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La excelencia educativa también pasa por una lucha eficaz contra el acoso escolar

El acoso escolar es una de las peores lacras del sistema educativo.

Eduardo Azumendi

El acoso escolar se ha convertido en una lacra, en uno de los problemas más serios e importantes a los que se enfrentan las escuelas en todo el mundo. Al bullying, tal y como se conoce a este fenómeno por su nombre en inglés, se ha sumado en los últimos años el ciberbullyin, que tiene las mismas características, pero q se hace a través de las nuevas tecnologías. Desde 2007, la iniciativa finlandesa Kiva, que en finlándes coloquial se usa para describir algo agradable y, al mismo tiempo, es el acrónimo de Kiusaamista Vastaan (contra el acoso escolar), ha triunfado en el país nórdico y ya se ha exportado a más de una decena de países. El objetivo de esta iniciativa desarrollada por la Universidad de Turku es disminuir y prevenir el acoso escolar y garantizar un ambiente de aprendizaje tranquilo y seguro para todos. Para los profesionales nórdicos, la excelencia educativa de su sistema escolar (reconocido habitualmente por los resultados de los exámenes PISA) pasa por una lucha eficaz para erradicar el acoso escolar. Y según los resultados, Kiva lo está consiguiendo.

En Filandia, ya se aplica en el 90% de las escuelas y contar, o no, con este proyecto ya es una condición que muchos profesores y alumnos tienen en cuenta a la hora de elegir un centro en el que trabajar o estudiar. En esencia, los estudiantes asisten en tres etapas de su vida escolar —a los siete, los 10 y 13 años de edad— a una veintena de clases en las que aprenden a reconocer el acoso y donde realizan ejercicios para mejorar la convivencia.

En cada centro que adopta Kiva hay un equipo de profesores que son los que actúan en caso de denunciarse un caso, pero son todos los docentes los que están atentos a posibles conflictos y los que avisan al equipo Kiva para que intervenga. En cada colegio hay un equipo Kiva, que se ponen a trabajar en cuanto tienen conocimiento de un caso de acoso escolar o ciberbullying en el centro. En primer lugar, actúan como filtro, para reconocer si se trata de un acoso sistemático o algo puntual. Después se reúnen con la víctima para dale apoyo, ayudarla y tranquilizarla. También hablan con los acosadores para que sean conscientes de sus acciones y las cambien.

Por lo general, el acosador es apercibido y cesa en su actitud. Pero también hay casos difíciles, que pueden llevar a los docentes a cambiar a la víctima de grupo. El equipo Kiva se compone de maestros que el propio director suele elegir teniendo en cuenta sus cualificaciones universitarias en temas relacionados con la violencia escolar o estudios de comportamiento de grupos, entre otras disciplinas. El trabajo de los docentes es a su vez seguido por los investigadores de la Universidad de Turku, que mediante encuestas periódicas observa la implementación y el resultado del programa.

A diferencia de otros modelos que se centran exclusivamente en la víctima y el acosador, Kiva hace hincapié en el grupo, donde están el resto de personas que no acosan. Solo observan, son los testigos. “No hay que cambiar la actitud de la víctima, para que sea más extrovertida o menos tímida, sino influir en los testigos. Si se consigue que no participen en el acoso, eso hace cambiar la actitud del acosador. El objetivo es concienciar de lo importante de las acciones del grupo y empatizar, defender y apoyar a la víctima”, recalcan los especialistas.

El programa contra el acoso fue impulsado por el Gobierno finlandés tras un par de episodios muy violentos: dos tiroteos en dos escuelas en 2007 y 2008.

Prevalencia

Lorea Sarrionandia, psicóloga de profesión y experta en el tratamiento del acoso escolar, recalca que hay que saber diferenciar entre enfados, problemas y peleas. “Es frecuente que los estudiantes tengan problemas entre ellos, pero eso no es bullying. Para estar ante un caso de bullying se tiene que repetir a lo largo de semanas y meses insultos y humillaciones. Es decir, que se repitan los malos tratos psicológicos, físicos y verbales”. Sarrionaindia, quien ha participado en los cursos de verano de la Universidad del País Vasco en una ponencia sobre cómo detectar el bullying, recordó que en 2005 se hizo un estudio de cuál era la prevalencia del bullying en Euskadi. La tasa de victimización en Primaria fue de un 5,8%. De secundaria un 3,8%. “Normalmente pensamos que las tasas más altas de bullying se dan en la adolescencia o en el instituto. Pero los datos demuestran que la probabilidad más alta se da en 5º y 6º de primaria, cuando los niños tienen entre 10 y 13 años”.

El sexo también tiene importancia en estos conflictos. “Las peores actitudes son de los chicos. En las chicas, sin embargo, es más común que se hable mal de los demás”. Los comportamientos más frecuentes son los verbales. “Las agresiones graves se dan en muy pocas ocasiones, las más frecuentes son las leves”.

Sobre los profesores: El 38,5% de los alumnos de primaria y el 24% de los de secundaria creen que los profesores sí que castigan los malos comportamientos. Pero el 8,5% de primaria y el 29,1% de secundaria creen que los profesores tienen una actitud pasiva y que no hacen nada ante un caso de acoso.

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