Teatro en la calle contra la religión en las escuelas
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Varios integrantes del sindicato mayoritario de enseñanza STEE-EILAS han protagonizado una actuación teatral en la calle en contra de la asignatura de religión en Vitoria. Durante la escenificación, que se ha desarrollado frente a la entrada de la Iglesia de Los Desemparados, los actores, caracterizados de monjas y curas, simulaban la persecución, que a su juicio, padecen los niños por parte de la institución católica. A falta de tres días para quede comienzo el periodo de matriculaciones, han solicitado a los padres que no matriculen a sus hijos en esa asignatura y se decanten por la optativa. “Los padres que quieran introducir a sus hijos en la religión católica lo pueden hacer mediante las clases de catequesis. Los colegios deben ser espacios libres de religión, porque provoca segregación entre los chavales en función de la religión que procesan”, explica el portavoz del sindicato.
Según STEE-EILAS los alumnos no deben ser separados en función de las creencias o convicciones de sus familiares. “No podemos aceptar que se obligue a quienes no asisten a religión a estar separados de su clase y a adaptarse al horario y exigencias de quienes desean seguir imponiendo esas enseñanzas en el horario lectivo”. Por todo esto exigen que la religión se elimine del horario lectivo, deje de formar parte del currículo y salga de la escuela.
Según las explicaciones de los sindicalistas la asignatura de religión interrumpe el funcionamiento común e integral del horario lectivo e impide que ese tiempo se dedique a desarrollar otro tipo de áreas y aprendizajes. Según la normativa actual, esta asignatura ocupa una media de 945 horas en el conjunto de las etapas de Infantil y Primaria y de 450 horas en la ESO, una carga superior a la de materias tan importantes como la Educación Física o la educación Artística.
Con la nueva Ley de Educación LOMCE la situación se agrava. Lejos de retirar la religión del expediente académico y del horario escolar, “el Estado se pone al servicio de las demandas de los obispos, introduciendo la obligatoriedad de impartir una asignatura alternativa fuerte a quienes no elijan religión”, explica el sindicato en el comunicado de denuncia emitido. “Además se han salido con la suya de suprimir Educación para la ciudadanía, asignatura que planteaba cuestiones polémicas para la Iglesia como: libertades sexuales, matrimonio entre personas del mismo sexo, igualdad entre mujeres y hombres o nuevos modelos familiares”.