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El año en que Euskadi no se despidió del fracking

Dos operarios trabajan en una planta que utiliza metodo de extracción por fracking/ Foto Irekia

Natalia González de Uriarte

El 2015 ha sido el año en que el rechazo de la ciudadanía vasca a la polémica técnica de la fractura hidráulica para obtener gas no convencional del subsuelo ha quedado más que acreditada. Las más de 100.000 firmas que respaldaban la Iniciativa legislativa popular recogidas por la plataforma Fracking Ez Araba han desembocado en verano de este año en la aprobación por parte del Parlamento vasco de la Ley que pone trabas al uso de esta técnica extractiva. Se elevan los requisitos medioambientales de tal manera que prácticamente la fractura hidráulica se hace inviable en tierras vascas. Estas dificultades, junto a las modificaciones introducidas por el PSE en la negociación presupuestaria para impedir que los Presupuestos se utilicen para financiar proyectos que requieran del fracking para la exploración o explotación de gas del subsuelo, son dos grandes avances pero, para algunos, no garantizan la prohibición total. Lejos de lo que parecen, no dan el portazo definitivo al fracking en Euskadi.

La incertidumbre se ha instalado entre los agentes sociales y políticos que han impulsado esta oposición a la técnica. Por un lado miran de reojo hacia Madrid, ante la posibilidad de que el próximo Gobierno que se forme, decida recurrir la ley aprobada por el Parlamento vasco ante el Tribunal Constitucional, una medida que dejaría de inmediato la norma en suspenso cautelar automático, si es que el alto tribunal la admite a trámite. “Estamos muy pendientes. No podemos bajar la guardia porque esa posibilidad está ahí. Así que hemos de mantener viva nuestra posición y activismo contra esta técnica”, ha explicado Mikel Otero, portavoz de la plataforma antifracking.

Y por otra parte, pese a la Ley aprobada es te año, recelan ante la posible tentación del Gobierno vasco a saltarse la normativa que sacó adelante la Cámara vasca sin el respaldo del PNV. ¿Por qué estas sospechas? Porque el Ejecutivo de Urkullu no confirma de forma tajante que el 'fracking' se vaya a detener en Euskadi. No se han despedido de las controvertidas perforaciones para siempre. Parece más un hasta pronto.

De hecho el Gobierno ha reconocido en una respuesta parlamentaria difundida recientemente que no va a renunciar a los permisos de investigación. Dicen que Shesa, la sociedad pública responsable de buena parte de los sondeos para la extracción de gas convencional y no convencional que se desarrollan en Euskadi, prevé realizar a lo largo de 2016 “todos aquellos trámites necesarios para no perder la titularidad de los permisos” en relación a Enara, Usoa, Mirura, Usapal y Angosto.

Y ese empeño - según Otero- implica una mínima inversión, que este caso, vendría de las arcas públicas. “El PSE tiene complicado dar una explicación convincente sobre esto. Queda en entredicho cuánta presión y cómo son de condicionantes esas modificaciones introducidas en los presupuestos. Está claro que el Gobierno y su consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, insisten en la cabezonería de seguir explorando pese a que se van a encontrar con el muro legal de la normativa aprobada por la Cámara vasca y ese acuerdo presupuestario que les impiden aportar cero euros al ‘’fracking”, explica Otero.

EH Bildu comparte esa lectura. Consideran que el Gobierno vasco no solo mantiene su apuesta por el fracking y sino que además lo ha admitido en esa respuesta parlamentaria. “Dejan en evidencia la pantomima del PSE, que se ha vanagloriado de haber parado al fracking”, declaró Dani Maeztu, parlamentario de la coalición abertzale al conocer el contenido de la respuesta ofrecida por Tapia. “El Gobierno Vasco ha dejado claro que no citar los permisos Angosto y Enara en los presupuestos no tiene consecuencias prácticas y ha desnudado el discurso del PSE. Han querido hacer creer a la gente que el fracking era historia y la han engañado”. Maeztu sostiene que solo la renuncia a los citados permisos y la disolución de la sociedad pública Shesa son las “únicas garantías contra el fracking”.

A esto se une el hecho de que el PNV, al igual que PP, CiU y UPyD, no incluyó el veto a esta técnica en su programa en las pasadas elecciones generales, lo que acrecienta más la desconfianza y dudas sobre cuál es su verdadero posicionamiento hacia la fractura hidráulica de cara al 2016.

Es cierto que la consejera Tapia ha repetido por activa y por pasiva, en varias intervenciones en el Parlamento vasco, tras ser interpelada por la oposición, que todas las actuaciones de Shesa están “en su fase exploratoria y por lo tanto es ”rotundamente falso que exista ninguna licencia de explotación de fracking“ en Euskadi. Pero no es menos cierto que Shesa cuenta con varios objetivos de investigación y tres de ellos ”inicialmente planteados como no convencionales“, que en caso de prosperar sí supondrían el uso de esta técnica. Solo uno de ellos es competencia del Gobierno vasco porque el resto se localizan en dos o más comunidades y dependen por tanto de la Administración General del Estado. El permiso limitado a Euskadi es de ”Lore, Lurra, Landarre y Sustraia“, que se ha solicitado ya, pero está en fase de otorgamiento.

La duda es cómo actuará el Gobierno en caso de obtener el permiso pendientes cuando siempre ha remarcado, por encima de otros argumentos, el “carácter estratégico” de los hidrocarburos para Euskadi y que el Gobierno vasco no puede “renunciar al conocimiento de los recursos energéticos y minerales propios” porque lo contrario “implicaría la omisión de un deber”. ¿Desistirá cuando la mera investigación implique el uso de esta técnica?. Es otro de los temores que apunta Otero, aunque la reacción del Gobierno en este sentido le preocupa menos que el recurso de inconstitucionalidad. “ A día de hoy una operación masiva, a gran escala en Euskadi es inviable, es una ensoñación, pero eso no significa que no vayan a intentarlo, nos significa que no vayan a hacer todas las piruetas posibles para explorar en unos primeros pozos. Espero que el panorama desolador del fracking y el petróleo en EEUU les desanime. No obstante, lo más inquietante ese esa amenaza del recursos de inconstitucionalidad”, insiste Otero.

Con todo, el 2015 ha sido el año en que Euskadi no ha logrado despedirse del ‘fracking’

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