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El 70% de los afectados por las aportaciones a Eroski y Fagor son jubilados

Eduardo Azumendi

El 70% de las personas que adquirieron aportaciones subordinadas de Eroski y Fagor Electrodomésticos son jubilados. Se trata de personas que obedecen al clásico perfil del jubilado ahorrador, lejos de un aventurero en inversiones. Las dos grandes agrupaciones de afectados Bizkaiko Minduak y Kalketuak aseguran que más del 70% de sus miembros superan los 65 años. Además, este colectivo es mayoría entre los que han invertido más de 50.000 euros.

Bizkaiko Minduak es una agrupación que se constituyó el pasado mes de febrero y que cuenta con más de 700 socios. José Antonio Urrutia, su secretario, reitera que lo que movió a la mayoría de sus asociados es “la confianza” con la persona del banco que le ofreció otros productos en diferentes ocasiones. “Contrataron el producto por su confianza en el empleado de la entidad financiera, que daba a entender que vencía a los cinco años”. Porque esa precisamente es una de las claves de este tipo de clientes. “Se adquiere el producto, pero con la certeza de que se puede recuperar el dinero en cualquier momento que se necesite. Es una de las máximas de un jubilado que ha pasado gran parte de su vida ahorrando. Los bancos les engañaron”.

Ricardo González de Durana, presidente de Kalketuak, coincide con Urrutia en que el “perfil es el de un ahorrador que adquiere un producto porque cree que no tiene ningún riesgo”. En total, los bancos han comercializado alrededor de 845 millones de euros en aportaciones subordinadas de Eroski y Fagor Electrodomésticos.

Urrutia tiene claro que el mayor culpable de lo que ha ocurrido son los bancos que comercializaron los productos. “A mí las aportaciones me las vende la persona con la que tengo más confianza en el banco. El hecho de que Eroski y Fagor Electrodomésticos sean empresas tan potentes y de la tierra ayuda a que compres, pero el que se siente delante de mí, me las ofrece, me habla maravillas y me convence es el banco”.

La exdirectora del Instituto Vasco de Consumo-Kontxumobide, Belén Greaves, fue la que manejó en un primer momento el aluvión de demandas de afectados. Durante su comparecencia en el Parlamento vasco para explicar el trabajo que estaba desarrollando el Instituto reconoció que con la información que daban las cooperativas en sus folletos y trípticos “es difícil que una persona medianamente informada dedujera que se trataba de un producto a perpetuidad, sin la labor informativa del comercializador”. Y citó un punto de la publicidad de Eroski que confirma esta circunstancia: “Las aportaciones financieras te aseguran, hasta su vencimiento, una rentabilidad atractiva para tus ahorros”. “En ningún momento se habla de que ese vencimiento solo llega con la liquidación de la sociedad. El personal del banco que nos atendió obviaron este extremo”, recuerda Urrutia.

Mientras Minduak ha optado por la vía judicial en un intento de recuperar su dinero, desde Kalketuak se insiste más en la vía de la movilización callejera. “Aunque ganes en primera instancia, después hay que llegar hasta el Supremo porque Eroski sigue recurriendo”, advierte González de Durana.

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