De Andrés, un delegado con nuevo enfoque para el 'deshielo' con el nacionalismo
El día y la hora están fijados. Las invitaciones, enviadas. Este lunes a las 11.00 horas, en Vitoria, Javier de Andrés Guerra (Vitoria, 1967) tomará posesión como nuevo delegado del Gobierno de España en el País Vasco en sustitución de Carlos Urquijo, en el cargo durante todo el primer mandato de Mariano Rajoy (2012-2016) y también durante los últimos meses de la etapa de José María Aznar (2004). De Andrés, exdiputado general de Álava y dirigente del PP vasco de Alfonso Alonso, aportará más peso político a una oficina que históricamente ha estado vinculada a la coordinación de las Fuerzas de Seguridad del Estado (en especial en la lucha contra ETA) y que en los últimos años se había significado por la interposición de más de un millar de recursos judiciales contra resoluciones de Gobierno vasco, diputaciones y ayuntamientos.
El Consejo de Ministros aprobó la destitución de Urquijo en vísperas de fin de año. Constituyó toda una sorpresa. Aunque en Cataluña sí se produjo un relevo en la Delegación buscando mayor capacidad de interlocución con el poder autonómico y apostando por un miembro del Parlament como el ex de Unió Enric Milló, nadie esperaba ya un movimiento de esas características en Euskadi. Pero se ha producido. Algunos titulares de prensa lo han vinculado a un guiño al PNV, extremadamente duro con el papel de Urquijo, en puertas de una negociación presupuestaria en las Cortes Generales. Otros han querido ver como puntilla la publicación por parte de ‘Deia’ de una fotografía de Urquijo con su familia comprando en un ‘top manta’.
Es la mano de Soraya Sáez de Santamaría. En este segundo mandato, con minoría parlamentaria y las nacionalidades históricas constitucionales demandando un nuevo estatus con mayor o menor intensidad, la vicepresidenta ha asumido en primera persona las competencias territoriales, antes encuadradas en la cartera de Hacienda de Cristóbal Montoro. La ‘número dos’ del Gobierno ha abierto un despacho en Barcelona y el lunes acompañará a De Andrés en su primer acto como delegado.
Erkoreka y la “atalaya de virreyes”
Quien ha confirmado su ausencia ha sido el lehendakari, Iñigo Urkullu, invitado nominalmente por De Andrés. Es el enésimo capítulo de la novela por entregas titulada por los periodistas ‘Deshielo’ en la cual se narran los acercamientos y distanciamientos de PP y PNV, que arrastran cuatro años de desamor pero parecen condenados a entenderse en el corto plazo.
“Si estábamos hablando de la necesidad de mejorar las interlocuciones y las relaciones, parecería bien que el lehendakari, cuya residencia oficial está a 200 metros de la Delegación del Gobierno, se acercara, como representante del Estado en Euskadi, a un nombramiento protocolario que no está de más”, ha manifestado este sábado el portavoz del PP vasco, Borja Sémper, en Radio Euskadi.
No va Urkullu –que argumenta que el Gobierno vasco no cree en esta figura como “coordinadora” de las relaciones con el Estado- pero sí su ‘número dos’, Josu Erkoreka, cercano a la vicepresidenta desde sus años en Madrid y competente en todo lo relativo a la actualización del autogobierno y a la litigiosidad en los tribunales. Le acompañará otro consejero, Iñaki Arriola, el más destacado representante del PSE-EE en el Gobierno de coalición de nacionalistas y socialistas.
Como partido, en cambio, el PNV no participará en la ceremonia. No es la persona, es la institución, repite. Este sábado el ‘jeltzale’ Joseba Egibar ha recordado el oscuro pasado de los GAL y la figura de los gobernadores civiles para cuestionar la propia existencia de una Delegación. “Es una atalaya de virreyes”, ha zanjado el veterano portavoz nacionalista.
Urquijo y sus mil recursos
La salida de Urquijo ha sido celebrada en distintos sectores políticos. “Francotirador”, “hooligan”, “obsesivo” contra el nacionalismo, “comisario político” y “exhibicionista” de la Guardia Civil han sido sólo algunas de las expresiones que PNV e izquierda abertzale han lanzado estos años contra un llodiano al que incluso se le ha dedicado un grafiti. En el plano más interno, algunos sindicatos policiales también han cuestionado su cintura política, aunque por otros motivos muy distintos: las cuestiones organizativas.
Su etapa al frente de la Delegación, sin embargo, quedará marcada por las más de mil causas judiciales iniciadas, toda una plusmarca. La defensa de la bandera española y de la Corona y la lucha contra la apología de ETA han sido dos de sus prioridades, aunque también evitar “imposiciones” del euskara frente al castellano en el ámbito local y, en los últimos años, controlar la aplicación de las normativas básicas económicas, como ha sido el caso de los recursos contra la ampliación de la Ertzaintza que él mismo defendía en su etapa anterior como parlamentario.
Lo más desconocido es que el activo papel en los tribunales de la abogada jefe del Estado en Euskadi, Macarena Olona, ha permitido también mantener vivas algunas causas de corrupción en las que el Gobierno vasco se ha mantenido de perfil. En el ‘caso Hiriko’ -16 millones de euros de ayudas públicas perdidos en el fiasco del coche eléctrico vasco- y en el caso de la planta de purines de Karrantza (20 millones) ha sido Olona la que ha reclamado la restitución de ese dinero a las arcas públicas. En 2016 también impulsó la depuración de las posibles irregularidades en el puerto de Pasaia, lo que incluyó un registro por parte de la UCO de la Guardia Civil, su unidad central de investigación.
Un nuevo enfoque
De Andrés no ha renegado de este legado eminentemente judicial y recuerda con frecuencia que el Gobierno vasco también ha acudido a los jueces contra el Estado. El nuevo delegado ha subrayado, asimismo, que el PP seguirá vigilante para defender sus competencias. No obstante, dijo también en ‘El Mundo’: “A todos nos interesa que los recursos se puedan evitar”. En esa entrevista apostaba por que los conflictos se resolvieran por cauces más políticos, sin recurrir a un árbitro externo.
De Andrés, cuya primera medida ha sido abrir un perfil en Twitter para la institución, ha manifestado ya su deseo de aportar un nuevo enfoque a la representación del Estado en Euskadi. Ha venido a decir que hay que hacer valer el trabajo en otros ámbitos más allá del policial y judicial. Los aeropuertos, la garantía de las pensiones y, sobre todo, la definición de la llegada del AVE a las tres capitales serán también caballos de batalla en los próximos años.
Accederá el lunes su nuevo despacho, al que llevará los nuevos útiles de escritorio que le han regalado los Reyes Magos y un ejemplar de ‘Patria’, de Fernando Aramburu. “Con Reyes así, tengo que seguir siendo monárquico”, comentó él mismo en Facebook.