Reválidas y más peso de la religión
La LOMCE introducirá cambios muy importamntes en el sistema educativo español. Entre los más destacados figuran las pruebas externas de evaluación o reválidas. Al finalizar cada etapa educativa los alumnos serán evaluados mediante unas pruebas externas. En el caso de la ESO y el Bachillerato, los alumnos que no las superen no podrán pasar a la etapa siguiente. La prueba al final de la primaria tendrá, en cambio, sólo valor orientativo. La prueba final del Bachillerato sustituye a la selectividad, aunque cada universidad o facultad puede elaborar una prueba de acceso propia, por lo que el alumno en ese caso tendrá que superar dos exámenes para poder entrar en ellas.
Por otro lado, se establecen itinerarios en el segundo ciclo de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Así, en 3º de ESO los alumnos tendrán que elegir entre dos itinerarios diferentes, uno que dirige a la Formación Profesional y otro al Bachillerato. De esta forma, se adelanta un curso el momento de tomar esa decisión. Otra novedad es que los alumnos que repitan 2º de ESO dos veces —un supuesto que no existe en la actualidad pues los alumnos que repiten un año promocionan automáticamente a 3º de ESO— podrán acceder a una nueva FP llamada “básica”, que sustituirá a los actuales PCPI (Programas de Cualificación Profesional Inicial) y en la que los alumnos aprenderán los rudimentos de un oficio validado con un certificado del Ministerio de Trabajo.
Una cuestión que ha levantado ampollas en las comunidadades con dos lenguas oficiales, como el caso de Euskadi, es que el Gobierno central se reserva el establecimiento del currículuo de las “asignaturas troncales” (Matemáticas, Ciencias, Castellano, Historia e Idioma Extranjero), para acabar con las diferencias entre comunidades. Con esta medida, el euskera pierde la consideración de asignatura troncal, lo que puede suponer dar menos horas de la materia.
En cuanto a la asignatura de religión, se le vuelve a dar plena validez académica —contará en el expediente académico por lo que se contabilizará para pedir una beca, por ejemplo— y se establece una materia “alternativa fuerte” a la misma que se llamará Valores Culturales y Sociales en primaria y Valores Éticos en secundaria. Por otro lado desaparece definitivamente la materia Educación para la Ciudadanía, muy contestada por la jerarquía eclesiástica católica.
El Consejo Escolar, en el que están representados la administración, la dirección, los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos, pierde atribuciones que pasan a la dirección del centro como los presupuestos, los proyectos educativos o los procesos de admisión de los alumnos. Es decir, gana peso los directores y sus atribuciones en detrimento del resto de agentes que integran la vida del colegio.