Si eres pobre, no gastes más de 200 euros
200 euros. Ese es el tope máximo de dinero que pueden gastar los perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) en cuestiones que no resulten básicas. El Servicio Vasco de Empleo-Lanbide, organismo que gestiona estas ayudas, ha impuesto este límite tras recibir numerosas quejas por parte de personas perceptoras o solicitantes de RGI a quienes se les había denegado, suspendido o extinguido la prestación por unos gastos considerados superfluos o excesivos. Según las resoluciones de Lanbide, estos gastos supondrían no destinar la RGI a los fines para los que fue reconocida. La sucesión de reclamaciones llevó al Ararteko a recomendar a Lanbide el establecimiento de unos criterios objetivos en relación con los gastos.
En la actualidad, un perceptor que vive solo puede cobrar 650 euros al mes, que suben a cerca de 1.000 en el caso de tratarse de un matrimonio con dos hijos. Según el Ararteko, el problema que se había suscitado era la “indeterminación, tanto cuantitativa como cualitativa” de los estos límites de gasto. Además, “había falta de información, ya que las personas afectadas desconocían que estaban incurriendo en un comportamiento que podía tener unas consecuencias tan graves como la pérdida del derecho a la prestación”.
Eso fue lo que ocurrió con una perceptora de la RGI, quien se vio privada de la prestación por recargar unos teléfonos móviles. Lanbide le retiró la prestación en octubre del año pasado alegando que no había utilizado la prestación “para cubrir las necesidades básicas” porque presentaba “un gasto de teléfono excesivo”. Concretamente, se trataba de tres recargas a tres móviles distintos. Según la versión de la reclamante, en la oficina de Lanbide se le indicó que esto suponía la tenencia de tres móviles, pero ella precisó que se trataba de “tres recargas a tres móviles distintos”. A pesar de sus reiteradas peticiones para que se reanude la prestación, la única respuesta que ha obtenido es que se está revisando su caso. Y de eso ha pasado un año.
Ahora, siguiendo la recomendación del Ararteko, Lanbide considera que, con carácter general, todos los gastos que no superen los 200 euros en cuestiones que no resultan básicas no serán tenidos en consideración a efectos de la RGI.
