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“El fin del capitalismo no es el fin del mundo”

Antonio Turiel, durante una entrevista anterior para Catalunyaplural.cat /XAVIER ARDERIUS

Natalia González de Uriarte

Vitoria-Gasteiz —

Antonio Turiel, para algunos, un visionario, para otros, un catastrofista, se presenta como lo que es, un científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Y en calidad de hombre de ciencias, con datos en una mano y una ardua investigación labrada durante quince años en la otra, interviene en la ponencia de energía del Parlamento vasco. Está convencido, y así se lo trasladará a los parlamentarios, de que “es físicamente imposible continuar con el actual ritmo de consumo”. Pese a la delicada situación que dibuja, Turiel es optimista. Cree el nivel de conocimiento adquirido y la técnica desarrollada por la sociedad actual servirá para dotar a la civilización de un modelo diferente con una calidad de vida que no tiene porque ser inferior a la actual. “El fin del capitalismo no es el fin del mundo” advierte.

Participa en la ponencia de energía en el Parlamento vasco. La mayoría de los parlamentarios, a juzgar por las premisas que defienden, relacionan la recuperación económica con el crecimiento. Ese crecimiento conlleva incremento del consumo que a su vez lleva aparejado el incremento del consumo energético y usted -contrario a esos postulados- pretende desmontarles su discurso. No se va a tomar muy bien que les diga que hay que dejar de crecer, ¿no cree?

Ja, ja. Bueno, realmente lo que les voy a decir es bastante peor que eso. Yo soy científico y mis posiciones sobre estos temas son de tipo lógico, no ideológico. No quiero convencer a nadie desde ese punto de vista. Les mostraré los datos para que sean conscientes de una clara evidencia: que hay una imposibilidad física de continuar con el actual consumo de energía. No existe ninguna evidencia de que se pueda conseguir crecimiento económico sin aumentar el consumo energético. Nuestra disponibilidad de energía por fuerza va a disminuir -cosa que ya está pasando- y para conseguir el crecimiento hace falta aumentar el consumo de energía y al revés; si disminuimos el consumo de energía vamos a entrar en una situación de decrecimiento forzado. Mi conclusión es que en esa situación de decrecimiento forzado no podemos seguir de manera permanente. Puede haber fases de pequeña de recuperación como parece que es en la que estamos entrando ahora pero siempre serán seguidas por fases de decrecimiento muchos más fuertes. En realidad el tema del ahorro y la eficiencia no conducen a nada en un sistema productivista. La solución al problema pasa por rediseñar el modelo económico. Nadie piensa en salirse del paradigma económico, en salirse en un sistema de crecimiento del capital , que tiene derecho a una retribución por el hecho de existir. Pero insisto, eso es físicamente imposible. No hay energía para propulsar esto. Debemos adaptarnos a esta realidad física que puede volverse bastante dura en unos años.

Mal lo pinta, ¿estamos rozando el límite de las fuentes de energía?

Sí. La situación del sector petrolero es bastante inquietante, por ejemplo. Las empresas, para mantener proyectos ruinosos como las arenas bituminosas del Canadá o como la extracción de gas mediante fracking en EEUU, básicamente se están arruinando. Esto, más pronto que tarde va a explotar, es una burbuja de dimensiones globales y va a causar muchos problemas. Yo soy científico, no predicador. Trabajo con datos. Pero todos bebemos de las mismas fuentes de datos. Luego es cuestión de interpretarlos. Si el resto entiende al analizarlos que no es correcto lo que expongo, me pueden rebatir. El primer paso es el diagnóstico correcto de lo que está pasando y yo creo, después de 15 años de investigaciones, que el mío es certero.

