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“Tengo dos carreras y no puedo vivir en la Parte Vieja por el turismo”

Turistas fotografiándose en la playa de La Concha

Iker Rioja Andueza

“Esto no es contra el turismo ni contra los turistas. Es porque tengo dos carreras y no puedo vivir en la Parte Vieja. Lean la información y hablemos”, se esforzaba con una octavilla en la mano una joven de Ernai, la organización juvenil de la izquierda abertzale que había convocado este jueves por la tarde en las calles del centro de San Sebastián una protesta contra el “modelo turístico masificado” que, entienden, expulsa a los donostiarras del centro –“un botellín de agua vale 3 euros”- para primar pensiones, hoteles y apartamentos turísticos. La mujer se dirigía con vehemencia a cuatro visitantes acomodados en una terraza junto al lujoso hotel María Cristina, la “reina de España que venía de veraneante” y que inició el “interés turístico de la ciudad”, según el pasquín de Ernai. Entretanto, el consejero de Turismo, Alfredo Retortillo, ha optado por contraprogramar desde Bilbao esta anunciada movilización y ha denunciado la “irresponsabilidad” de la campaña contra el turismo de la izquierda abertzale por hacer ver que Euskadi es un destino masificado cuando “no es Magaluf” ni “la Barceloneta”.

El debate está servido y San Sebastián, en efecto, lo vive con pasión. De un tiempo a esta parte, en un aparcamiento cualquiera de la ciudad se cuentan a pares las matrículas de Francia, Alemania, Italia, Portugal, Reino Unido, Suiza y hasta las de Luxemburgo o Turquía. Y encontrar una plaza en uno de ellos, a pesar de su alto precio, es una empresa complicada. Gentilmente, los propietarios avisan en inglés: “Full”. Este jueves a las 17.00 horas la calle Mayor donostiarra estaba repleta, los bares y las heladarías hasta la bandera y las tiendas de recuerdos hacen el agosto con postales, ‘souvenirs’ e incluso imanes flamencas más propias de otros lares. En cifras, el turismo supone el 13,4% del PIB donostiarra, casi el triple que la media vasca. 

En una tienda de textiles fundada en 1933 se dicen “encantados” con este ‘boom’. “Vienen y siempre pican. Una boina, una camisa, un regalo para la ‘ama’…”, comenta la tendera, que lleva tras el mostrador de madera “50 años de casada y dos más”. Cerca, en una de los pocos comercios especializados que quedan en la Parte Vieja, el joven al cargo tiene otra visión. “De diez turistas me compra uno. El resto los tengo todo el día ahí enfrente, en el McDonald’s.  Es una mierda”, lamenta. El gasto medio diario de un visitante en Donostia es de 116 euros, incluido el alojamiento.

Con sólo 17 años, una joven que opta por no dar su nombre atiende una tienda de moda en el mismo barrio. Tras despachar unos pantalones a una clienta francesa –“Au revoir!”- explica al periodista que no piensa lo mismo de los turistas “en el trabajo y en la calle”. “Si yo trabajo es por los turistas”, explica señalando a la mujer que sale del comercio, pero añade: “Detesto que en mi barrio sólo haya masas de turistas”. “El auge se nota desde los dos últimos años y afecta sobre todo a los jóvenes. Nos tenemos que ir del barrio porque sube el precio de la vivienda. Y no se puede alquilar aquí todo el año porque en verano liberan los pisos para ellos”, narra sin un ápice de radicalidad.

Lo de si hay muchos o pocos turistas también es relativo. El consejero Retortillo entiende que “cualquiera que visite La Concha y la Barceloneta” se puede dar cuenta de que hablar de masificación es exagerado. “¿Muchos? Es que nosotros somos de Barcelona y hay esto y más”, valoran unos catalanes en la entrada de la Oficina de Turismo del Boulevard.

Medios de comunicación de todo el mundo

En este clima, a las 17.30 horas ha partido la marcha de Ernai contra el modelo turístico “y no contra el turismo o los turistas”, según han repetido varias veces sus portavoces, que han estado acompañados por los ‘hermanos mayores’ de Sortu durante la protesta. Esta vez no ha habido incidentes, ni gritos de ‘Tourist, go home’, aunque esas pintadas sí se mantienen en el recinto festivo del puerto de San Sebastián, que estos días celebra su semana grande. La expectación que había generado esta convocatoria era tal que medios de Rusia, Suiza, Alemania, Francia, Bélgica y Reino Unido han estado presentes en las calles de Donostia con corresponsales o enviados especiales.

Durante la protesta, las dianas de los gritos y de las pancartas han sido el alcalde Eneko Goia y su partido, el PNV, el diputado de Turismo, Denis Itxaso (PSE-EE) y el responsable de los hosteleros de Gipuzkoa, Mikel Ubarretxena. Se da la circunstancia de que éste fue este miércoles el interlocutor de Arnaldo Otegi y de una delegación de EH Bildu en una reunión precisamente sobre turismo y de la cual la izquierda abertzale salió con la sensación de tener más coincidencias que discrepancias con esta patronal. Los asistentes, varios centenares, también han denunciado la “manipulación” de los medios de comunicación que masivamente han atendido su convocatoria y han colocado una pancarta en la plaza de la Constitución denunciando la “ocupación” de ese espacio público. La campaña de Ernai, que se inició la pasada en Vitoria, se completará la próxima semana con una marcha similar en las fiestas de Bilbao.

“Euskadi no es Magaluf”

Horas antes de la manifestación, el consejero de Turismo, Alfredo Retortillo, ha decidido ofrecer una rueda de prensa para defender Euskadi como destino de “calidad” y alejado del modelo masificado de “sol y playa”. “Euskadi no es Magaluf”, ha repetido Retortillo desde Bilbao en una larga comparecencia en la que ha insistido en que no se puede equiparar San Sebastián u otros destinos vascos con lo que ocurre en zonas del Mediterráneo, por ejemplo, porque “Euskadi se montó tarde al carro del turismo y no se desarrolló en la década de 1960” y porque la “mala imagen” que generó el terrorismo de ETA y la ‘kale borroka’ lastraron la llegada de visitantes. “Creo que hemos traído desde Cataluña a Euskadi un debate que no era nuestro”, ha remachado sobre la campaña de Ernai, similar a la de Arran.

Retortillo ha explicado que es “exagerado” hablar de ‘kale borroka’ para calificar los incidentes y pintadas que ha habido contra los turistas, sobre todo en San Sebastián, pero ha enfatizado que plantear un ‘Tourist, go home’ tiene un componente xenófobo. Respecto a la movilización de Ernai, ha sido claro: “No me gusta que quienes han venido a visitarnos se encuentren con una manifestación”.

En este sentido, les ha dado un “efusiva bienvenida” a los extranjeros y les ha invitado a completar una ruta de varias etapas por las tres capitales, medio centenar de municipios y tres enclaves patrimonio de la Unesco. El plan se llama 'The Basque Route'. El reto de Euskadi no es lograr nuevos récords de entradas de viajeros, sino que la estancia media se prolongue. Actualmente no se alcanzan aún ni las dos noches de media.

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