Urkullu ejerce de mediador entre el Gobierno y Puigdemont
Hace exactamente siete días, cuando la aplicación del artículo 155 de la Constitución ya se antojaba inevitable, el lehendakari, Iñigo Urkullu, realizó una declaración institucional en la que pidió al Gobierno de Mariano Rajoy distensión y diálogo porque conocía, como Carles Puigdemont, que había “abierta” una posibilidad de entendimiento.
Esa vía de mediación impulsada por Urkullu se tenía que haber traducido en la celebración de elecciones en Catalunya el 20 de diciembre aunque finalmente Puigdemont ha rechazado esa posibilidad a última hora al no hallar garantías de que el Estado fuese a suspender la aplicación del 155.
Urkullu ha dedicado varias jornadas acontactos “a todos los niveles” y con ambas partes, contactos que fueron especialmente intensos el miércoles con reuniones incluso con empresarios catalanes. Fuentes oficiales de la Presidencia vasca no han querido confirmar oficialmente el alcance de estas negociaciones por respeto a las comparecencias previstas tanto del Gobierno como de la Generalitat.
El lehendakari, en todo caso, ha estado toda la mañana colgado al móvil y entrando y saliendo del pleno del Parlamento Vasco, reunido desde las 9.30 horas. En los pasillos de la Cámara, Urkullu ha declinado con amabilidad responder a las preguntas de los periodistas y simplemente ha señalado que se encuentra “tranquilo” y con voluntad de “seguir trabajando”.