Los guardias civiles acusados de torturas a Barrenetxea: el trato fue “correcto”
“Se le trató igual que a cualquier otro detenido, no presentaba nada reseñable, más allá del agotamiento habitual en las personas que llevan varios días arrestadas”, aseguran los agentes en el juicio
Los guardias civiles acusados de torturas, lesiones y agresión sexual a Sandra Barrenetxea, detenida en 2010 por pertenencia a Ekin -organización ilegalizada en 2009 al ser considerada parte de ETA-, han declarado este martes que el trato a la arrestada fue “correcto en todo momento, como a todos los detenidos”, han asegurado que fue reconocida en varias ocasiones por un médico forense y han destacado que el abogado de oficio no hizo “ninguna manifestación o reserva sobre el trato recibido” por parte de la detenida.
La sección primera de la Audiencia Provincial de Bizkaia ha acogido este martes la primera sesión del juicio contra cuatro guardias civiles por presuntas torturas a Sandra Barrenetxea. Los agentes acusados tomaron parte en el operativo policial desarrollado en Bilbao en septiembre de 2010 en el que fueron detenidas nueve personas por pertenecer a Ekin, entre ellas Barrenextea, que denunció torturas sufridas en el periodo de incomunicación, y también en el traslado a la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid y en su toma de declaración.
La representación de Sandra Barrenetxea, ejercida por la abogada Jone Gorizelaia, reclama 19 años de cárcel para cada uno de los cuatro guardias civiles que serán juzgados. En concreto, ha reclamado 10 años de prisión por agresión sexual, seis por torturas y otros tres por lesiones. Por su parte, la Fiscalía no formula acusación, al considerar que no hay indicio de delito o falta.
Antes de tomar declaración a los agentes de la Guardia Civil, la Sala, presidida por Reyes Goenaga, junto a los magistrados Alfonso González-Guija y Juan Manuel Iruretagoyena, ha decidido no convocar a la representante de la Abogacía del Estado, que pedía la libre absolución de los acusados, a las próximas sesiones, al considerar que no es necesaria su presencia, después de que la acusación particular haya renunciado a reclamar en este momento procesal una indemnización.
En cuanto a la cuestión relativa a la reserva de las acciones civiles de la perjudicada, planteada por la abogada de la acusación, Jone Goirizelaia, el Tribunal entiende que “no cabe duda de que la perjudicada puede decidir ejercitar acciones civiles junto con las acciones penales”.
“Puede renunciar a las mismas o puede decidir reservarse para el ejercicio de las acciones civiles en un proceso posterior en la jurisdicción civil”, ha añadido la presidenta de la Sala, para indicar que permitirán que “se realice esta reserva de acciones civiles en las conclusiones provisionales y no en las definitivas”, como planteaba la letrada del Estado.
El tribunal también ha denegado todas las pruebas tanto documentales como periciales presentadas por la defensa y la acusación en las cuestiones previas, por considerarlas “innecesarias”.
Declaraciones
Los cuatro agentes de la Guardia Civil acusados se han negado a responder a las presuntas de la acusación particular. En primer lugar ha declarado el agente J.R.I., que participó en el operativo llevado a cabo por la Guardia Civil en la madrugada del 13 al 14 de septiembre de 2010, en el que fue detenida Sandra Barrenetxea. En concreto, su cometido fue la custodia de la denunciante desde su llegada a la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid hasta su puesta a disposición en la Audiencia Nacional.
Según ha declarado ante las presuntas del fiscal, durante los tres días que Barrenetxea permaneció en las dependencias de la Dirección General de la Guardia Civil el trato por parte de los agentes que la custodiaron, “como no puede ser de otra manera como agentes de la autoridad con todo detenido, fue velar por el cumplimiento de todos sus derechos y por su seguridad hasta su puesta a disposición judicial”.
Asimismo, ha explicado que se tomó declaración una vez a la detenida, que se negó a declarar, con la presencia de un abogado de oficio y ante la presencia de un subinspector y un secretario de la Guardia Civil.
Además, durante esos tres días ha asegurado que “dos veces al día” un forense visitó a la detenida, y ha negado tener conocimiento de las situaciones denunciadas por Barrenetxea, entre otras, “golpes en la cabeza, asfixia, y 'la bolsa'”. En ese sentido, ha explicado que el médico forense “solo hablaba con nosotros si había que prescribirle algún medicamento”.
J.R.I. ha asegurado que, antes de ser presentada ante el Juez Central de Instrucción en la Audiencia Nacional, “también fue vista por el médico forense” para que el mismo certificara si la detenida estaba en condiciones de declarar. Además, ha negado “todos y cada uno” de los delitos de tortura, lesiones y agresión sexual de los que le acusa Barrenetxea. “Niego absolutamente todos y cada uno de los delitos. El trato fue correcto, como a todos los detenidos, en todo momento”, ha manifestado.
A preguntas del abogado de la defensa, ha rechazado que profiriera “amenazas” o sometiara a “golpes, insultos o agresión sexual” a Barrenetxea, o que lo hiciera algún agente a sus órdenes.
Por su parte, JC.A.M., agente que participó en la detención y estuvo presente en los registros realizados en dos domicilios en Bilbao y otra vivienda en San Sebastián, ha declarado que Sandra Barrenetxea fue sometida a reconocimiento forense en el Juzgado de Guardia de Bilbao, y, tras el registro en San Sebastián, fue vista por otro forense de nuevo en Bilbao.
Traslado
Durante el traslado a Madrid, el trato fue “perfectamente correcto”, según ha afirmado el agente, que ocupaba el asiento trasero junto a la detenida. Asimismo, ha negado que durante el viaje se le levantara la camiseta a la detenida “dejándole los pechos al descubierto”, tal como denunció la arrestada.
Por otro lado, F.H.CH., agente que tuvo contacto con la detenida cuando llegó a la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid, ha dicho que Barrenetxea presentaba “el estado que puede tener una persona que lleva toda la noche de registros domiciliarios y un viaje de Bilbao a Madrid, pero nada reseñable respecto a otro tipo de evidencia”.
Ante las preguntas del fiscal, ha negado que la detenida “recibiera golpes reiterados en la cabeza y amenazas de violación” nada más llegar a Dirección General en Madrid, tal como denunció, ni que estuviera “toda una noche” sometida a focos de luz “sin poder dormir”, y ha asegurado que hubo “varias visitas de los forenses”, la primera “la tarde noche en que llegó”, y los médicos “no nos hicieron ninguna referencia”. “El trato fue correcto, como a cualquier detenido que hace la Guardia Civil, y en ningún momento hubo ninguna actuación irregular”, ha declarado.
A preguntas del abogado defensor, el agente ha relatado que Barrenetxea, que siempre estuvo en el mismo calabozo, “en ningún momento se mostró colaborativa y se negó a todo tipo de actuaciones”, como a que se le tomarán fotografías, las huellas dactilares y muestras biológicas de ADN, además de “negarse a firmar todas las notificaciones y a prestar declaración”.
Por último, R.V.C., agente responsable de la custodia de Barrenetxea desde su detención hasta su posterior traslado a Madrid, aunque no participó ni en su detención ni en su traslado, ha explicado que “su primer contacto con la detenida fue en la toma de declaración que se realizó en Madrid”, y ha relatado que el aspecto de la detenida era “el de alguien que lleva varios días detenida, probablemente agotada, pero nada más”.