“Ninguno de los peligros que acechan a España se resuelve con un ejército”
Pere Ortega, director del Centro Delás de Estudios por la Paz, cifra en 400 euros lo que le cuesta a cada español el gasto militar. Eso se traduce en 51 millones de euros al día en gasto militar y en 18.600 millones al año. “Eso es lo que se gasta España en defensa en medio de una crisis brutal”, reprocha. Ortega ha impartido en Vitoria la conferencia ‘La guerra empieza aquí’ sobre la situación sector armamentístico. Organizada por SETEM Hego Haizea, una ONGD vasca de cooperación, sensibilización y educación para el desarrollo, la charla de Ortega se enmarcaba en la campaña de objeción fiscal desarollada por esta organización.
¿España dedica un gasto excesivo a mantener las fuerzas armadas?
El Estado español es copartícipe en alguna medida de alguno de los conflictos que existen en el mundo, bien como aliado de la OTAN o como vendedor de armas a países que pueden estar en guerra. Lo cierto es que España dedica un gasto excesivo a mantener su ejército y, además, ayuda a empresas españolas a exportar armas. Por otro lado, hay intervenciones militares en algunos países que no ayudan a resolver conflictos. Por ejemplo, cuando España se implicó en la guerra de Irak.
¿Los ejércitos son una especie de mal necesario?
En general, los seres humanos resuelven los conflictos por medio del diálogo y la negociación. La mayoría de los conflictos entre los estados también se resuelven con la negociación. Por eso, los ejércitos son un mal en sí mismos. Nos han vendido la idea de que los países necesitan tener un ejército para asegurar el bienestar de la población, para prevenir un ataque del exterior. Pero si se analiza la situación de España, ¿alguien ve una amenaza de invasión por parte de otro país? Ninguno de los peligros exteriores que pueden acechar a España tiene solución empleando la fuerza de un ejército.
Cualquier conflicto en cualquier lugar del planeta puede desestabilizar la paz mundial y, por lo tanto, afectar a España.
Hay que analizarlo en cada caso. Los estados tienen ejército para la prevención de ataques exteriores. Solo para eso o para competir entre las grandes potencias. El mayor enemigo en la actualidad es el terrorismo internacional, pero ¿qué puede hacer un submarino contra un terrorista que actúa como un lobo solitario? El terrorismo se combate con otros medios diferentes a un ejército. Al ejército se le forma para combatir contra un enemigo visible. ¿Es que el ejército pudo actuar contra ETA?
Es decir, solo hay que contar con un ejército de manera preventiva: Si quieres la paz prepara la guerra.
La principal misión de un ejército es la prevención o la disuasión. Eso lleva a la carrera armamentística. Lo lógico es buscar un mínimo común denominador entre los estados para no caer en esa amenaza constante. Nos han hecho creer eso de ‘si quieres la paz prepara la guerra’, pero es una falsedad.
En los últimos años se ha producido un descenso en el gasto militar mundial, pero ¿la llegada de Trump al poder en Estado Unidos augura una escalada?
Trump es un belicista y todo es posible. Es imprevisible. En los últimos días ha lanzado la madre de todas las bombas, ha atacado Siria y ha mandado la flota a Corea del Norte. En cualquier momento se puede producir un conflicto grave. También ha anunciado un aumento del gasto militar en 60.000 millones de dólares para el próximo ejercicio, lo que provocará un efecto de arrastre en las potencias competidoras, como Rusia y China. Y los países aliados también se verán impulsados a gastar más. Detrás de las armas hay intereses de las empresas militares.
Los avances en investigación militar también pueden tener un uso civil.
Eso se dice, pero no es cierto. Es al revés. Muchas de las tecnologías que se desarrollan en el ámbito civil se traspasan al ámbito militar. Nos venden que la investigación desarrollada en el campo militar después tendrá aplicaciones en el campo civil, pero eso se tiene que demostrar. España está implicada en un gran gasto militar en nuevas armas que no han entrado nunca en combate. Y acabará su vida útil sin probarse. Hay un compromiso de pago de 1.850 millones de euros para nuevas armas. Con esto quiero decir que es un gasto inútil porque esas armas, como aviones y submarinos, se quedarán obsoletos sin usarse. Eso sí, habrán hecho muchas maniobras. Las verdaderas potencias no se fían del resto de países de la OTAN y por eso el que hace los ataques en primera línea es Estados Unidos. A España le dejan un papel de reserva en retaguardia.
Y se sigue gastando en el ejército en medio de graves recortes en el gasto social.
En 2008 empezó la crisis. Los recortes han sido generales en todos los ministerios, incluso en el de Defensa, pero menos.
¿Cómo se puede concienciar a la ciudadanía de lo superfluo que resulta tener un ejército?
La objeción fiscal es un paso. Va dirigida al estado español porque gasta mucho dinero en resolver conflictos por la vía militar y enseñando a nuestros jóvenes a hacer la guerra, es decir, a matar. La lógica impulsa a que España reduzca el gasto militar y el número de soldados. Ahora, tiene 124.000 soldados. La crisis obligó a que estuvieran operativos 27.000. ¿Y el resto qué hace? Pues vegetar en los cuarteles.
¿Cuál sería el número adecuado de soldados para España?
Eso se tendría que discutir. España usa en sus misiones en el exterior alrededor de 3.000 soldados y los cambia cada cuatro meses. Así, necesitaría 12.000 más otros 12.000 para que haya una cierta movilidad. Pero mantenemos un ejército de 124.000 por pura inercia respecto al pasado y porque los demás países también tienen fuerzas armadas.
¿Cuánto dinero le cuesta a cada español mantener el ejército?
El gasto militar por español es de 400 euros al año. Lo que se traduce en 51 millones de euros al día en gasto militar y 18.600 millones al año. Eso se gasta España en defensa en medio de una crisis brutal. Es un gasto inútil