“La empresa me está jodiendo. No como el turrón en la obra de San Mamés”
Jon está convencido de que no comerá el turrón en la obra de San Mamés. Hace meses dio un paso al frente para denunciar las ilegalidades que se están produciendo en la construcción del nuevo campo del Athletic. Y la Inspección de Trabajo le ha dado, en parte, la razón: las empresas investigadas han pagado por debajo de lo estipulado en el convenio de la construccion en Bizkaia. La resolución, que no aborda la denuncia de CC OO sobre las “jornadas de puro esclavismo laboral” con más de 12,13 y más horas seguidas, detalla las irregularidades detectadas en las tres empresas investigadas. Una de ellas es la de Juan.
Trabajo ha cotejado en su investigación la documentación entregada a la Inspección por las tres subcontratas -Prevencón SL, Unika SL y Hofenor SI- con lo declarado por esta sociedades ante la Seguridad Social. Y ha comprobado que en el último año no coincide lo declarado por las empresas por IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social con los salarios cobrados por los trabajadores.
“Nada. No vale para nada”, apunta al valorar la decisión de la Inspección de Trabajo. “¿Sabes por qué? Porque en otra obra, 50 metros más adelante, está pasando lo mismo. Y los políticos, los periodistas, los sindicatos, los obreros, no están haciendo nada”, zanja Jon con cierta indignación. Desde luego, para él la decisión de la inspección no es el final de nada.
Hoy ha decidido dar otro paso y hablar por primera vez ante un medio de comunicación. Ha perdido el miedo, aunque es consciente de que, prácticamente, está quemando sus últimas naves. De que esto ya no tiene vuelta atrás.
“Con este paso que he dado, en dos meses estoy en la calle. Yo el turrón no lo como en la obra de San Mamés”, admite resignado. De hecho, desde que se accedió a conceder esta entrevista, los acontecimientos se han precipitado. “Ya estoy en el paro”, reveló a eldiarionorte.es el pasado jueves. Con todo, Jon ya había ha tomado la decisión de no volver a pisar una obra en su vida. “He decidido que no trabajo más en la construcción”.
Un compañero de la obra le ha bautizado, medio en broma, Jon 'sin miedo', pero el no se ve como ningún héroe. “Yo he dado el paso porque tengo las espaldas cubiertas. No me sobra, pero tampoco me falta. Otra mucha gente que está allí en San Mamés no lo puede hacer porque tiene familia, tiene una hipoteca, porque tiene esto o tiene lo otro”. Jon está harto. Asqueado tras pasar más de la mitad de su vida en la construción -donde reconoce que ha ganado mucho dinero: “Con 20 años tengo nóminas por casa de 300 y pico mil pesetas, con una o dos horas extras diarias”-. Harto del trato, de la falta de compañerismo y de haber leído durante muchos meses en los periódicos que todo iba fenomenal en la obra de San Mamés Barria.
“Salí de la mili con 18 años. Tengo 49 años y he llegado a llorar en San Mamés, de impotencia. Todo por un señor encargado, un capataz, llamarme de todo: vejarte, humillarte y de tratarte como la puta mierda”. Las empresas principales tienen un encargado y un jefe de obra, todo lo demás es subcontratado. Hasta 67 empresas han estado construyendo el nuevo templo del fútbol vizcaíno.
Jon es un hombre hecho a sí mismo. “Menos mamporrero he sido de todo”, afirma con cierta sorna: electricista, albañil, encofrador, ferralla, maquinista, telefónica... Son 49 años, y casi la mitad en la construcción. Siempre ha trabajado en Euskadi. “La construcción siempre ha sido lo más miserable que ha existido en el trabajo, donde más miserables hay, donde menos compañerismo hay, donde más estamos a putearnos. Si uno se cae, está el de atrás esperando para coger la pala para taparlo definitivamente”, afirma con rotundidad. Sus palabras caen a plomo, con un volquete de cemento.
Llegó a la obra de San Mamés gracias a un amigo, tras pasar 20 días en el paro. Trabajo no le ha faltado, lo que echa de menos ahora es un poco de dignidad en la obra. “Me dijeron las condiciones: 1.000 euros de sueldo, y el precio de las horas extras que no se iban a meter, decían, pero que si se metían eran a seis-siete euros. Les dije sí al sueldo, pero les avisé de que horas extras yo no iba a meter. No me hacían falta, y menos a ese precio, evidentemente” recuerda.
Es lo que el sindicato denunciante CC OO ha calificado de “dumping social” y “competencia desleal” frente a las empresas que cumplen el convenio vigente en materia salarial. Un oficial de primera gana según el convenio vizcaíno 1.760 euros brutos, frente a algo más de 1.200 euros que se paga por ese mismo puesto en territorio gallego, por ejemplo. “La gente no cobra lo que tiene que cobrar, tiene que trabajar por la mitad de lo que debería de cobrar y la gente por desgracia tiene que tapar esa situación”.
Pero Jon es un profesional. Maneja todo tipo de herramientas. Y sabe que un trabajador de la construcción no puede abandonar un trabajo en una obra. “Y, claro, al final no te queda más remedio que meter horas extra”. Pone un ejemplo: “Tú cuando estás echando el hormigón nunca puedes abandonar el hormigón. No lo puedes dejar cortado, y menos cuando es un camión específico”.
