El 40% de todo el dinero que se destina en España a ayudas sociales se da en Euskadi
¿Cómo es posible que Euskadi, con solo el 6,4% de la población del país, ofrezca el 40% de todas las prestaciones sociales que se dan en España? Pues por el carácter excepcional que tiene el modelo vasco de garantía de ingresos, que resulta muy marginal e incluso en algunos casos inexistente, en el resto de las comunidades autónomas españolas, y comparable en gran medida al de países como Francia y Alemania. Tan solo Navarra resiste la comparación. Un modelo que ha cumplido más de 25 años y que ahora se enfrenta a uno de sus momentos más complicados, con un constante incremento del gasto debido a la dureza de la crisis y cuestionado desde algunos sectores, que exigen un endurecimiento a la hora de conceder las ayudas.
Por ejemplo, si Euskadi se compara con una comunidad autónoma con alto nivel de desarrollo, como Cataluña, se puede comprobar como en el País Vasco se destinó en 2013 en torno a 435 millones de euros para la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), con unos dos millones de habitantes y unos 66.000 perceptores. Mientras, Cataluña, con sus seis millones de habitantes, dedica 133 millones de euros y unos 34.000 perceptores de una prestación similar.
El programa de garantía de ingresos vasco se ha ido convirtiendo en un programa de muy elevada cobertura entre la población, hasta el punto de que las prestaciones sociales cubren al 100% de los hogares en riesgo de pobreza, mientras que en el resto de España la media de las comunidades está en torno al 20%. Además de las personas que no tienen recursos económicos de ningún tipo, la RGI complementa a los pensionistas con bajos ingresos y a los trabajadores con salarios reducidos.
Así, la cuantía media de la RGI vasca para una persona que vive sola asciende a 619,18 euros. Navarra es la que más se le acerca, con 548 euros, mientras que Madrid (375,55 euros) y Cataluña (428,70) van muy por detrás. En los últimos 12 años, el número de perceptores que han accedido a esta prestación social se ha multiplicado casi por seis en la comunidad autónoma, pasando de unas 12.000 familias a las más de 66.000 de la actualidad.
El gran avance del modelo vasco es que desde hace varios años la RGI es un derecho garantizado por ley, es decir, que la ayuda no está sujeta a restricciones presupuestarias y todo el que cumple los requisitos la recibe. Con el tiempo, varias comunidades han ido incorporando a sus leyes este derecho, pero las cantidades que se otorgan siguen siendo muy inferiores.