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“Lanbide provoca angustia vital a miles de personas con su forma de conceder ayudas”

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

Los criterios que sigue Lanbide a la hora de otorgar la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) provocan “la angustia vital” en miles de perceptores. Así lo aseguran diferentes colectivos sociales que han pasado por el Parlamento para poner el foco en una cuestión que resulta vital para los miles de ciudadanos que se han quedado sin recursos propios y que se ven abocados a solicitar esta ayuda.

Brígida Ridruejo e Iñali Carro en representación de estos colectivos (que agrupan desde Argilan a la Posada de los Abrazos pasando por SOS Racismo o Berriotxoak) alertaron de “la gravedad” de la situación ya que Lanbide “pisotea” un día sí y otro también la Ley de Procedimiento Administrativo y la Ley que regula la propia RGI. “Lanbide retira prestaciones sin justificar los motivos, sin conceder audiencia previa al afectado.....Aplica su propio manual de instrucciones, que solo conoce él y que parece que se encuentra por encima de la propia Ley de RGI”, ha denunciado Carro.

“Un perceptor”, ha añadido, “no sabe en qué momento le pueden retirar la RGI. Basta que haya gastado un poco más en teléfono porque lo necesita para buscar trabajo para que se la puedan quitar. En realidad, Lanbide no garantiza los ingresos a un ciudadano porque en cualquier momento le puede retirar la prestación durante meses sin motivación”.

Ridruejo ha recalcado que los criterios empleados desde Lanbide para otorgar las ayudas “acentúan” las desigualdades sociales. “La RGI complementa el salario de personas con trabajo precario, pero solo tres años. Al cabo de ese tiempo, se retira. Tal y como está el mercado laboral puede pasar mucho tiempo hasta que se pueda mejorar esos sueldos. Para las personas desahuciadas que son acogidas por otro familiar también se ponen limitaciones en el tiempo....Las suspensiones de la RGI se basan en muchas ocasiones en sospechas porque no hay audiencia previa al afectado. Puede que Euskadi tenga el mejor sistema de protección de España, pero resulta muy mejorable y, además, hay miles de personas que se quedan fuera. Las estadísticas hablan de que hay 65.000 perceptores, pero la realidad es más dura porque hay miles que llaman a la puerta y no pueden entrar”.

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