa el cargo de director científico del complejo Ciudad de las Artes y las Ciencias, de Valencia. Durante una conferencia en Vitoria bajo el título Cambio climático: entre el mito y la realidad, Toharia recalcó con rotundidad que “no es verdad que el cambio climático provoque más catástrofes. Los datos señalan que, durante el último medio siglo las catástrofes no han aumentado”.

El efecto invernadero y sus consecuencias es lo que está detrás de la preocupación por ese cambio climático. “El efecto invernadero es el responsable de que la Tierra resulte habitable. Sin él, estaríamos 18 grados bajo cero. No obstante, si emitimos mucho CO2 y mucho vapor de agua, sumada a la contaminación derivada de los combustibles fósiles, el efecto invernadero se puede intensificar”. Y, por lo tanto, incrementar las temperaturas globales promedio. “Esto es lo que dice la teoría y lo que, de alguna manera, justifica la preocupación de mucha gente en torno al cambio climático”.

Sin embargo, los datos no confirman que ese efecto esté provocando ya modificaciones a nivel de clima y, mucho menos, sea el responsable de las catástrofes naturales. “Cambios climáticos los ha habido desde siempre en nuestro planeta. La Tierra ha estado cubierta completamente de hielo en épocas pasadas o totalmente sin hielo durante eras muy cálidas. Los últimos dos o tres millones de años estamos viviendo un periodo cálido, aunque el predominio durante los últimos tiempos ha sido frío. Nos encontramos en un momento excepcional y breve hablando a escala de miles y miles de años. Predecir que dentro de 50 años se va a producir un cambio climático es como tratar de vaciar el mar con una cucharilla. Es decir, imposible”.

El problema reside, según Toharia, en que los datos de los que se dispone son “pocos y malos”. “Apenas cubrimos un siglo escaso en observatorios de Europa y algunos de América. Los datos muestran que desde finales del siglo XIX las temperaturas medias subieron hasta los años 40 de la pasada centuria. El invierno con más nevadas desde que hay registros fue el 1977-78. Pero es que los tres siguientes en cuanto a acumulación de nieve fueron 2009-10, 2010-11 y 2012-13”. Otro dato: “Durante el último silo, la temperatura media ha subido 0,6 grados. En 1.000 años, la temperatura ha sudbido nueve grados”.

Toharia acepta que la alarma científica, social y política es importante, pero apela a la “imperfección de los modelos matemáticos” que pueden predecir los cambios para mantener la calma. “Los modelos matemáticos son muy imperfectos, se basan en datos que ni siquiera son muy buenos y sus soluciones matemáticas son caóticas. No tenemos unas buenas matemáticas para trabajar a largo plazo con volúmenes tan grandes como son la atmósfera y los océanos”. El científico recalca la idea de que estos modelos no son oráculos, tan solo son probabilidades y con muchos márgenes de incertidumbre.

Tanto si el cambio climático es catastrófico como si no, lo que tiene claro Toharia es que hay que modificar algunos hábitos de vida. “Habría que hacer lo mismo, pero siendo más eficientes y gastando menos”. Inevitablemente, gastar menos significa ahorrar. “El 20% de los humanos gasta el 85% de los recursos naturales del planeta. En los países desarrollados, cada habitante produce una media de entre dos y tres kilos de basura al día. En un país como Kenia, esa media es de 50 gramos y en Mali, cero. Somos una civilización basada en el desperdicio y eso no es sostenible”.

Reducir el uso de carbón y petróleo, elementos muy contaminantes, en beneficio de las energías renovables es una de las conclusiones de los informes que alertan sobre el cambio climático. Toharia, que no es nada alarmista, asegura que “ese es el camino”.

 

 

 

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