El cese de la directora de Urdaibai constata la crisis en la Reserva vizcaína
- Fuentes conservacionistas consideran un éxito la salida de la directora, que diseñó el contestado plan de protección de la reserva
La Reserva de la Biosfera de Urdaibai sigue de susto en susto y de polémica en polémica. La hasta ahora directora en el Patronato de la citada reserva, adscrita a la Dirección de Patrimonio Natural y Cambio Climático del Departamento de Medio Ambiente que lidera el socialista Iñaki Arriola, ha sido cesada de facto este miércoles. Aunque el cese oficial tiene “efectos económicos y administrativos” desde el pasado 11 de septiembre de 2017, en realidad, fuentes conocedoras de las vicisitudes que arrastra esta reserva apuntan a eldiarionorte.es que Paula Caviedes Gil había anunciado su intención de dejar el cargo a finales de julio, en plena crisis sobre la gestión de este área protegida a la que el PNV vizcaíno nunca ha querido renunciar.
Fuentes del Departamento que dirige el consejero Arriola aseguran que Caviedes ha cesado “a petición propia por razones familiares y profesionales” que no han especificado. Este periódico ha podido confirmar que la ya exdirectora ha logrado una plaza en el Ayuntamiento de Getxo, alejada de la polémica que arrasta la Reserva de Urdaibai prácticamente desde que fue declara patrimonio medioambiental por la Unesco y que se ha agravado con la protección de su plan rector.
El pasado 22 de junio, en lo que fue una decisión unánime del Parlamento vasco, se aprobó iniciar la elaboración de un nuevo plan, el llamado PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión) desde el consenso, incluida la representación peneuvista en la Cámara vasca. Es cierto que el PNV accedió a la aprobación del plan apenas una hora antes de iniciarse el debate en la Cámara vasca y a regañadientes.
El anterior Ejecutivo vasco, monocolor, había aprobado solo siete meses antes un cuestionado PRUG. El documento, que era el primer gran cambio del PRUG desde su aprobación en 1993, suscitó el rechazo de casi todos los partidos y colectivos del Patronato de Urdaibai. Tuvo 11 votos a favor y siete en contra. Solo contó con el aval de la representación peneuvista, mientras que el resto de representantes en el Patronato votaron en contra, entre ellos los ayuntamientos gobernados por la coalición independentista EH Bildu, los ecologistas, un representante del Parlamento vasco, la Demarcación de Costas del País Vasco, dependiente de la Administración central, el Consejo de Cooperación (que agrupa a una docena de grupos sociales y culturales de la comarca) y la asociación de forestalistas, un grupo de presión peneuvista. La UPV, que también se iba a oponer, finalmente no acudió a la reunión.
Con la entrada del PSE en el Gobierno vasco, las mayorías cambiaron y la aprobación de la elaboración de un nuevo PRUG estaba asegurada. No obstante, la imagen de división ha quedado retratada. El cambio del reglamento se ha aprobado con 12 votos a favor (el Gobierno vasco, los ayuntamientos gobernados por Bildu, ecologistas, un representante del Parlamento vasco y el Consejo de Cooperación, que agrupa a una docena de grupos sociales y culturales de la comarca), seis en contra (los representantes del PNV en la Diputación y los ayuntamientos) y dos abstenciones, de Unesco Etxea y la Demacración de Costas, dependiente del Gobierno central.
Polémica gestión
Además, desde marzo pasado el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco investiga la legalidad del citado plan, una normativa que los ecologistas consideran que ha reducido la protección de la Reserva de Urdaibai.
La gestión de la ex directora ya quedó en entredicho hace un año, cuando protegió la construcción de una escollera en el chalé de Iskander Atutxa, hijo del ex dirigente y consejero de Interior Juan María Atutxa, ubicado en Mundaka, según informaciones locales. Tras casi tres meses sin responder a los requerimientos de los ecologistas, quienes denunciaron el caso, aseguró, en un informe emitido el 22 de julio de 2016 que se trataba de una actuación urbanística que “se corresponde con suelo urbano”, por lo que está fuera de la actuación del Patronato, según las mismas fuentes. Las obras se desarrollaron a pie de playa e incluso la escollera era inundada por agua con la subida de la marea. En una escueta respuesta de tres párrafos, agregaba que se ha informado “favorablemente” sobre la ocupación del área de dominio público marítimo-terrestre. Una respuesta que soliviantó a los grupos conservacionistas y sociales de Urdaibai.