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Punto de no retorno en el Tribunal Vasco de Cuentas

Aitor Guenaga

Bilbao —

Como en la famosa canción del 'Fantasma de la Ópera', The Point of no return (El Punto de no retorno), de Andrew Lloyd Webber, el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP) parece haber quemado todas sus naves y ha entrado en barrena. La espiral de enfrentamiento que se ha vivido en su seno en los últimos meses ha terminado por romper el jarrón chino del órgano fiscalizador vasco y ha convertido su sede en un campo de batalla si cuartel. En las últimas semanas, el ambiente ha llegado por momentos a ser “irrespirable” -en palabras de uno de los consejeros afectados, con teléfonos colgados de manera abrupta- entre los cinco consejeros nombrados a propuesta de los peneuvistas (3) y los socialistas (2) y el presidente, José Ignacio Martínez Churiaque, nombrado a propuesta del PP.

El último movimiento de los consejeros nombrados a propuesta del PNV y del PSE-EE de no asistir esta semana al pleno ordinario del tribunal ante la negativa del presidente de incluir una moción para reprobar la comparecencia de Churiaque en la comisión de investigación del 'caso Epsilon' -en la que vertió duras críticas contra los cinco consejeros por “censurar” su borrador de informe sobre Epsilon- ha tenido respuesta del presidente. En contra de lo aprobado en el pleno del pasado 29 de mayo, en el que se decidió mandar exclusivamente a la comisión de investigación de Epsilon el informe provisional del tribunal, el definitivo y el memorándum de planificación, Churiaque ha remitido al Parlamento un amplio catálogo de información que “incluye papeles de trabajo interno del tribunal”. Una decisión personal que atiende la petición de la comisión de más información, pero que no tiene el aval del pleno y que puede comprometer la normativa de seguridad del órgano fiscalizador y la Ley de Protección de Datos, según diversos medios consultados, porque se revelaría material firmado por los letrados y auditores del tribunal que, en principio, tiene una protección especial por ley.

José Ignacio Martínez Churiaque asegura sentirse llamado por “el sentido del deber” al cargo y aunque reconoce que la situación creada en el seno del tribunal no es de su agrado, no está dispuesto a que la incomparecencia de los cinco consejeros bloquee los trabajos del TVCP.

“El problema del presidente es que no acepta el principio democrático de lo que supone el funcionamiento de un órgano colegiado como es el tribunal de cuentas”, afirma un letrado del tribunal, que está perplejo por lo que está ocurriendo en el seno del órgano fiscalizador.

Otras fuentes del tribunal consideran que a partir de ahora habrá que ver qué papeles internos van a firmar los letrados porque “visto lo que ha hecho el presidente, te pueden exponer en la plaza pública y tu trabajo, que tiene rango de confidencialidad, puede verse afectado al romperse la base de lo que es el secreto de la deliberaciones y de los materiales empleados para la conformación de la opinión definitiva del tribunal en su trabajo de fiscalización”.

¿Llegará este tribunal a cumplir los seis años de mandato? En julio quedará todavía un año por delante, pero la situación interna ha degenerado tanto en tan poco tiempo que es muy difícil responder a esa pregunta.

Los consejeros que conforman la mayoría del tribunal en ningún caso han hablado de remover de su cargo a José Ignacio Martínez Churiaque. Iniciativa que solo está en manos de quien le nombró, esto es, el Parlamento vasco y por una mayoría de las dos terceras partes de la Cámara. El artículo 17 de la Ley del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas regula la pérdida de condición de miembro del tribunal. Y junto a la renuncia, el fallecimiento, la incapacidad y la incompatibilidad, la ley plantea como una de las causas para perder la condición de miembro del órgano fiscalizador el “incumplimiento grave de las obligaciones derivadas del cargo”.

Nadie ha ido tan lejos. Y mucho menos los dos partidos que eligieron a estos cinco miembros para desempeñar su puesto por espacio de seis años, formaciones que se han mantenido en un discreto segundo plano sobre todo este asunto. Y eso pese a que la interpretación de lo sucedido con el informe de Epsilon y el limado del preborrador redactado por el presidente es que todo obedecería a un supuesto pacto entre socialistas y peneuvistas. Aunque quien difunde esta hipótesis tampoco explica a cambio de qué se ha producido el supuesto cambio de los socialistas en un tema -las irregularidades detectadas en las ayudas públicas al proyecto de escudería vasca de Fórmula 1 del Gobierno de Ibarretxe- que destaparon cuando llegaron al Gobierno con el apoyo del Partido Popular. El mismo partido que eligió a Churiaque para presidir el TVCP, con los votos también de los parlamentarios socialistas.

Tampoco la comunicación que remitieron los cinco consejeros a la presidenta del Parlamento vasco en la que daban cuenta de su situación de “indefensión” por las críticas vertidas por Churiaque parece que vaya a tener mucho recorrido. Esta misma semana, la mesa de la Cámara, en una solución salomónica, decidió remitir esa misiva -y la que también mando el presidente del tribunal- a la comisión de investigación para que fueran sus integrantes los que decidieran qué hacer a partir de ahora. Aunque desde Presidencia de la Cámara vasca no se cierra la puerta a la posibilidad de que alguno de los cinco consejeros comparezca en la comisión de investigación, los acontecimientos en la vida interna del tribunal se suceden con tal rapidez que algo que podía tener sentido los días inmediatamente posteriores a la comparecencia de Churiaque, ahora puede ya no tenerlo.

Además, los trabajos de la comisión, en lo que tiene que ver con las comparecencias, ha terminado. Y en principio, se espera que el informe sobre las ayudas a Epsilon pueda estar finalizado en menos de dos semanas.

Como en el tema del Fantasma de la Ópera, las naves han ardido y no hay posibilidad de desandar un camino que ha sumido al tribunal en una crisis sin precedentes:

“... Pasado el punto más crucial, ya no hay retorno

El tiempo de sentir por fin llegó,

Ya no existe el bien ni el mal

¡El mundo es nuestro!

Ahora y por siempre tú y yo,

Cuando esta flor podrá crecer,

No puede arder la sangre aún,

No habrá placer que nos consuma.

Pasó el punto más crucial, ya no hay retorno.

No hay vuelta atrás“.

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