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Rebelión masiva del movimiento feminista ante la incesante violencia machista

Parte de las convocantes durante la presentación de la manifestación.

Natalia González de Uriarte

Se espera que sea una manifestación “histórica” y “masiva” y visto el poder de convocatoria, dadas las numerosas adhesiones conseguidas en poco tiempo, más de 250, la cita quedará sin duda, marcada en el calendario. La iniciativa parte del movimiento feminista de Euskal Herria y la buena acogida se debe, en parte, a la exasperación y saturación al que confiesan haber llegado tras el incremento creciente de las agresiones contra las mujeres.

Y así lo ha expresado Begoña Zabala de Emakume Internazionalistak en su particular llamamiento a través del blog de la Federación Estatal de Organizaciones Feministas. “Nace de la necesidad de mostrar el hartazgo que sentimos. No se trata de un asunto meramente numérico. No es solo contar las denuncias y ver que este mes son más que el mes pasado, o que año tras año los números oscilan alrededor de las mismas cifras. Es más cualitativa la percepción. Se multiplican la diferentes formas de violencia, aparecen nuevas demostraciones que agreden a las mujeres. Manifestaciones verbales agresivas, acosos en la calle, fiestas masculinizadas con presencias masculinas agresivas, 'abroncamientos' machistas en las tertulias a mujeres representativas de los espacios públicos, prohibición de transitar en espacios determinados,...”

Las activistas se sienten además cuestionadas e incluso perseguidas cada vez que alzan su voz para denunciar las situaciones que relatan. “Cuando el movimiento feminista actúa, denuncia, contesta, critica, se posiciona u osa violentar la situación de asimetría que padecemos millones de mujeres, aparece la ”criminalización“ y la marginalización”. Así que, una vez más, estamos en ello: tomamos la palabra para resignificar la violencia machista“, explica. ”En este país, tan necesitado de unos nuevos códigos de convivencia, resulta que lo que era de forma diáfana una agresión, pasa a ser una costumbre o una forma de ser, que debe ser tolerada“, añade Zabala.

“Necesario y urgente” replantear lo que entendemos por violencia

Las organizadoras defienden que en la actualidad “resulta necesario y urgente” replantear lo que entendemos por violencia, creando un marco que nos permita entender su complejidad y sus múltiples formas. “La violencia machista no solo se materializa en los golpes y asesinatos; sino que es estructural y se asienta en un sistema que socializa a las mujeres en el miedo y naturaliza el cuerpo femenino como débil y el masculino como agresivo”, insistían en la presentación de la manifestación. Su respuesta, de nuevo, la movilización y en esta ocasión promete ser masiva para visualizar su descontento e indignación ante “las insuficientes” políticas públicas contra las diferentes formas de violencia sexista.

La marcha organizada, a la que acompañarán otros númerosos eventos a desarrollar a lo largo de todo el sábado nueve de abril, discurrirá bajo el lema “11 eraso erantzun, vuestras violencias tendrán respuesta”.  Además de las adhesiones ya anunciadas, más de 250 de diferentes colectivos, se esperan la participación de mujeres de Navarra y de otras comunidades autónomas, así como del País Vasco francés, de América Latina, Inglaterra y Holanda.

Violencia “emocional, psicológica, institucional, económica y sexual”

Las organizadoras prevén que más de 1.000 personas se sumen de manera individual. Entre ellas se esperan rostros conocidos como el de la diputada de la CUP Anna Gabriel, presencia ya confirmada.

Alitxu Martínez del Campo, portavoz de los movimientos feministas y LGTB, Alitxu Martínez del Campo, en la presentación de la manifestación hacía hincapié en que diariamente las mujeres sufren violencia “emocional, psicológica, institucional, económica y sexual”. Citaba la brecha salarial entre hombres y mujeres por el mismo trabajo en muchos ámbitos laborales, los empleos más precarios, los trabajos de cuidados a familiares que no se tienen en cuenta a nivel económico...Martínez del Campo señalaba a las instituciones como parte responsable de esta situación discriminatoria para las mujeres. 

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