“Si empiezas a colaborar, quizás tus contratos mejoren”
El servicio de Digestivo del Hospital Universitario de Álava (HUA), en su sede en Txagorritxu, está en pie de guerra. Varios especialistas han denunciado el “progresivo desmantelamiento y desestructuración” del servicio –que fusiona los de Txagorritxu y Santiago- y culpan directamente de la situación a la nueva dirección. “Su modo de actuar ha provocado una situación insostenible: se ha producido un aumento de las demoras en exploraciones complementarias y quejas de los pacientes tanto en la atención ambulatoria en consulta como en los ingresos. Los médicos desconocen lo que van a tener cada día los pacientes no tienen un facultativo de referencia”.
La fusión de los servicios de Santiago y Txagorritxu es lo que late detrás de este conflicto, que ya se ha cobrado varias víctimas, según los especialistas críticos con la dirección. Así, Rosario Calderón, especialista con 10 años de trabajo en el servicio y que ahora se encuentra en el Hospital de Zumarraga, asegura que la dirección del HUA ha despedido a Patricia Ramírez de la Piscina, una médico del servicio que se encuentra embarazada de cinco meses como represalia a la imputación del gerente y del director médico.
“A los profesionales que aportan o critican la situación por la escasa calidad en el trabajo y el deterioro en la calidad asistencial que se ha producido se les somete a represalias de muy diferente manera, llegando al acoso, las amenazas, los gritos y las vejaciones”. Según Calderón, en noviembre de 2013 se produjo una adjudicación de jefatura de sección en el servicio “poco trasparente” y por eso un grupo de médicos ha decidido judicializar la cuestión. Hasta el punto de que el pasado 18 de noviembre, el director médico y el gerente del Txagorrritxu han tenido que declarar como imputados por prevaricación.
A nivel de funcionamiento interno del servicio, Calderón asegura que la dirección procedió a “un aislamiento del personal no alineado,es decir, aquel que no estaba de acuerdo con este nombramiento de jefatura opaco, produciéndose una situación de acoso laboral y amenazas a determinados profesionales por no aceptar los abusos de poder”.
La facultativo despedida se trata “de una profesional que ”se ha mostrado no alineada y que abiertamente también ha sido recriminada por ello. Desde mayo, cuando la duración de sus contratos empezó a mermar, estaba 'ávisada' por sus jefes: 'esto es una reprimenda, si empiezas a colaborar, quizás tus contratos mejoren'. Y es que desde mayo vienen utilizando los contratos de los eventuales como herramienta de represión“.
Complicaciones propias de la reestructuración
El conflicto ha llegado hasta el Parlamento, donde la portavoz del PSE en la comisión de Salud, Blanca Roncal, se ha hecho eco de estas denuncias. “Las críticas se entienden como críticas personales o como rechazo a la dirección o como oposición a la existencia de determinadas direcciones. Y lo viven con tensión personal en lugar de una relación laboral pura y dura, permitiendo la posibilidad de crítica”.
El consejero de salud, Jon Darpón, atribuye la problemática a las complicaciones propias de la unificación en una sola organización de dos hospitales “con culturas diferentes. Es inevitable ante proyectos de tanta envergadura como los que se están abordando”. El consejero también puntualiza que “la inmensa mayoría de los especialistas del servicio están en total acuerdo con las directrices marcadas. Es falso que la organización sea caótica puesto que cada especialista posee una planificación detallada de su actividad diaria con antelación”.
Por su parte, Alberto Manzano, director médico del HUA, asegura que los nombramientos realizados en digestivo han cumplido “escrupulosamente la normativa vigente”. “Las sensibilidades ante el proyecto del HUA han sido diversas, desde profesionales que han compartido por completo la filosofía y el desarrollo del proyecto, hasta los que han discrepado con la propia decisión de la creación. Las jefaturas unificadas deben estar, como no, comprometidas con los objetivos del proyecto HUA y siempre que sea posible apoyadas en el consenso con los profesionales, pero sin que esto repercuta en los objetivos prioritarios del proyecto que son la calidad asistencial, la seguridad para los pacientes, el trabajo en equipo y la eficiencia de los recursos asistenciales”.