Ante esta situación y con el objetivo de esquivar esa dependencia energética del exterior, son muchos en Euskadi los que tienen los ojos puestos en el fracking. Pero el rechazo social hacia esta técnica de extracción de gas ha llegado al Parlamento. Las plataformas contrarias a la factura hidráulica han recogido mas de 100.000 firmas para que se prohíba. El Gobierno vasco defiende que se investigue su uso. ¿Aquí se pueden dar unas condiciones diferentes que hagan rentable e inocuo el fracking?mas de 100.000 firmas

No soy geólogo pero no parece que haya nada en el subsuelo del País vasco particularmente óptimo en las formaciones geológicas de aquí. De hecho existen condicionantes sobre el terreno que indican que es peor , ya que estamos hablando de zonas que están más habitadas que los lugares que se están explotando en EEUU. Allí se hace en Dakota del Norte, Montana, Tejas ... zonas ampliamente despobladas. Luego hay problemas logísticos. Como las extracciones de fracking duran muy poco tiempo, no se construyen gaseoductos para transportarlo. Los pozos tiene una vida media muy corta. En el primer año de explotación produce entre el 75 y 80% de todo lo que producirá en su vida. En el caso de EEUU muchos estudios oficiales, no de sectores mas críticos, muestran que el fenómeno no va a durar más de dos o cinco años más. No se hace inversión en infraestructura porque no se rentabilizaría y se transporta todo con camiones con una impacto sobre el territorio muy fuerte. Es maquinaria pesada, con productos químicos y riesgos de accidente. En cuanto al impacto ambiental. No está suficientemente estudiado porque no tenemos un registro muy largo de este tipo de actividades, No tenemos décadas de experiencia para ver cuál es el impacto a largo plazo por el escape de tóxicos. Sin embargo por lo ocurrido en explotaciones más convencionales, el el 50% de los encofrados de un pozo típico de gas pierde su integridad estructural en un periodo de unos cinco años, las filtraciones pueden se significativas. Por el principio de precaución uno no debería lanzarse a perforar sin estar seguro del impacto ambiental.

¿Algún otro inconveniente que apuntar sobre la fractura hidraúlica?

La cuestión ambiental no es un aspecto del que yo me ocupo, sí me preocupa pero no es de la que más me ocupo porque ya desde el punto de vista económico y financiero no está nada claro que este sea un negocio económico y de rentabilidad. Informe del pasado julio del Departamento de energía de EEUU que demuestra que las 127 empresas más grandes del mundo dedicadas a extraer petróleo y gas tiene un desfase contable nada más y nada menos 110.000 millones de dólares. El petróleo y gas que venden no compensa con lo que esos gastan. Ese agujero lo compensan vendiendo a activos a empresas más pequeñas o endeudánose más. Es una burbuja de deuda monstruosa que va a acabar reventando. Es un tema muy serio.

¿Nos salvaran entonces las energías renovables?

El problema de las renovables, y es algo que muchas veces no se tiene en cuenta, es que también tiene límites.,La energía puede ser renovable pero los sistemas que usamos para su captación no lo son. Pongamos como ejemplo un molino de viento. Los más pequeños tiene mástiles de ochenta metros y aspas de cuarenta metros de largo. Todo esto se sostiene con hormigón que se hace con cemento, obtenido en las fábricas cementeras quemando gas natural; para reforzar el acero se utiliza carbón de coque; los minerales se extraen de minas utilizan compresores que funcionan con diésel, se transportan con camiones que funcionan con diésel, grúas para levantarlos que van con diésel...hay un consumo muy elevado de energías fósiles sin el cual sería muy difícil montar estas estructuras. Por otra parte ni su rendimiento económico ni energético es bueno especialmente en el caso de la fotovoltaica- en la eólica es mejor-. No es que no proporcione más energía que la que tú consumes pero tiene que proporcionar una cantidad muchos mayor para poder abastecer a una sociedad que se alimentase solo de ellas.

Además estos sistemas están planteados para producir electricidad y en España la electricidad es solo el 20% de toda la energía que se consume. No puedes utilizarlo para poner en marcha una acería, cómo se eleva su temperatura a esos niveles tanaltos solo con electricidad o cómo vamos a conseguir hacer maquinaria pesada eléctrica. La mayoría de los usos energéticos de nuestra sociedad no son electrificables o no son fácilmente electrificables. Estamos en un sistema que impone más y más energía y esto no puede continuar por siempre jamás. Ya hemos llegado o estamos muy cerca de los límites de lo máximo que podemos consumir. No queda más remedio que dar marcha atrás porque el planeta no da para más, no nos puede proporcionar más recursos para seguir en la dirección en la que vamos y tampoco puede absorber todo el impacto ambiental que creamos.

