“Los padres solo están con su hija el domingo; el resto la tienen los abuelos porque no la pueden mantener”
Paradójicamente, las pensiones están permitiendo mantener a flote a muchas familias que no son pensionistas, pero que viven gracias a ellos. Entre 2007 y 2013, los hogares con desempleo total en los que vivía al menos un pensionista (y, por lo tanto, solo entraban esos ingresos) se han multiplicado por cinco, hasta alcanzar a 664.000 familias con estas características. Actualmente, ocho de cada 10 abuelos aseguran ayudar económicamente a sus hijos y nietos, Y en ese compromiso, los más mayores han dado un paso más: uno de cada cinco ha llegado incluso a abandonar su residencia para apoyar con su pensión a familiares que lo necesitan.
Son datos que figuran en el estudio El papel de los abuelos en la crisis económica realizado por la Fundación Educo que describe el perfil del abuelo solidario: persona de 66 años, con dos hijos y que vive en hogares con más de dos miembros. Curiosamente, los abuelos con más dificultades económicas son los que más aportan, según el trabajo de la Fundación Educo.
“Más hondo ya no podemos tocar”. María Ángeles, abuela con cuatro hijos, cuatro nietos y uno en camino define así la situación por la que está atravesando. El estudio recoge su testimonio como un buen ejemplo de los que es un abuelo solidario. Tiene 60 años, está jubilada y cobra una pensión que tan pronto entra, se vacía en cuestión de minutos: pagos atrasados, deudas, ayuda a los hijos, a los nietos... Vive con su marido y una de las nietas. “Sus padres la recogen el domingo y es el día que pasan con ella; el resto la tenemos nosotros porque no la pueden mantener”.
Para ella, el antes y el después de la crisis no tienen nada que ver. “Teníamos unos buenos salarios, mi marido cobraba mucho más, mis hijos tenían trabajo, nos íbamos de vacaciones a Mallorca, teníamos dos coches...”, recuerda. Nunca se hubiera imaginado que tendría que renunciar a comprarse una lámpara nueva cuando se quedara sin luz en el comedor, que no se arreglaría una persiana en años, o que dejaría de ir a la piscina o al cine con los niños. “Pero nos hemos adaptado, y si en vez de piscina jugamos con globos de agua, pues nos lo pasamos bien igualmente”.
El 45 % de los pensionistas tienen unos ingresos mensuales menores de 1.000 euros, y la mitad de ellos destinan entre un 20 y un 30% de ese dinero a ayudar a sus hijos y nietos. Al final, los abuelos aportan una media de 290 euros para esa ayuda. Además del dinero, los más mayores proporcionan ayudas de múltiples formas: El 50% da de comer o cenar todos los días o varios días a la semana a hijos y nietos, uno de cada 10 ha acogido la familia del hijo en casa.