Casi la mitad de las familias asistidas por Cruz Roja sufre pobreza energética
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Protegerse del frío en invierno al salir de casa es una práctica habitual y recomendable. Y en estos tiempos hacerlo también al entrar es parte también del día a día de muchas familias que no pueden mantener sus viviendas en condiciones adecuadas de temperatura. Si las cifras manejadas por la Asociación de Ciencias Ambientales estiman que el 15% de los hogares del país sufre pobreza energética, en el caso de las familias atendidas por Cruz Roja esta cifra se dispara hasta el 38%.
Las personas mayores constituyen uno de los colectivos más vulnerables. Según los datos proporcionados por la organización humanitaria más del 54% de estas personas no pueden disfrutar de una temperatura aceptable en sus pisos durante los meses más fríos del año, estimada entre los 18 y 20 grados. De hecho, un 33% de las personas mayores atendidas por Cruz Roja no puede poner la calefacción en la estación más fría del año porque los ingresos no alcanzan.
Esta situación prolongada en el tiempo puede provocar complicaciones para la salud de quienes la sufren, que se ven en un estado de frío y humedad permanente dentro de su hogar. Además, entre las personas mayores la exposición continuada a malas condiciones de temperatura puede provocar “serios problemas respiratorios como asma o bronquitis” y “es una causa del aumento de la mortalidad causada por enfermedades cardiovasculares entre las personas con más de 60 años”, según explican desde la entidad humanitaria.
Abrigarse al entrar en casa
Ante la bajada de las temperaturas previstas para estas semanas, Cruz Roja ha reforzado su acción frente a la pobreza energética y renueva el llamamiento a la sociedad para que contribuyan con sus donaciones a ayudar a las personas más desfavorecidas. Cruz Roja Española ha recordado que el número de personas en situación de pobreza energética se ha visto incrementado recientemente por el encarecimiento de los precios de la energía y la disminución de los ingresos de los hogares, así como la antigüedad del parque de viviendas y la reducción de las ayudas y subvenciones para la renovación de las instalaciones.
Por su parte, los grupos junteros del PSE-EE, Bildu y EB han unido sus votos en las Juntas Generales de Álava para sacar adelante una moción en la que se insta a las administraciones públicas a que impidan, en la medida de sus posibilidades, la interrupción de los suministros de electricidad, gas o agua por impago. El grupo popular, que gobierna la Diputación alavesa, ha votado en contra y el PNV se ha abstenido.
En el texto aprobado los grupos firmantes solicitan a las adminsitraciones pertinentes a que, en colaboración con entidades sociales y los agentes económicos y sociales afectados, pongan en marcha una estrategia para la erradicación de la pobreza energética en Álava, que comprenda las medidas necesarias para la eliminación progresiva de esta clase de pobreza. Para ello la Diputación Foral de Álava elaborará un estudio de la incidencia de la pobreza energética en el territorio alavés. También piden al Gobierno vasco que garantice el dinero necesario para las Ayudas de Emergencia Social y que se incluya el gasto energético como concepto a financiar.