¿Es en este punto del discurso cuando le empiezan a tachar de catastrofista y le reprochan que quiera remontarse al mundo de las cavernas?

Es muy difícil convencer a la gente que no se quiere dejar convencer y el discurso de la descalificación es muy habitual y la falacia de las cavernas es la respuesta típica a mi exposición. Pero yo no propongo eso. Este sistema existe desde hace 200 años. Si volvemos al año 1.800 recordaremos que no vivían en las cavernas. Tenemos que aprovechar el conocimiento y la técnica que hemos desarrollado para dotarnos de un modelo diferente que nos proporcione una calidad de vida que no tiene porque ser inferior a la actual. Sí requiere cambios de estructuras importantes como por ejemplo, todos no podremos tener coche; tendríamos que compartir servicios simples pero no es necesario hacer un retroceso mucho más atrás porque tenemos mucho conocimiento y mucha técnica adquirida. Las renovables nos van a dar energía pero hay que pensar en sistemas diferentes de su aprovechamiento que se podían conseguir si dejásemos de estar obsesionados con el crecimiento económico. Lo que es triste es que hemos llegado a un punto que de tanto llegar a repetirlo a la gente le cuesta mucho más concebir el fin del capitalismo, que el fin del mundo e incluso hay gente que lo identifica. Pero el capitalismo no es el fin del mundo. Se pueden hacer adaptaciones y llegar a un modelo diferente.

¿Hay sectores que ya están en ello?

Mucha gente está trabajando ya en estos modelos económicos alternativos, la economía ecológica o los modelos de económicos de estado estacionario. Su concepción es completamente diferente. No están orientados hacia la producción y el consumo sino que están orientado a satisfacer unas necesidades básicas y garantizar unos mínimos a las personas. Pero no está en compromiso con las propiedad privada ni con aquel que tenga más capacidad de medrar. Es simple. Se trata de no favorecer el consumo por el consumo porque además de que es insostenible crea muchas desigualdades de distribución de renta que son crecientes.

Hay a que hacer pedagogía y explicar que simplemente es inevitable. Y no nos queda otra que aceptarlo. Darnos cuenta de que ésto es así. Pongámonos ya de acuerdo en el diagnóstico. Discutimos sobre ello y encontramos una solución de consenso. Y déjenme de tachar de catastrofista porque es al contrario. Soy optimista. Si me tomo la molestia de explicar todo esto es porque creo que discutiendo, encontrando los errores de mi razonamiento y evidenciando los errores de la parte contraria podemos entre todos construir la alternativa que necesitamos.

¿Ve maduro al ciudadano para afrontar esa reflexión cuando, por ejemplo, aquí en España, la primera preocupación es el empleo y no las necesidades que usted apunta?

Esto es perfectamente comprensible. Pero da igual como nos pongamos que ese empeño en mantener lo que llevamos haciendo 200 años no se va a dar, no va a pasar porque hay una imposibilidad física de que suceda. Negarnos a comprender las raíces del problema nos aboca a agravarlo y crear más desigualdades sociales, a degradar más la clase media. Si no hacemos nada tendremos una gran masa social destruida y el sistema se parecerá cada vez más a un sistema feudal. Unos grandes señores con grandes privilegios y una gran masa desposeída. Hay que reaccionar y el primer paso, insisto, es ponernos todos de acuerdo. Pero por un principio de precaución hay que empezar a tomar medidas adaptativas a una situación que no tiene ningún viso de mejorar. Llevo siguiendo este problema quince años y lo que está pasando es lo que yo intuía que iba a pasar y llevo escribiendo más de cinco sobre la imposibilidad de salir de esta crisis con los mismo métodos. Pero el problema no se arregla a nivel de gente de la calle. Es transversal y es importante que las instituciones escuchen, como en este caso el Parlamento vasco, que siendo conocedor de mi trayectoria quiere, como mínimo, que mi voz se a escuchada. En Cataluña asesoro a varios partidos políticos en temas relacionados con la energía y de todo espectro e ideología. Yo expongo los datos y los que tiene que construir un modelo alternativo no somos los científicos sino los que han asumido la responsabilidad de representar y servir al ciudadano, los políticos.

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