Los presos de ETA aceptan mayoritariamente la legalidad penitenciaria
El colectivo de presos de ETA (EPPK) ha aprobado por amplia mayoría -un 73,4% a favor (221 votos) frente a un 14% en contra (42 votos) el documento en el que aceptan la legalidad penitenciaria y se permite así a los reclusos entrar en la rueda de los beneficios penitenciarios de manera individual. El documento fijaba como “límites” de la aceptación de esa legalidad la “delación” y el “arrepentimiento” sobre el pasado criminal de los etarras.
La información ha sido adelantada esta tarde por los diarios Gara (naiz.info) y Berria en sus ediciones digitales, basada en un documento que harán público completo este sábado.
Así, “será cada preso quien decida aprovechar o no las posibilidades que ofrezca la línea jurídica, será cada preso quien decida utilizar o no las diferentes solicitudes o cauces legales (redenciones, destinos, cambios de grado, permisos, acercamiento a Euskal Herria, libertad condicional, etc.), y, dado que la línea ha sido aprobada de manera colectiva, contará en todo momento con el apoyo y la ayuda del colectivo [EPPK]”, según establece el documento aprobado.
Se ha implicado en las aportaciones y/o votación el 87,2% y no lo ha hecho solo el 12,8%, es decir, 40 presos, precisan en su información. Las razones de quienes han mostrado su discrepancia con el documento son de varios tipos, según ambos periódicos. Pero destacarían tres: “Que consideran errónea la línea planteada, que advierten imposibilidad de desarrollarla y que consideran que dificultaría o haría imposible mantener la unidad del colectivo”. Por encima de ello, pone en valor que tanto quienes han votado a favor como en contra comparten una misma “inquietud por cómo fortalecer la vía más correcta para ser partícipes en el proceso de liberación de Euskal Herria”.
A partir de ahora, será cada preso el que, junto con sus abogados, debe decidir qué hoja de ruta tomar para beneficiarse de la legalidad penitenciaria, algo que hasta ahora tenían completamente prohibido y podía ser motivo de expulsión del colectivo, como ha pasado. “Sería demasiado complejo explicar aquí cuándo logrará la libertad cada uno (...) Pero, en esta línea que mira al futuro, tenemos intención de compartir con la ciudadanía el informe jurídico y penal de cada uno, para que todos seamos conscientes de a qué nos enfrentamos y podamos dar esos pasos con el respaldo popular”, se apunta en el documento remitido a ambos diarios por el EPPK.
La nueva dirección, de entre 43 nombres
El debate entre los presos de ETA se inició a finales del pasado año cuando, a través de un documento difundido por los diarios Gara y Berria, el colectivo de presos etarras nucleado en torno al EPPK trataba de retomar ahora la unión del colectivo de presos abogando por los beneficios individuales -algo a lo que tradicionalmente se negaba la propia ETA-, culpando a España y Francia de impedir lo que llaman “la resolución del conflicto”.
Además, los presos han designado una lista de 43 nombres para la futura dirección del colectivo de reclusos etarras, formada por ocho presos y presas; dos de ellos se escogerán en las prisiones españolas (de una lista de 21), dos presas de un listado de seis, otros dos en las francesas (de un listado de 12 propuestos) y otras dos presas en Francia. Entre ellos están históricos como Iñaki Arakama, Makario, Josetxo Arizkuren Kantauri o miembros de las nuevas generaciones de dirigentes como Iratxe Sorzabal, David Pla, Iñaki Reta e Igor Suberviola.
En el debate se han presentado, según el propio colectivo, 91 aportaciones, bien individuales o colectivas, cuyo encaje en el documento se abordará a partir de ahora para dar pie al texto final a lo largo del verano, según han precisado las mismas fuentes.
El debate se inició a finales del pasado año cuando, a través de un documento difundido por los diarios Gara y Berria, el colectivo de presos etarras nucleado en torno al EPPK trataba de retomar ahora la unión del colectivo de presos abogando por los beneficios individuales -algo a lo que tradicionalmente se negaba la propia ETA-, culpando a España y Francia de impedir lo que llaman “la resolución del conflicto”.