La brecha salarial anual entre hombres y mujeres supera los 7.000 euros
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Al estudiar las rentas, al margen del origen de los ingresos, el 81% de las mujeres perciben ingresos iguales o inferiores a 24.000 euros al año, mientras que entre los hombres esta proporción se reduce al 57%.
Desde el Instituto Vasco de la Mujer consideran que estas “cifras contundentes que ponen de manifiesto un problema cuyos factores son, en muchos casos, de difícil identificación para la opinión pública. Esta dificultad provoca que la conciencia social no sea paralela a la magnitud y la importancia de este problema”.
La segregación ocupacional es uno de los factores que se encuentra en el origen de este tipo de discriminación, a juicio de Emakunde. Según indican en un comunicado emitido coincidiendo con la celebración del Día por la Igualdad Salarial entre mujeres y hombres, la segregación relega a las mujeres a determinados tipos de trabajo. De la misma forma les impide ocupar posiciones de liderazgo. Fruto de esta segregación existen los empleos considerados femeninos, que se remuneran peor.
Mujeres relegadas y sin acceso a puestos de liderazgo
Mujeres relegadas y sin acceso a puestos de liderazgo Además, en muchas ocasiones las mujeres tienen que aceptar ocupaciones de mayor flexibilidad laboral para equilibrar las necesidades del trabajo y la familia, lo que contribuye a la citada segregación laboral. En consecuencia, existe en todo el mundo una representación excesiva de las mujeres en trabajos de tiempo parcial. Concretamente, en la Comunidad Autónoma vasca el 85,3% del trabajo a tiempo parcial se desarrollado por mujeres.
El otro trabajo, el del cuidado de los familiares y del hogar, recae en un alto porcentaje sobre las mujeres y esta circunstancia les impide, en muchos casos, la promoción en igualdad con los hombres en el mercado laboral.
La discriminación se intensifica por la existencia de numerosos ámbitos de actividad con mayor presencia de hombres que se benefician de retribuciones suplementarias que amplían las divergencias salariales entre los sectores fuera de los tipos básicos.
Pero, al margen de variables tan decisivas en el tema de la brecha salarial como la tipología de contrato, la duración o el tipo de ocupación, en los que la discriminación salarial se materializa de una manera implícita, la discriminación se produce también de manera explícita en niveles laborales concretos. Es decir, a misma tipología de contrato, duración y ocupación, se detectan diferencias entre los salarios percibidos por mujeres y hombres.