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PNV y Sortu reúnen a más de 100.000 personas que claman por consolidar el proceso de paz

Rufi Etxeberrria, Hasier Arraiz, y Andoni Ortuzar, entre otros, al termino de la manifestación / EFE

Aitor Guenaga

Bilbao —

Las calles de Bilbao han acogido una de las manifestaciones más multitudinarias de los últimos años. Una riada de más de 100.000 personas, según los cálculos de la Polícia Municipal de la capital vizcaína, abarrotó las principales arterias de la ciudad. La convocatoria de PNV y Sortu, tras la prohibición el viernes por parte de la Audiencia Nacional de la marcha convocada en favor de los presos de ETA por el colectivo 'Tantaz Tanta', ha desembocado en una movilización multitudinaria de la ciudadanía vasca. Una pancarta con el lema de la marcha en euskera 'Derechos humanos, Acuerdo y Paz' (Giza Eskubideak, Konponbidea eta Bakea) sobre fondo blanco presidió una concentración que recorrió en silencio la capital vizcaína.

A pesar de que la marcha tenía carácter silencioso, casi desde el comienzo grupos de personas corearon gritos como “presoak kalera, amnistia osoa” (presos a la calle, amnistía general) o “presoak etxera” (presos a casa). Además de estos gritos, muchos participantes en la manifestación portaron pegatinas con el emblema de la asociación de familiares de presos de ETA Etxerat y carteles con el tema de la marcha convocada por 'Tantaz tanta' (gota a gota) que fue prohibida por la Audiencia Nacional.

La marcha pretendía, según sus convocantes, afianzar y “consolidar” el proceso abierto en Euskadi tras la decisión de ETA de octubre de 2011 de abandonar de manera definitiva el terrorismo. Y se ha convocado “ante las medidas excepcionales negativas”, en clara alusión a la prohibición, el viernes, por parte del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco de la marcha convocada en favor de los presos por el colectivo 'Tantaz Tanta'. Y también “frente a la conculcación de derechos humanos”, un concepto mucho más evanescente que nadie explicó en la rueda de prensa que el viernes a última hora de la tarde ofrecieron los principales líderes de PNV y Sortu, Andoni Ortuzar y Hasier Arraiz, respectivamente. Precisamente ha sido ese concepto el que ha motivado parte de las críticas del PP y PSE a la manifestación.

Joseba Egibar, portavoz del PNV, aprovechó el éxito de la convocatoria para reclamar tanto al Gobierno central como a ETA pasos para avanzar en el proceso de paz. “La sociedad lo exige. Queremos que el camino iniciado, el nuevo tiempo que se va a construir se haga desde el respeto a los derechos humanos y que el diálogo y los acuerdos sean la base de la relación de las formaciones políticas”, recalcó.

Mientras, Hasier Arraiz, presidente de Sortu, afirmó en los instantes previos al comienzo de la marcha, que la situación que ha llevado a la manifestación de Bilbao “demuestra que el Estado español no quiere un escenario de paz, democracia y libertad para Euskal Herria”.

La marcha había sido recurrida por los colectivos de víctimas, que intentaron evitar hasta el último minuto la celebración de una marcha histórica porque suma a dos partidos nacionalistas PNV y Sortu (izquierda abertzale) que no coincidían detrás de una pancarta desde los tiempos del Pacto de Lizarra (1998-99). Sin embargo, el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, autorizó definitivamente la nueva marcha poco antes del comienzo de la misma.

Críticas de PSE y PP al PNV

El PSE-EE y el PP han criticado al PNV por su actitud se “sumarse a una convocatoria de Sortu” y “dar cobertura” a una izquierda radical que aún no asume su propia responsabilidad en un pasado terrorista que “alentó y justificó”. La presidenta de los populares vacsos, Arantza Quiroga, ha denunciado la “unión de intereses” entre “quienes más daño hicieron al País Vasco y quienes nos representan en el Gobierno vasco”.

La dirigente del PP vasco ha abogado por “reconstruir los valores democráticos” y ha afirmado que “lo importante no son los presos de ETA, sino la libertad, el respeto y la tolerancia”. Mientras, los socialistas han destacado que “una cosa es criticar las decisiones del Gobierno de España o de la judicatura, y otra muy diferente caer en los brazos del mundo de la antigua Batasuna”. “El PNV, en vez de exigir a Sortu mayor implicación para terminar con los restos del terrorismo de ETA, en vez de pedirle que tenga el valor de pedir de forma pública la disolución de ETA y ayude a los presos en su camino de redemocratización, lo que ha hecho es salir en su auxilio”, ha añadido el PSE.

A este partido le preocupa que el PNV, “al igual que en lo peores momentos del pasado, divida a la sociedad vasca no entre los que defendemos las libertades y la democracia y los que las atacan, sino entre los 'nuestros' y los 'otros', y se una de forma acrítica a los que fueron responsables importantes en el fenómeno terrorista en Euskadi”. Los socialistas han denunciado la “hipocresía” de Sortu, que “se quiere presentar como defensor de los derechos humanos cuando fue incapaz de reclamar incluso los más esenciales mientras ETA asesinaba y amenazaba la libertad de quienes no compartían sus designios”.

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