“El dinero no da para ir al Caribe, pero sí para tener un buen medio de vida”
Este miércoles a las 13.37 horas, después de toda una mañana de testimonios, ha quedado visto para sentencia en la Audiencia de Álava el juicio contra Miguel Acedo, el ex ‘alcalde’ hasta 2014 del pequeño concejo de Aretxabaleta, de apenas 300 habitantes y ubicado dentro del término municipal de Vitoria. En la sesión, ni siquiera los testigos del imputado, en su mayoría familiares y amigos, han podido negar que Acedo manejó “en metálico” importantes sumas de dinero mientras fue regidor y que realizó una gestión manirrota, que incluía facturas abultadas para fiestas y espectáculos. La Fiscalía reclama para él seis años de prisión tras haber desviado, según han calculado, 545.454,74 euros en su beneficio o en el de terceros, dinero procedente de la cuenta de la junta administrativa, que en 2004 vendió una parcela e ingresó 1,5 millones de euros. “Esta persona ha vivido mediante el dinero del concejo. En diez años quizás no es una cantidad desorbitada y no dé para ir al Caribe y comprarse casa y coches caros, pero sí da para tener un medio de vida”, ha resumido el fiscal del caso en su alegato final.
“El único perjudicado era el concejo de Aretxabaleta”, ha abundado el representante del ministerio público, que considera documentado que Acedo era el único autorizado en la cuenta corriente del pueblo y que era también el único con tarjeta de crédito, la cual usó en 715 ocasiones para sacar dinero de cajeros automáticos próximos a su domicilio o al de su madre. El actual responsable de la junta administrativa y denunciante del caso, Gerardo López de Suso, ha secundado también esta versión. Un dato: si en 2004 el saldo de la libreta de Aretxabaleta era de 1,5 millones en 2004, cuando Acedo perdió las elecciones y dio paso a López de Suso, en 2014, el dinero que quedaba de aquella operación urbanística eran “167 euros”. En esos años apenas estuvo unos meses dado de alta en la Seguridad Social.
Acedo, pese a los rumores que le situaban en paradero desconocido, ha comparecido en el juicio y ha respondido a todas las preguntas, tanto de la acusación como de la defensa. Eso sí, sus explicaciones, en la mayoría de ocasiones, no han pasado de los monosílabos. Durante los 24 minutos de interrogatorio del fiscal, el imputado ha explicado que dedicaba “hasta ocho y diez horas” al pueblo sin cobrar y que “hacía de todo”, incluso “cortar la hierba”. También ha querido dejar claro que llevaba una vida austera y que incluso ha tenido problemas económicos que le condujeron a volver a casa de su madre porque no pudo pagar la renta de su vivienda de alquiler, 400 euros mensuales.
A preguntas de su abogado, ha desplegado su estrategia de defensa:
-¿Ha hecho disposiciones a su favor con tarjetas de crédito?
-Nunca. Todo el dinero que he sacado lo he derivado a los vecinos del pueblo.
El gran argumento de Acedo, de su letrado y de sus testigos es que utilizaba permanentemente dinero en efectivo para todas sus gestiones y que en el pueblo había actividades “todos los días” que requerían de esos fondos. “Si se iba a hacer una paellada y había que comprar, íbamos, le pedíamos el dinero y listo”, ha indicado una testigo. En general, han dibujado a un gestor generoso o despilfarrador, según se mire, que en diez años trajo a artistas de elevado caché a un pequeño pueblo –se ha citado en el juicio a Mary Carmen y sus muñecos, a los hermanos Calatrava o a Marianico El Corto- y que montó grandes banquetes y viajes, incluido uno a Eurodisney, en París, y otro de “60 ó 70 personas” a Valladolid para un campeonato del Atlético Aretxabaleta, el equipo local al que también mimó a golpe de talonario el alcalde plenipotenciario.
