Nueve de cada diez ayudas públicas para la conciliación las piden ellas
Siguen siendo ellas las que dejan de lado su trabajo para ocuparse del cuidado de los hijos. Las necesidades de conciliación para el cuidado de las personas dependientes de la familia no afectan por igual a hombres y mujeres. A pesar del cambio social que representó hace algunas décadas la incorporación mayoritaria de la mujer a la esfera pública, el reparto de las responsabilidades familiares no es equitativo.
Y esa tendencia tiene su reflejo en la evolución registrada en los expedientes de ayuda para la conciliación de la vida familiar y laboral: son las mujeres las que acaparan estas peticiones. El 93,7% de las solicitudes de prestaciones económicas para excedencias y reducciones de jornada las han registrado mujeres según los últimos datos disponsibles, rferentes al 2013. La opción de abandonar el trabajo o reducir la jornada para cuidar de los hijos sigue siendo una opción adoptada mayoritariamente por las mujeres
Aunque se ha registrado un leve incremento en las solicitudes de prestaciones presentadas por hombres, el dato permanece prácticamente inalterable desde hace cinco años. Los expedientes firmados por hombres han pasado de representar el 2,4% en el 2009 al 4,3% en 2013, frente a casi el 43% de peticiones de mujeres.
Según el análisis de estos datos realizado por Ede Fundazioa para la Dirección de Familia del Gobierno vasco, los datos evidencian que, “aunque el modelo de familia tradicional caracterizado por un reparto de roles profundamente marcado, en el que los hombres ocupaban el espacio público y las mujeres quedaban relegadas al ámbito privado, se ha difuminado y nuevas formas de relación son cada vez más habituales, estamos aún lejos de alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres”.
La brecha salarial les empuja a ellas hacia casa
¿Qué razones les llevan a ellas y no a ellos a aparcar sus trabajos? La principal, la brecha salarial entre hombres y mujeres –acentuada por la crisis– . Esta diferencia contribuye a que en la mayoría de los casos sea ella la que abandone su puesto de trabajo o reduzca su jornada. Las mujeres vascas tienen que trabajar al año casi tres meses más que los varones para conseguir llevar a su casa el mismo salario, según un estudio del sindicato UGT sobre las diferencias retributivas entre sexos.
Desde la Plataforma de afectadas por el impago de las ayudas para la conciliación apunta también otros motivos. “Es cierto que puede ser una de las razones principales: en los hogares en los que las mujeres cobran menos que sus parejas, se decide renunciar a parte del sueldo de la mujer por suponer una disminución menor en los ingresos de la familia. Sin embargo podría haber otros factores que también influyen en la decisión. Puede que en ciertos sectores (servicios), precisamente en los que trabajan más mujeres, sea más habitual o haya mayor facilidad para solicitar reducciones de jornada, mientras que en otros sectores (en la industria, por ejemplo), donde mayoritariamente trabajan hombres, está 'peor visto' o se ponen más trabas a la hora de conceder una reducción de jornada. Esto puede estar relacionado con la opinión, aun generalizada en la sociedad, de que el cuidado de familiares es una tarea que debe ser asumida por las mujeres”, explica Nerea Gallastegi, integrante del colectivo.
Comparado con Europa, el País Vasco acumula un fuerte retraso en este factor de igualdad, ya que la brecha salarial media es en la UE del 16,50%, más de nueve puntos inferior a la vasca.
Algunas cosas apenas cambian o lo hacen a un ritmo muy pausado -más con el azote de la crisis- y esa percepción es compartida por casi la mitad de la población vasca. De acuerdo con los resultados de la última consulta del Gabinete de Prospección Sociológica de Gobierno Vasco sólo el 41% de la población vasca con hijos e hijas menores de 18 años considera que ambos progenitores comparten por igual el tiempo libre con ellos y ellas -así lo cree el 44% de los hombres y el 38% de las mujeres-. Esta cifra no está muy alejada de la registrada hace más de una década, 35%.