Y empezó a meter horas extras. “Empiezo a echar horas extras y se me pagan cuando se me pagan. Empiezo a reclamar mi sueldo, mis horas, Empiezas a oír mentiras de malas informaciones que se tienen de la obra, de lo que estamos cobrando. Se empieza a hacer una bola, me empiezan a humillar, a vejar de tal forma que …. Cuatro encargados y uno de ellos es que no tiene educación. Mira, es que este hombre ha tenido problemas con un gruista, con un montón de gente y se ha enfrentado a un montón de trabajadores. Y su amenaza siempre es la misma: ”si no estás a gusto, te marchas“.
Al final la historia se repite: alguien aprieta a ese encargado para que la obra se acelere. “Se ha hecho en tiempo récord. En dos años (en un año las tres cuartas parte- 2015, previsión, en agosto de 2014 está acabada, pase lo que pase, luego ya vendrán los remates). Y eso es a base de horas, no cobradas o mal cobradas”. Alguien ha comentado en la obra que por encima de leyes y normas, está que el Athletic tiene que jugar en San Mamés Barria. Y punto.
“Hoy en día en una obra solo piden papeles a los españoles. En San Mamés hay portugueses que han manejado las máquinas sin carné de conducir, cuando a los de aquí nos exigen una serie de carnés, títulos y horas para poder manejar esas máquinas”, denuncia. Han venido hasta portugueses, rumano, indios, el 90% no saben hablar el idioma, y eso supone un riesgo añadido: los gruistas de hecho se plantaron porque no entendían a la gente hablar por los talkies. Y forzaron para que una sola persona manejara el talky. ¡Imagínate, estaban a 60 metros de altura!“, señala con la mano hacia el cielo.
Se define como una persona apolítica. Y carga contra los sindicatos: “los principales culpables”, aunque al final decidió llevar toda la información a “Javi, de Comisiones” para que la central presentara la denuncia. “Son todos unos miserables, sin querer ofender a la persona, todos: ELA, Comisiones, LAB, UGT, pum pum. No tienen huevos, con perdón, de juntarse en una mesita delante de una cerveza y tirar para adelante, pero todos. Es todo política”
Jon tampoco no está contento con la resolución inspección. “En San Mamés no hay solo tres empresas subcontratadas. ¿Por qué tienen que esperar a que les lleguen los papeles? Búscalos tú, hombre. Pero no se hace así”, se queja. “Empiezo a recopilar material y lo presentó a CC OO para que haga lo que crea conveniente. Y el material se presenta ante la inspección. La inspección: tendría que patear las obras y levantar acta de lo que pasa realmente en la construcción, en San Mamés. Por intereses políticos. No van a San Mamés, no van a Garellano, realmente donde se está incumpliendo la normativa de Trabajo con las horas extras”.
- ¿Cuántas horas has metido de más?
- En un día yo he hecho dos o tres hora de más. Pero he visto gente que ha llegado a meter 17 horas en un día“
- ¿Pero cómo se hace eso, cómo se puede llegar a esos niveles?
- Se puede estar necesitado, pero tampoco yo me lo explico. No sé qué problemas de dinero pueden tener en su casa. Tal vez sea que como son de fuera y no tienen ni familia, ni nada, pues solo están para trabajar y piensan: “lo doy todo y punto”.
Jon denuncia que hoy en día en una obra solo piden papeles a los españoles. “En San Mamés hay portugueses que han manejado las máquinas sin carné de conducir, cuando a los de aquí nos exigen una serie de carnés, títulos y horas para poder manejar esas máquinas”.
El calendario de trabajo se ha incumplido 40.000 veces, asegura. El 25 de octubre de 2012, Día de Euskadi, trabajando, como constató CC OO en su denuncia. “¡Pero si el 1 de mayo se estaba trabajando, hombre!. Pero la bola se le iba haciendo cada vez más grande a Jon, sobre todo cuando leía en los periódicos que todo iba fenomenal en San Mamés barria. ”No hay ningún problema en San Mamés: pues sí ha habido problemas, ha habido un accidente grave en San Mamés, ese accidente se ha tapado, intervinieron los bomberos, la Ertzaintza y un montón de gente, con una persona herida que cayó de ocho o nueve metros. Tuvo suerte: De rodillas para abajo se destrozó entero. O cuando se ha trabajado de noche, a una persona el saltó un disco a la cara y eso tampoco nadie lo sabe. Parece que tiene que ir uno con la cabeza debajo del brazo para que pase algo. Pero esto ya es habitual es la construcción, llueve sobre mojado. Y no vale que te mueras dentro de cuatro días, te tienes que morir ahora, en el momento“.
Dice que le gustaría “hablar cara a cara” con el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao. Para decirle que “está mintiendo como un bellaco cuando minimiza las cosas que pasan en San Mamés o le están engañando. Le diría que hable con la gente que verdaderamente tiene que hablar, con la gente que estamos en la calle: que baje a la obra y que lo vea. Pero que hable con los obreros en el bar, que es donde se dice la verdad, no en la obra. En la obra hay muchas orejas, muchos oídos y mucha falsedad. Muchísima”.