El juez Jaime Tapia, presidente del tribunal, no ha podido ocultar su sorpresa ante semejante nivel de vida en un lugar como Aretxabaleta. “¿Pero es que nadie se preguntaba de dónde salía este dinero, este maná?”, ha lanzado al aire en un momento de la sesión. Incluso el letrado defensor ha reconocido que era cierto el “rumor” de que las fiestas de este concejo eran “espectaculares” y “excesivas”.
La conclusión de su abogado: “Puede discreparse sobre la idoneidad o no de estos gastos o sobre la llevanza o no de contabilidad [Acedo ni llevaba un control económico ni respondió a los requerimientos de vecinos y Diputación en una década] pero hay que analizar si hay beneficio para el imputado, además de ánimo de lucro. No se dan los elementos necesarios para la apropiación indebida”.
Una pariente estafó 18.300 euros a unos ancianos
La teoría esgrimida por Acedo y su entorno es que el dinero de la operación urbanística lo fundió en su totalidad en actividades para el pueblo hasta dejar la cuenta corriente con telarañas. La Fiscalía ha querido demostrar que esas actividades están contrastadas en los movimientos y transferencias bancarias (y no son precisamente facturas pequeñas) y que luego quedaron otros 545.454,74 euros para beneficio particular (como 18.000 euros en facturas telefónicas) o de terceros, el grueso sacado de los cajeros automáticos.
El imputado ha alegado en su comparecencia que si no hay pruebas de esos gastos aparentemente sospechosos es porque hubo un incendio en la oficina en la que se almacenaban las facturas. Fue en 2008, pero el despilfarro continuó hasta 2014. ¿Dónde están esas pruebas? Para esos últimos años de presuntas irregularidades, la defensa asegura que hubo también un robo en la sede del Atlético Aretxebaleta, adonde se trasladó el material tras el incendio. Sin embargo, un “amigo íntimo” del imputado ha terminado por admitir, para sorpresa de los presentes, que “cuando llevaban unas cervecitas de más” no guardaban las facturas y que incluso “se quedaba con las vueltas” tras alguna gestión. “Con las vueltas” del dinero de todos los vecinos.
Una de las testigos de Acedo ha sido su hermana, presidenta de la asociación de vecinos del pueblo durante varios años, en la que también estaba una sobrina del imputado. A esta entidad llegaron miles y miles de euros para cursos de flamenco, ludoteca, fiestas y hasta ordenadores e impresoras. Según los datos a los que ha accedido eldiarionorte.es, una familiar cercana de Acedo también fue detenida por estafa hace unos años acusada de utilizar las tarjetas de crédito de una pareja de ancianos a los que cuidaba para sacar de sus cuentas 18.300 euros.
¿La responsabilidad del Tribunal de Cuentas?
La parte final del juicio, la de las conclusiones, ha servido al letrado de Acedo para plantear dos cuestiones técnicas que podrían exonerar o al menos aliviar la condena de su patrocinado. La primera, que en 2010 el juzgado ya archivó una primera denuncia por este mismo asunto al no tener constancia documental (entre otras cosas porque Acedo no entregó las cuentas a la Fiscalía y sólo llegaron cuando López de Suso le relevó). Por ello, ha apelado al principio de “cosa juzgada” o de ‘non bis in idem’, extremo que ha desechado la Fiscalía.
En segundo lugar, y ya con ánimo de que el golpe de la sentencia sea el mínimo posible, el letrado ha recordado que el caso de Aretxabaleta ya fue ventilado en el Tribunal de Cuentas del Estado, que condenó a Acedo a reponer 397.000 euros por las irregularidades detectadas. A su entender, la jurisprudencia establece que la “responsabilidad civil” en una causa penal no puede ser diferente a la fijada en la jurisdicción contable y ha pedido al tribunal que tenga en cuenta esta circunstancia. El fiscal, entretanto, ha mantenido su petición de que devuelva exactamente 545.454,74 euros.