“Antes trabajar era salir de pobre, ahora trabajarás y serás pobre”
En muchas culturas, las personas mayores son fuente de experiencia y de información, son un elemento clave para la sociedad. En teoría sabemos que son importantes en muchos sectores de la nuestro país. Incluso son el sustento y el colchón para muchas familias en una economía gravemente dañada por la crisis. Pero en la práctica tienen la sensación de que no se les hace caso. Sin embargo, de unos años aquí su participación en los movimientos sociales ha ido en aumento, haciendo escuchar su voz. El catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona Joan Subirats ha participado en los Cursos de Verano de la UPV/EHU, en donde ha asegurado que en el futuro las personas mayores “podrían exigir generar un proceso de producción de política”.
Hasta el momento, el movimiento social de las personas mayores se había orientado hacia el voluntariado, pero ¿ha cambiado esa concepción?
En algunos casos en los que se ha pretendido hacer así, muchas personas han dicho “bueno déjame decidir a mí que es lo que yo quiero hacer, si quiero ser voluntario o no”, porque hay muchas personas mayores que son voluntarias también en sus familias, que cuidan de los nietos. No solo pueden canalizar su capacidad de intervención a través del voluntariado, también puede ser a través del trabajo, a través de entornos de auto-organización y de proyección personal. Lo que veo es que dentro de poco el gran debate será la capacidad de continuidad o no del trabajo. Cada vez hay menos trabajo por lo tanto es más difícil, pero al mismo tiempo esa vinculación entre continuidad del trabajo y pensión va a ser discutible.
Durante esta crisis se ha visto como las personas mayores son más activas, ¿qué ha pasado en esta crisis en comparación con otras para que esto ocurra?
Yo creo que en muchos casos la sensación de que están siendo víctimas de un gran engaño y una gran estafa, esto es, que todos los valores y todas las ideas que les vendieron y que ellos se creyeron y asumieron, resulta que luego esa gente no era de fiar. Desde Pujol hasta Bárcenas, pasando por los pelotazos o las preferentes, hay una cantidad de elementos en los últimos años que les han hecho ver que eran víctimas de un engaño. Entonces ellos, que habían participado de buena fe en todo el proceso de construcción de la democracia y habían tenido mucha esperanza en ello, ahora resulta que están siendo víctimas, ven que todo aquello era un espejismo, que esta gente solamente iba a aprovecharse. Todo esto les ha hecho recuperar una idea que era muy típica del franquismo, de que la política era algo sucio, en lo cual no podías entrar.
Casos como el de Pujol va a tener unos efectos devastadores. Esto es, una persona que dice que no ha encontrado el momento durante 34 años de revalorizar su fortuna en el extranjero, cuando nos había hecho creer a todos que era una persona decente, esto para muchos es la muerte del padre. Tú vas repasando todos los mitos de la transición y vas viendo que hay una especie de engaño colectivo. Esto afecta a ese sector y les hace estar indignados. Por lo tanto, favorecen a Podemos y al 15M, básicamente no porque acaben de saber muy bien lo que es, simplemente porque son los jóvenes que demuestran que ya no pueden más y tienen razón.
La crisis ha activado a las personas mayores, pero ahora que la situación económica parece que empieza a dar una tregua, ¿quiere decir que ya no se va a dar tanta movilización como antes?
Yo creo que se va a seguir dando porque la recuperación económica no va a tener efectos desde el punto de vista redistributivo como antes, es decir, va a haber más gente que trabaje y que mientras trabaje será pobre. Antes trabajar era salir de pobre, ahora trabajarás y serás pobre. Esto es un factor de precarización, de vulneración de derechos brutal. Y los mayores van a tener en poco tiempo van a tener el problema de la sustentabilidad de las pensiones. Esto hasta ahora no les había afectado, pero ya se han quejado de que están metiendo la mano en el fondo de continuidad de las pensiones. El aprovechamiento del sistema financiero con el tema de las preferentes también ha sido traumático.
En Euskadi, en comparación con otras comunidades, ¿hay diferencias en los movimientos sociales, hay mayor organización?
En Euskadi hay una tradición organizativa. Por ejemplo, el famoso ‘Auzolan’ o la tradición cooperativa. Incluso hubo una época que el partido que tenía una proporción mayor de militantes y de votantes era PNV. Era el único partido en España que tenía 34 militantes por cada 100 votantes, aunque ahora ha bajado. El País Vasco y Navarra son de las sociedades más organizadas que existen, lo que ha hecho que el colchón de la crisis haya sido un poco mejor que en el resto de España. Esta organización es un capital que no puede perderse, es decir, que una sociedad que cuida sus estructuras de reciprocidad y de solidaridad, es una sociedad mejor preparada para el futuro.
¿Cuál es el mayor freno para la participación de las personas mayores en los movimientos, las instituciones, la propia sociedad o ellos mismos?
Las resistencias vendrían determinadas por la rigideces institucionales y por la propia vulnerabilidad de un sector social que hasta hace poco llegaba muy deteriorado a esa tercera edad y que por lo tanto eran objeto de administración. Ahora lo que pasa es que están llegando nuevas generaciones con condiciones de salud vitales y con conocimientos mayores. Yo si veo a mi hermano mayor que tiene 74 años, no tiene nada que ver con mi padre de 74 años. Esto va a hacer que seguramente en el futuro las personas mayores hagan oír más su voz porque no llegan tan deterioradas. El futuro podría ser esa exigencia de las personas mayores de generar un proceso de producción de política, esto es, que las políticas que les afecten a ellos que puedan coproducirlas, que estén al mismo nivel, que no piensen por ellos.
¿Y a las instituciones les interesa canalizar que participen más activamente en la sociedad?
Yo creo que a las instituciones lo que les interesa es seguir controlando el tema. La política está pensada para controlar y todo lo que sea autónomo les pone nerviosos. Entonces cuanto más adulto, más fuerte, más autónomo sea un movimiento, más tensión va a generar con las instituciones. El éxito del movimiento social tendrá una correlación con el nerviosismo institucional, a no ser que las instituciones cambien, que de momento no lo hacen.
Los movimientos sociales las redes sociales tienen un papel destacado. ¿Cómo encajan las personas mayores en esta red?
Está claro que hay una correlación entre menor uso de las redes sociales cuanta mayor es la edad. Pero si nos fijamos en últimos informes el sector de edad que más ha entrado directamente con los smartphones es el de 40 a 60 años, donde se ha producido un salto más bestia, mucho más que los jóvenes que ya son nativos digitales. En el sector de los mayores de 65-70 años son pocos los que están muy activos en las redes, pero los que están llegando a las edades de jubilación van a ser personas igual de activas que las personas jóvenes. Además, los entornos son mucho más amigables y facilitan que la gente se enganche al uso de la red. El ejemplo claro son los ‘yayoflautas’ de Cataluña, que están presentes en Internet, en Twiter y en Facebook.