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“Quienes garanticen la independencia de los medios de comunicación deben ser los ciudadanos y no el dinero”

El periodista Pascual Serrano ha publicado el libro 'Periodismo canalla'.

Leyre González Grande

En 1964 la ciudad de Valencia vió nacer a un periodista de los que nadan a contra corriente y que deciden correr con el viento de frente en vez de a favor. Pascual Serrano es un hombre convencido de que el único modo de derrumbar una casa en ruinas y construir una nueva es cambiar los pilares. Y si la casa es la propia, es posible que haya que tirar piedras contra el propio tejado.

Serrano es un periodista crítico con los medios de comunicación. Así lo refleja en el su último libro 'Periodismo Canalla' en el que repasa la situación del sector y señala que la crisis no es tanto de los periodistas como de los medios de comunicación.

Pregunta: ¿Qué entiende usted por “periodismo canalla”? 

Respuesta: Periodismo Canalla pretende referirse a todas las circunstancias que hay entorno al periodismo que favorecen el convertir el resultado en algo precisamente canalla. En el propio subtítulo del libro queda claro que lo que convierte el periodismo en algo canalla no es otra cosa que las empresas de comunicación.

P: ¿Qué es lo que se hace mal desde los medios?

R: En otros libros he intentado explicar los métodos de trabajo, algunos ideológicos y otros estructurales con los que se desinformaba, pero en este libro, no trato tanto qué es lo que hacen mal los periodistas, sino qué miseria hay entorno a los medios de comunicación, a la economía de mercado, a los directivos… es decir, trato de explicar cómo, según mi opinión, el principal enemigo del periodismo y de la información son las empresas de comunicación.

P: Habla de que más que informar, se desinforma… ¿esa desinformación a qué se debe?

R: Se debe a dos razones: la primera, la del formato que no permite informar, por la brevedad, por la inmediatez, por la necesidad de ser el primero en contar la noticia. Se quiere ser espectacular, frívolo y morboso, y todo esto impide un contexto adecuado para explicar el mundo. En segundo lugar, están los motivos ideológicos, claro, la línea editorial de cada periódico que por su puesto nunca va en contra de la fuente de sus ingresos.

P: ¿Y qué es lo que manda entonces? ¿La publicidad?

R: Hasta ahora mandaba primero el capital, es decir, quiénes eran los dueños de las empresas de comunicación. Después obviamente los anunciantes. ¿Qué es lo que sucede ahora? Que las dos cosas se van al pairo. Ya no son rentables los grandes medios de comunicación, el capital es meramente especulativo y a los accionistas ya no les interesan los medios y a los anunciantes tampoco. Pretenden hacernos creer que hay una crisis en los medios, pero yo trato de demostrar que no, que la crisis está en un modelo por el cual pretenden hacerse ricos.

P: ¿Y los grupos políticos? ¿También marcan la hoja de ruta de los medios?

R: Los políticos hace mucho tiempo que no pintan tanto. Hace ya mucho tiempo que son los mercados quienes marcan la política y los medios. Siempre son los mercados, bien mediante sus accionistas o por vía de sus acreedores. En España, aunque aparentemente los bancos no sean dueños de los medios de comunicación, realmente sí están detrás de los hilos, porque aquí, todos deben mucho dinero a los bancos.

P: ¿Pero puede existir otro modelo de prensa? ¿Qué no tenga que depender de los ingresos publicitarios en estos tiempos que corren?

R: Ahora incluso mejor que en otros tiempos. A las pruebas me remito, hay un montón de proyectos nuevos que están surgiendo como alternativas a los grandes medios de comunicación. Los inversores necesitarían una gran cantidad de dinero proveniente de la publicad para seguir haciendo su negocio. Esto ahora no pasa, su negocio se está hundiendo y como alternativa, son muchos los periodistas que salen de estos grandes medios para juntarse, montar una cooperativa y se alojan por ejemplo en un portal en internet o en una publicación periódica escrita. Paradójicamente, el cierre de Público fue el detonante para que surgieran muchísimos experimentos periodísticos que aunque no todos funcionarán, creo que ahora es más viable crear un proyecto que dé de comer a diez periodistas, que no uno que sea rentable para los accionistas de la bolsa.

P: Hace poco, conocidos medios internacionales acusaban a la prensa española de ocultar deliberadamente la situación critica del país. De engañar a los ciudadanos. ¿Estas cosas pasan?

R: Totalmente de acuerdo. Es una mentira relativa, porque los medios ahora no quieren, o no pueden, engañarnos con el hecho de que existe una crisis, pero antes de 2008, ya era evidente que esa crisis se estaba fraguando, que estábamos metidos en una burbuja inmobiliaria absurda, que nuestros bancos no tenían ninguna garantía… Entonces todos estaban callados, y eso que los analistas son los mismos que ahora. ¿Por qué estaban callados? Porque ellos no forman parte del saqueo, forman parte de los saqueadores. Es una oligarquía financiera la que nos ha llevado a esta situación, y los medios forman parte de ese sistema. Ahora que la crisis no se puede ocultar ¿Cuál es la función de los grandes medios? Contarnos que no hay ninguna alternativa que no sea la de aceptar recortes, austeridad… y por supuesto asumir la necesidad de salvar a los bancos.

P: ¿Y los ciudadanos, se dejan engañar? ¿O le ven las orejas al lobo?

R: Yo cada día me levanto con una impresión diferente. Cuando veo que el partido más votado a día de hoy seguiría siendo el PP no puedo evitar pensar que sí que se dejan engañar, pero creo que poco a poco va cambiando. Los ciudadanos no se van creyendo a los medios de comunicación. Desde los periódicos nos intentan convencer de que ya no les compran por culpa de internet, pero tampoco les compran porque no se creen nada de lo que cuentan y no están aportando ninguna información valiosa. Los ciudadanos ya no se fían de los medios y se van inmunizando ante ellos. Lo que nos corresponde ahora a los que apostamos por un modelo alternativo es dar otras claves de comportamiento desde los medios. Una de las más importantes es precisamente, que los nuevos proyectos necesitan el apoyo de los ciudadanos. Ahora hay que convencer a los ciudadanos de que con este periodismo participativo, no les van a regalar una cubertería o un DVD los fines de semana y no sólo eso, sino que además incluso hay que pagarlos, porque para existir, necesitan su apoyo. Los ciudadanos tienen que entender que hay que apoyar estas nuevas propuestas que no quieren vivir de bancos ni accionistas.

P: ¿Este modelo de desinformación tiene vuelta atrás? ¿Por dónde hay que empezar para cambiar esto? ¿Precisamente por esta concienciación?

R: Nunca hay una vuelta atrás. Cambian los escenarios y nos tenemos que reubicar. Internet ha cambiado todo el panorama, en algunos casos bien, en otros mal y en otros regular. Para empezar, como digo, hay que entender que el negocio ya no es rentable, lo cual no es ningún motivo de preocupación. Ahora con todo esto, debemos empezar a consolidar este nuevo paradigma del periodismo que promueve que los que gestionen los medios ya no sean los anunciantes ni accionistas sino los propios periodistas, y que quienes garanticen la independencia de esos medios sean los ciudadanos y no el dinero. Es la única salida que veo. Los ciudadanos tiene que entender ahora que el periodismo necesita su apoyo, pero deben empezar a exigir un tipo de periodismo más profundo, más contextualizado, y no el frio, rápido, inmediato y breve.

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