Carranza veta al niño torero
Alberto Donaire es riojano, de Calahorra, y apenas cuenta 11 años. Pero ya es “torero”. Al menos se viste como tal y ha saltado al albero para lidiar becerras, reses de no más de dos años. Hasta tiene su propia página de Facebook. Debutó el pasado 31 de agosto en su tierra apadrinado por el popular Jesulín de Ubrique y estaba anunciada su presencia para el próximo domingo en Carranza (Bizkaia), que celebra las fiestas patronales de Nuestra Señora del Buen Suceso. El Ayuntamiento de la localidad, con el reglamento en la mano y tras la denuncia de colectivos antitaurinos, ha decidido prohibir el evento antes de que Juegos y Espectáculos, dependiente del Departamento de Seguridad, se viera obligado a intervenir.
Donaire, desde que tomó la alternativa, ha participado en varias becerradas en los últimos días. En este final de verano se ha ganado algunos titulares de prensa e incluso ha concedido entrevistas pese a su corta edad. En Carranza, estaba anunciado para cerrar una novillada y los antitaurinos de Bizkaia pronto levantaron la voz.
Desde el Ayuntamiento, según la agencia Efe, desconocían que el reglamento vasco de espectáculos con animales impedía a los menores de 16 años actuar con reses vivas. Por ello, al ser informados de esa prohibición por parte de Seguridad, han decidido suspender “automáticamente” la visita del becerrista para evitar una sanción, aunque no la novillada previa.
En 2013, con EH Bildu gobernando, Carranza celebró un referéndum en torno a la continuidad de los festejos taurinos durante las fiestas de septiembre, que suponen al municipio un coste de unos 7.000 euros anuales. Por un ajustado margen (53% frente al 47%) el ‘sí’ se impuso al ‘no’.
No será el único municipio vasco que someta a consulta ciudadana la continuidad de los toros. Está ya previsto que tanto San Sebastián como Vitoria pidan también la opinión de sus vecinos. En el caso de la capital guipuzcoana, los festejos regresaron en 2015 cuando EH Bildu abandonó la Alcaldía; en Vitoria, la feria taurina continúa de capa caída perdiendo cada vez más espectadores y su presencia en las fiestas de La Blanca de 2017 está en duda porque el empresario gerente de la plaza ha rechazado solicitar una prórroga del contrato.